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Vuelan solos, vuelan alto
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Vuelan solos, vuelan alto

Son jóvenes, conocen la fama y su apellido rezuma éxito por todos los costados. A pesar de todo, no les pesa la proyección pública familiar ni

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Vuelan solos, vuelan alto

Son jóvenes, conocen la fama y su apellido rezuma éxito por todos los costados. A pesar de todo, no les pesa la proyección pública familiar ni los estereotipos que les tachan de acomodados sin conocer su propia trayectoria. A pesar de llevar el nombre de sus prolíficos progenitores como una losa se han hecho un hueco y se han ganado el reconocimiento por méritos propios. Alberto Comenge, Alfonso Ussía, Manuel Martos, Julia Mariscal o Manuela Velasco ilustran a la perfección el dicho popular 'de casta le viene al galgo’ y se han propuesto seguir con la saga. Y con la casta. Llega una nueva generación.

En 2007, la película REC vino a refutar que el cine de terror español disfrutaba de muy buena salud y supuso el despegue como actriz de Manuela Velasco, una periodista no muy conocida por entonces. La película tuvo muy buena aceptación, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, y Manuela comenzó a cosechar premios por su interpretación. Entre ellos, un Goya como mejor actriz revelación. Y entre tanto reconocimiento se iba conociendo que en verdad aquella periodista tenía tablas. Y un apellido que así lo demostraba. Era sobrina de una de las grandes de la interpretación en España, Concha Velasco, que recientemente ha celebrado su 70 cumpleaños.

Algo así sucedió con Gala, la sobrina del diseñador Adolfo Domínguez, que se convirtió en la ‘Sartorialist’ castiza con un blog de moda con miles de followers que la llevó, influencias familiares aparte, a diseñar la línea joven de la firma de su tío. Pero si Adolfo Domínguez pasará a la historia por ser el precursor de la salida a Bolsa de sus tiendas, Javier Mariscal lo hará, entre otras muchas otras, por ser el diseñador de la popular mascota Cobi. La trayectoria de este prolífico artista valenciano no tiene parangón. Y desde su alargada sombra, su hija, Julia Mariscal, comienza a destacar en el mundo del arte plástico con su primera exposición en Londres, ciudad donde reside. Siempre quiso ser bailarina y no fue hasta los 19 años cuando decidió marcharse a la capital británica a desarrollar su incipiente vocación. Su padre siempre la apoyó y ahora su nombre ya comienza a sonar con fuerza en los círculos culturales y sociales londinenses.

De la continuación de una saga artística, y de gran calado en España, a otra. Alberto y Cristina Comenge también triunfan en sus respectivas profesiones. Ella tiene un restaurante y él es un empresario experto en inversiones asiduo a toda fiesta que se precie, más conocido por sus romances con Blanca Romero o Tamara Falcó. Lejos quedan los tiempos en los que la madre de ambos, Mari Luz Barreiros, hija de uno de los empresarios que impulsó la industrialización en España, se vio en lo alto de la picota informativa debido al divorcio de Jesús Polanco, director a la sazón de Prisa, con quien habían convivido desde pequeños.
 

Manuel Martos también es heredero del arte familiar. Su padre Raphael siempre le inculcó el interés por la música y a eso se dedica en la actualidad. Sus estilos son incomparables. “Nadie elige dónde nace ni cómo se llama. Creo que hay que ser agradecido y aprovechar las oportunidades”, ha dicho recientemente Alfonso Ussía. Su padre es un reconocido periodista, nieto del dramaturgo Pedro Muñoz Seca, con quien comparte apellido y visión de futuro. Es junto a su hermano la cabeza visible de U BROS Records.

Aunque en la actualidad su proyección pública difiere de la de sus parientes más cercanos, también darán mucho de qué hablar. Algunos ya han empezado a hacerlo y han tomado el relevo. Otros, en cambio, prefieren esperar.
 

Son jóvenes, conocen la fama y su apellido rezuma éxito por todos los costados. A pesar de todo, no les pesa la proyección pública familiar ni los estereotipos que les tachan de acomodados sin conocer su propia trayectoria. A pesar de llevar el nombre de sus prolíficos progenitores como una losa se han hecho un hueco y se han ganado el reconocimiento por méritos propios. Alberto Comenge, Alfonso Ussía, Manuel Martos, Julia Mariscal o Manuela Velasco ilustran a la perfección el dicho popular 'de casta le viene al galgo’ y se han propuesto seguir con la saga. Y con la casta. Llega una nueva generación.