Marta Sánchez y su secadero de tabaco

Carlos V ya eligió esta zona de Extremadura como lugar de descanso. El monasterio de Yuste fue su retiro y Jarandilla de la Vera el de Marta Sánchez y su hoy todavía marido Jesús Cabanas.  

Compraron un antiguo secadero de tabaco que la pareja quería convertir en su palacio de invierno. Para el verano ya tenían la casa de Ibiza que, por el momento, no piensan poner a la venta y si compartirla como hacen Michel Douglas y su ex mujer Diandra. Seis meses para cada uno.

En cambio, con el secadero de Marta pueden surgir las complicaciones, porque las reformas de la casa se han convertido en la obra de El Escorial. En un par de ocasiones han tenido que paralizar los trabajos, porque los permisos no llegaban. Otras veces ha sido la falta de quórum de la pareja a la hora de tomar decisiones relacionadas con la decoración y elección de materiales.

Y es entonces cuando surgen los desencuentros, porque uno quiere barro cocido para el suelo y el otro cerámica. O azul añil para la cocina y la parte contraria verde manzana. En el caso del matrimonio Sánchez/Cabanas la dirección organizativa y el día a día estaba en manos del publicista. Ahora que el divorcio está en puertas parece que el secadero tiene los días contados. Entre otras cosas porque Marta de rural tiene lo que Isabel Preyler de poligonera.

Con lo cual no hay razón para mantener una casa de campo que le va a traer más quebraderos de cabeza que alegrías. Sobre todo porque no hay necesidad de mantener esta propiedad aún sin terminar, cuando tiene amigos como Alejandro Sanz, Pepe Barroso o Shakira, propietarios de campos también en la Vera, que estarán encantados de recibirla a ella y a su niña. Y con la suerte de que el IBI, el agua y la luz la pagan ellos.

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