Rita Maestre, la segunda ‘dama’ de Podemos

“Siempre fue rebelde”. Con esta declaración describe una de sus antiguas compañeras de clase a Rita Maestre, novia de Íñigo Errejón, la segunda cabeza visible de Podemos. Difícil es encontrar testimonios de un noviazgo que dura casi tanto como el compromiso de ambos con el partido en el que están implicados (ella llevando las redes sociales). “Rita siempre ha dicho a sus amigas que jamás usaría las redes sociales para compartir cosas demasiado privadas, y menos ahora que está tanto en juego respecto a su imagen en el partido”, asegura otra compañera refiriéndose a la súbita ascensión de Podemos como una de las fuerzas políticas más importantes de España. La joven, de hecho, ha sido una de las principales encargadas de ‘mover’ la fuerza política a través de las redes sociales, por lo que sabe muy bien cómo invisibilizarse en las mismas. Fue mucho antes de ese ascenso del partido cuando la joven conoció a Errejón, durante una de las asambleas a las que ambos acudían. “Se mueven en un círculo tan cerrado que es imposible que se hubiesen conocido de otra forma que no fuera esa”

La joven madrileña, de 26 años, se empezó a interesar por la política siendo tan sólo una adolescente, y eso la condujo a estudiar Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid. Al igual que en el caso de Errejón, el activismo fue desde el principio su vocación primordial. Miembro de la polémica organización universitaria Contrapoder, Maestre estuvo presente en momentos álgidos del campus mientras su novio continuaba su carrera en América Latina. Por ejemplo, fue muy activa cuando surgió la petición de cerrar las capillas de la UCM en 2011.

“Aquel día, las chicas entraron desnudas y escandalizaron a todo el mundo. Como después Rita estuvo muy presente en la defensa de esas jóvenes que enseñaron los pechos, se pensó que ella era la líder de todo el movimiento por el laicismo en la universidad. Aunque peleó hasta el final, no lo pasó muy bien y fue Íñigo el que más la apoyó en ese momento, cuando su nombre saltó a los medios de comunicación en unj sentido negativo”.

“Cinéfila y amante de las causas sociales”

Las excompañeras de Maestre la definen como una chica “cinéfila, amante de las causas sociales y coqueta a pesar de que pueda no parecerlo”. Es fácil ver a la joven, que ahora se ha convertido en parte fundamental de Podemos, en asambleas y coloquios sobre la situación política actual con un estilo muy marcado en su indumentaria y su melena negra. “Ha compartido piso, sabe lo que es no llegar a fin de mes y comparte las inquietudes de muchos jóvenes. Alguna de sus primas se ha tenido que ir a Londres a buscar trabajo. Sabe bien lo que es tener que irse a buscarse la vida”.

Fue precisamente esa ‘fuga de cerebros’ la que hizo que su noviazgo con el segundo de a bordo en Podemos no fructificase tan rápido. Apodado Billy el Niño, el joven tuvo una próspera carrera fuera de nuestras fronteras para gobiernos como los de Venezuela, Bolivia y Ecuador. “Para ella siempre ha sido duro que las personas que se van fuera tengan que dejarla aquí. En el caso de Íñigo también. Si alguien se fija en sus currículos, siempre deja bien claro su poca predisposición para movilizarse al exterior por motivos laborales”, dicen en su círculo más cercano.

La joven también ha hecho sus pinitos como reportera. Si su novio es uno de los rostros habituales de La Sexta Noche, ella ha ejercido de periodista ‘guerrera’ y políticamente incorrecta en La Tuerka, el canal de vídeos de Público. En ese trabajo ha llegado a acudir a una academia que prepara a futuros policías en pleno debate sobre si estos maltratan o no a los ciudadanos en las manifestaciones. Algo así como la Patricia Conde de la izquierda más contestataria.

El poco tiempo que el partido y el compromiso social les deja a Íñigo y a ella lo disfrutan “yendo al cine y tomando cañas con los amigos, como hace cualquier joven de su edad”. Y, por ahora, mantienen la discreción como máxima ante cualquier mínima posibilidad de aparecer en los medios de comunicación como pareja, aunque fuera para demostrar que, en mitad de la ‘revolución’, también puede surgir las chispa del amor.