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En Sotogrande, con su mujer y su hija: así prepara Méndez de Vigo su otoño caliente
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EL SOL Y PLAYA DEL MINISTRO DE CULTURA

En Sotogrande, con su mujer y su hija: así prepara Méndez de Vigo su otoño caliente

Le hemos visto en Marbella, cantando al son de Alejandro Sanz, y ahora está en Sotogrande, donde acude todos los años, cargando las pilas en las playas gaditanas para su complicada vuelta al cole

Foto: El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez, en un fotomontaje realizado en 'Vanitatis'
El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez, en un fotomontaje realizado en 'Vanitatis'

Es un político atípico. Su talante aristocrático le imprime un desapego al cargo que pocos políticos transmiten en una entrevista. El nuevo ministro de Educación, Cultura y Deporte pasa sus vacaciones en Sotogrande con su esposa, María, y su hija, Inés. Tras muchos veranos disfrutando de la exclusiva urbanización gaditana, es el primer año en que Íñigo Méndez de Vigo arriba como ministro.

¿Cambios en comparación a otros años en el recibimiento en Sotogrande? “Ninguno. Aunque ahora soy ministro, cuando voy a la playa el agua sigue estando igual de fría y nadie me la calienta”, asegura entre risas. Y se carcajea haciéndole gracia de verdad lo que dice. En el plano corto es tal cual se aprecia en la distancia, una persona cercana. En una entrevista one to one con Vanitatis, la primera autoridad cultural del país indica que su vida personal no ha cambiado desde que es ministro, que sigue yendo con los mismos amigos de siempre y “haciendo las mismas cosas” que antes de que llegara al cargo hace cinco meses.

Hace unos días se le pudo ver en Starlite disfrutando del concierto de Alejandro Sanz junto a María e Inés. Incluso cantando alguna de las canciones del artista, como Corazón partío. “¿Que si me han partido el corazón? Jajaja. ¿Y a quién no le han partido alguna vez el corazón?... Lo que pasa que ya no me acuerdo. Tengo buena memoria para las cosas que me interesan, pero para las otras me olvido... Llevo 30 años con María. Lo mejor que me ha pasado”, manifiesta con cierto brillo aún en los ojos. Su mujer, Maria Pérez de Herrasti, es hija del conde de Padul.

Méndez de Vigo es un hombre que conoce el termino 'itinerancia' y en sus despachos nunca tiene nada personal, salvo alguna foto de su familia porque le gusta la sensación de “sentir a sus dos mujeres cerca”. Durante sus años en Bruselas, antes de llegar al ministerio, se fue curtiendo para la responsabilidad que ahora le ha llegado. Estos días, el ministro intenta relajarse en las doradas playas gaditanas, esperando ese otoño caliente que está por llegar.

Tras la salida de José Ignacio Wert, a cuatro meses de las elecciones generales y con las dificultades que supone aplicar la controvertida Lomce que le dejó su antecesor como patata caliente, Méndez Vigo precisa que las vacaciones le vienen muy bien para recargar las pilas. “Estamos cogiendo fuerza para septiembre. Viene una etapa dura, de mucho trabajo en el tema de educación”. Y para eso, nada mejor que la luz y el calor de San Roque y el exclusivo entorno que concede Sotogrande para relajarse junto a su mujer e hija, y preparar la 'vuelta al cole', la suya y la de los alumnos de toda España. Preguntado por si su cercanía con Sotogrande tiene algo que ver con el polo, el ministro pone cara de no verse montado a caballo con un taco: “No, no, al polo apenas voy, no soy mucho de ese deporte”.

Ruta cultural con su mujer

Cuando Iñigo Méndez de Vigo estaba en la UE le daba menos miedo la palabra 'septiembre'. Es por eso que estos últimos días de agosto los apura a tope con su familia en Sotogrande. De su mujer asegura que son “inseparables”. “Hemos estado hace unos días mi esposa y yo en el Festival de Mérida, en la representación de La asamblea de las mujeres, hemos disfrutado muchísimo de ese entorno mágico. Y ahora nos espera aún una temporada fascinante también con la inauguración en Madrid del Teatro de la Comedia y la temporada de ópera. Y en Barcelona con el Liceo, ¡cómo no! Sin olvidarnos del Festival de San Sebastián y Valladolid”.

En su charla se muestra que le gusta de lo que habla, lo explica todo con pasión y con especial simpatía. No le avergüenza confesar que ve mucho Cine de barrio y que el cine español le apasiona. También le gusta el fútbol. Su cartera abarca también el sector del deporte, pero si se le pregunta que si es del Real Madrid o del Barcelona, él responde: “Soy de la selección española”. Diplomacia le sobra.

Se declara lector compulsivo. Ahora acaba de cerrar un libro del escritor Dürrenmat, en alemán, y de Héctor Abad Faciolince, en castellano. De la música nos habla de su versatilidad: “Hay un dicho alemán que dice: ahí donde escuches música déjate caer, porque los que hacen música son buenas personas. A mí me gusta mucho la música en general, desde las rancheras, Chavela Vargas, hasta la ópera e incluso Alejandro Sanz con su voz quebrada”.

Más cercano al mundo del cine

El ministro asegura a Vanitatis que este verano ha estado hablando con actores y que se ha preocupado por la crisis del cine español. Sin ir más lejos, en Starlite, durante el concierto de Alejandro Sanz, compartió graderío con Imanol Arias, con quien se le vio departiendo amigablemente. Con relación a este tema, indica que “los presupuestos de 2016 están bien diseñados, aunque espero que si se sigue progresando, para el próximo año se pueda plantear una bajada en el IVA”. De hecho, su primer acto público como ministro fue con el sector del cine, que le exigieron precisamente más compromiso con la producción, la distribución y el tema del IVA. “Acudí en Marbella a los premios Platino y hablé con muchísimas personas del sector y noté cierta complicidad, gente de la cultura que querían sentir el calor del Gobierno. Yo desde luego se lo voy a dar, porque creo en ello”.

Es un político atípico. Su talante aristocrático le imprime un desapego al cargo que pocos políticos transmiten en una entrevista. El nuevo ministro de Educación, Cultura y Deporte pasa sus vacaciones en Sotogrande con su esposa, María, y su hija, Inés. Tras muchos veranos disfrutando de la exclusiva urbanización gaditana, es el primer año en que Íñigo Méndez de Vigo arriba como ministro.

Íñigo Méndez de Vigo
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