Villa Oleandra, la fabulosa casa de los Clooney donde se esconden Meghan y Harry

Cuando en el año 2002 los medios de la pequeña localidad de Laglio, en la región italiana de Lombardia, apuntaban a George Clooney como su nuevo y reluciente vecino, nadie podía dar crédito. El actor se había comprado Villa Oleandra, una espectacular mansión del siglo XVIII enclavada en el majestuoso Lago de Como. Entonces no era un destino turístico para las celebridades ‘made in USA’. 16 años más tarde, y en parte gracias al actor, este paraíso italiano es también la residencia veraniega de Donatella Versace o Silvio Berlusconi, que remataban la inesperada etiqueta de ‘comarca VIP’.

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El efecto Clooney no se haría esperar tampoco entre el público más snob: actualmente alquilar una noche en una villa del lago puede costarte la friolera de 1.700 euros (si consigues una ganga con antelación). Y hasta allí parece que se han desplazado Meghan Markle y el príncipe Harry, duques de Sussex, en medio de unas vacaciones privadas blindadas a cal y canto por la Casa Real británica. O quizá no tanto. La revista ‘Chi’ ha desvelado que la pareja de moda aterrizó el pasado jueves en un vuelo privado en el aeropuerto de Malpensa y permaneció hasta el domingo.

El sábado por la noche, la pareja fue protagonista de una exclusiva cena con 15 personas más, que se extendió hasta la madrugada, algo habitual para el espíritu jovial y fiestero de Clooney. Dentro del recinto privado de la mansión que, como anécdota, anteriormente perteneció a John Heinz (sí, el artífice de la marca de Ketchup), las parejas jugaron al baloncesto y Meghan incluso ayudó con el cuidado de los mellizos de los Clooney. La relación de amistad entre ambos matrimonios se hizo pública el pasado mayo, cuando el actor y la abogada fueron dos de los invitados estrella al enlace de los duques de Sussex. Aún nos intentamos reponer del vestido mostaza que lució la abogada firmado por Stella McCartney.

Pero, ¿cómo ha de ser tu nada modesta morada para que Meghan y Harry se dignen a visitarte en su tiempo libre? Pues bien, Villa Oleandra, situada en la calle Vecchia Regina 20, fue comprada por 11,7 millones de euros, una cifra que bien vale lo que ofrece en su interior. El casoplón alberga 25 habitaciones, un cine al aire libre, piscina y garaje para guardar todas las motocicletas de colección del intérprete. Que no son pocas.

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Y como el físico es un factor a tener en cuenta cuando trabajas delante de las cámaras, el terreno también incluye una cancha de tenis, un gimnasio totalmente equipado, jardines para hacer running y un embarcadero privado al lago, absolutamente a salvo de miradas ajenas. ¿Alguna excentricidad? Por supuesto: una habitación denominada la ‘pizza room’, destinada solamente para la ingesta de dicho manjar local.

Si está pensando seriamente en invertir alrededor de esta zona, existe incluso una web que tramita alquileres en este pequeño rincón italiano (puedes verla aquí). Porque claro, además de las vistas y la gastronomía local, lo que realmente se paga a precio de oro en este paraje es la privacidad. Clooney vigila este aspecto al detalle, tanto que en el 2005, tras tres años residiendo en Villa Oleandra, intentó comprar una playa colindante para que nada ni nadie pudiera acercarse a su recinto paradisíaco. Los vecinos ‘anónimos’ de Laglio se negaron categóricamente.

Solo hay un factor que empaña el espectacular paisaje. Según un informe de la organización ecologista ‘Legambiente’, estas aguas son, sorpresivamente, unas de las más contaminadas de la costa italiana. Una maldición contra la que el actor ha luchado, aunque de momento sin victoria aparente. Incluso amenazó con mudarse del lago y vender su propiedad si la situación insalubre no mejoraba.

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