Las tartas de boda de Sylvia Weinstock: de Oprah Winfrey a Jennifer Gates y Kim Kardashian

En una boda hay numerosos detalles que captan nuestra atención. En ocasiones sentimos que nos falta tiempo para empaparnos de todo lo que la pareja protagonista ha querido regalarnos, porque si bien hay elementos que es imposible perderse, como suelen ser los trajes de los novios, perfectamente elegidos para favorecer y sentar como un guante, elementos como los bordados más cuidados o las telas seleccionadas con mimo pueden escaparse ante la mirada de los espectadores más inexpertos.

Con el menú de boda puede suceder algo similar, por eso conseguir que la tarta nupcial sea uno de los elementos más aplaudidos y alabados es todo un arte, uno que Sylvia Weinstock consiguió conquistar durante todo el tiempo en el que su carrera estuvo dedicada a diseñar tartas de boda, no solo a seguir las tendencias marcadas, sino a crear nuevas hasta convertirse en todo un referente en el sector, que lloró su pérdida el pasado mes de noviembre, cuando fallecía a la edad de 91 años.

Aunque viendo sus diseños pueda parecer extraño, lo cierto es que Sylvia no siempre se dedicó a la repostería. Su carrera comenzó dando clases en una escuela primaria, pero a causa de un cáncer de pecho que le fue diagnosticado en la década de los 80 -ella había nacido en 1930-, escogió ocupar su mente durante el tratamiento con la repostería. Comenzó a hornear y prepara dulces de forma más profesional pasado el tiempo y así comenzó la historia de amor con las tartas de esta mujer, que pronto consiguió el reconocimiento y admiración del sector.

Sus tartas pronto alcanzaron gran fama entre las celebrities y mujeres de renombre como la reina de la cocina Martha Stewart u Oprah Winfrey colaboraron con ella en eventos y citas especiales. Sus tartas siempre han tenido un sello especial, pues todas ellas están elaboradas con mimo y cariño, pero también con los mejores ingredientes. Sylvia Weinstock no dejó que la fiebre del fondant se apoderara de sus diseños, pues le parecía una solución con la que se rebajaba el valor de sus diseños, por eso ella siempre apostó por el trabajo duro, la buttercream y el azúcar.

Sus creaciones tienen algunas características especiales, pues los motivos florales son una de sus señas de identidad. Así como su capacidad de crear de la nada, tartas espectaculares, de varios pisos recubiertos de detalles cuya deslumbrante visión solo es comparable con su sabor. Uno de sus últimos trabajos se pudo ver el pasado mes de octubre en la boda de Jennifer Gates, hija de Bill y Melinda Gates, por quien dejó su retiro -pues estaba jubilada desde 2016- para crear la que sería su última tarta para este tipo de eventos.

Antes de en esta gran celebración, otros han sido los enlaces en los que se ha podido presumir de una tarta diga de museo con la firma de Weinstock, como la gran celebración en la que Catherine Zeta-Jones y Michael Douglas unieron sus vidas para siempre o la primera boda de Kim Kardashian, aquella de la que confesó haberse arrepentido antes incluso de haberse casado.

También contaron con una Weinstock Sofía Vergara y Joe Manganiello, y teniendo en cuenta las exigencias de la actriz con respecto a los pasteles, su perdición, queda claro que la calidad era digna de tener en cuenta. Ellos pagaron alrededor de 50.000 dólares por una tarta de cinco pisos cubierta de flores.

Durante su carrera como profesional de la repostería no se olvidó de sus orígenes, pues también se encargó de dar cursos y formar a las nuevas generaciones, compartiendo con todos sus alumnos algunos de los trucos que fue aprendiendo con el tiempo, pero sobre todo su entusiasmo, sus ganas y su pasión por una profesión que llegó a convertirse en su vida.