Tendencias nupciales: una paleta cromática por cada estación del año
En función de la época en la que vayáis a celebrar vuestra boda, otoño, invierno, primavera o verano, deberéis adaptar la sintonía de color a la estación del año
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Os casáis y tras la alegría y el gozo iniciales, da comienzo una de las misiones más importantes de vuestras vidas: organizar la boda perfecta. ¿Lo primero? Escoger una fecha. Un día y un mes concretos que marcarán el desarrollo de todo lo bueno que vendrá después. Enclavado en una estación, otoño, invierno, primavera o verano, una de las claves del éxito del día 'B' se fundamenta en escoger bien, según los tonos primarios propios de cada temporada, una decoración acorde con el momento y el ambiente. Para que lo entiendas de una manera sencilla: a cada estación le va una paleta cromática concreta.
Al igual que vais a adaptar vuestros estilismos nupciales, el entorno o el lugar de la celebración según la climatología, la decoración nupcial tiene que ir en consonancia. Las paletas de color pueden variar en función de las tendencias, pero la base cromática se mantiene intacta basándose en unos colores de referencia. Así, en otoño, los tierra, anaranjados y amarillos dominan la escena; en invierno, la fusión del rojo con negro, blanco y dorado; en primavera, explosión de azules acompañados de tonalidades vibrantes, y en verano, la calidez de los empolvados es protagonista. ¿Quieres profundizar en el asunto y conocer cuál es la sintonía idónea para tu boda? Te lo contamos estación por estación.
Otoño
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No cabe duda que el otoño es una de las épocas preferidas por los novios para darse el 'sí, quiero' y es que esta estación del año tiene un encanto especial: los paisajes se vuelven ocres, marrones y rojizos, comienzan a brotar los primeros frutos en los árboles, las temperaturas medias son estables y todavía se puede celebrar una boda de día al aire libre en espacios rurales.
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Hablamos del espacio-tiempo comprendido entre los meses de septiembre a diciembre (sin llegar a Navidad) y con unos cimientos de color muy estables y característicos que, de ninguna de las maneras, se pueden incumplir.
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Los naranjas y amarillos, en su versión más tenue y apagada, siempre de la mano de los tonos tierra, los granates y los verdes. ¿Algunas ideas para poner en práctica? Mesas de madera con mantelería individual, centros de flores que combinen los tonos anteriormente mencionados, vajilla y menaje de estilo retro, tejidos rústicos y naturales, decoración con toques bucólicos, papelería en ocres y naranjas, acoger elementos sencillos como las hojas, los troncos, los pétalos de flores o los frutos, pero también las piñas o las calabazas, y en general, un ambiente de estilo boho-folk.
Invierno
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No tan populares como los enlaces de otoño y primavera, cada vez son más los novios que escogen celebrar su boda en invierno. ¿Sus particularidades? Siempre en espacios cerrados para sortear el frío y las posibles inclemencias del tiempo, de día para intentar aprovechar al máximo las horas de luz y un extra, al ser temporada nupcial baja, los precios rozan mínimos.
En lo que a la paleta cromática se refiere, la fusión del rojo con el negro, el blanco y el dorado marca la pauta del look nupcial.
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Desde el vestido inmaculado de la novia con notas en rojo para el ramo y joyas que viren al bronce, hasta mantelería blanca con bouquets de rosas rojas, pasando por integrar detalles como candelabros envejecidos, o iluminación con velas y guirnaldas. ¿El resultado final? Un ambiente mágico.
Además de las flores, otros elementos naturales como las hojas o los frutos serán bien recibidos para completar la secuencia. Irrumpen también materiales como el terciopelo, el ante o los tejidos con materiales peludos.
Primavera
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En busca de unas temperaturas más templadas y celebraciones al aire libre, no es raro que muchas parejas prefieran casarse en primavera. Además, los días son muy largos, es la época de las flores y los paisajes empiezan a verse esplendorosos.
Incitados por tanta explosión natural, los wedding planners ven en los azules turquesas y las tonalidades vibrantes los mejores aliados de color para crear estampas tan espectaculares como esta. Imprescindible sumar rafia, madera y vidrio, siempre en su versión natural.
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Con una secuencia cromática clara, en bodas de primavera el papel protagonista de toda la decoración recae en las flores. No importa excederte, combinar variedades diferentes y añadir una gran variedad de tonos, cualquier composición es bien recibida.
Verano
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En verano, aliarse de la calidez de los empolvados es clave para iluminar, aún más si cabe, las mesas del banquete, los diferentes espacios para el disfrute de los invitados y en general, los festejos que, seguro, serán en el exterior.
Como tendencias de las últimas temporadas, el rosa y el verde menta, en monocolor o dando forma a estampados estivales, vichy y rayas, preferiblemente. En enlaces de verano, el blanco sirve como hilo conductor y es el empaste idóneo entre esas variedades tan suaves.
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Si lo que buscamos es un toque fresco, podemos acoger sin inconvenientes a los cítricos. Siempre que mantengamos al citado blanco como nexo de unión, el acierto en la imagen final de una boda de verano está garantizado.
Con esta guía de color básica que establece cuál debería ser la paleta cromática a emplear por cada estación del año, conseguiréis recrear ese día mágico con el que tantas veces había soñado.
Os casáis y tras la alegría y el gozo iniciales, da comienzo una de las misiones más importantes de vuestras vidas: organizar la boda perfecta. ¿Lo primero? Escoger una fecha. Un día y un mes concretos que marcarán el desarrollo de todo lo bueno que vendrá después. Enclavado en una estación, otoño, invierno, primavera o verano, una de las claves del éxito del día 'B' se fundamenta en escoger bien, según los tonos primarios propios de cada temporada, una decoración acorde con el momento y el ambiente. Para que lo entiendas de una manera sencilla: a cada estación le va una paleta cromática concreta.