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Espectacular y mágico: por qué la decoración de bodas con velas jamás pasa de moda
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Un detalle de luz

Espectacular y mágico: por qué la decoración de bodas con velas jamás pasa de moda

Las velas son un elemento clave cuando buscamos un ambiente romántico y mágico y, ¿qué hay más romántico que una boda? Así puedes usarlas para lograrlo

Foto: Velas, el detalle de decoración nupcial que nunca pasa de moda. (Pexles/Nathan Cowley)
Velas, el detalle de decoración nupcial que nunca pasa de moda. (Pexles/Nathan Cowley)

Las flores suele ser el elemento principal que empleamos a la hora de decorar una boda. Una opción tradicional que es ideal en todas las ocasiones y con la que saber que siempre aciertas, pues llena de color y dulces aromas toda la estancia, además de poder mandar un mensaje oculto si conocemos en lenguaje de las flores. Sin embargo, para todos aquellos que no quieran que esta sea su única posibilidad, existen numerosas alternativas, como los globos, las plumas o las velas, un detalle único y especial que llena de magia cualquier evento.

Todas las bodas son diferentes, pues la personalidad de los novios empapa todo sin que estos apenas se den cuenta, desde la selección de la paleta de colores al menú que escogen para compartir con sus invitados. Cada celebración es única y por eso existen tantas opciones a la hora de crear el escenario perfecto.

Las velas son la forma más sencilla de conseguir, casi sin esfuerzo, el ambiente romántico y especial que los novios desean. Aportan una sensación de paz y tranquilidad, potencian la sensación de calidez y ambiente agradable y de intimidad que se busca, sobre todo en enlaces pequeños, encontrando su mejor momento en las bodas de noche, donde su llama brillará con luz propia, logrando el efecto deseado y la iluminación perfecta. Solo hay que saber cómo usarlas y dónde ponerlas para conseguir exprimir al máximo su potencial.

Las velas pueden formar parte de los centros de mesa, e incluso convertirse ellas mismas en este elemento decorativo. Lo importante es no dejarlas solas o que sean muy pocas y se pierdan frente al ruido del resto de la decoración. Incorporar velas de diferentes tamaños, de los colores perfectos para que sigan la gama cromática del evento y, sobre todo usarlas con precaución. No podemos olvidar colocarlas sobre una superficie, para recoger la cera, pero también es crucial colocarlas en un lugar donde no supongan un peligro.

Meterlas dentro de recipientes de cristal, que eviten que la gente pueda quemarse con ellas y que el viento las apague suele ser lo más habitual. Además, con este sencillo truco lograremos sumar elementos a la decoración, incorporando además de la calidez y romanticismo de las velas, un detalle brillante, que sume estilo a la mesa. Colocando varias velas, a diferentes alturas, podemos lograr un centro de mesa único y especial.

Una opción muy original es optar por candelabros, con los que podemos conseguir un toque sofisticado en nuestras mesas. En estos casos las velas suelen ser de un estilo muy concreto, pues para estos complementos se emplean velas alargadas, altas, lo que confiere también altura a nuestras mesas, por eso resultan tan apropiados para crear centros de mesa, dejando la superficie de la misma libre para incorporar otros detalles, como las flores.

Los farolillos también son una opción cada vez más frecuente, sobre todo en las bodas nocturnas de exterior, pues son una estupenda manera de marcar el camino. Lograremos darle al evento un aspecto diferente, un toque rústico, si los farolillos siguen esta estética más natural, pero también se pueden lograr resultados muy sofisticados, apostando por detalles en dorado, un color muy típico de la decoración. Eso sí, una de las tendencias de momento es convertir las velas en protagonistas apostando por la decoración colgante.

De esta forma, las velas no molestan a los invitados, no hay riesgo de que estas se apaguen o puedan quemar a nadie, pues permanecen suspendidas en esferas de cristal, que se colocan en el exterior, normalmente en árboles o estructuras preparadas para cubrir la zona. Es importante que las esferas tengan el tamaño adecuado para que se oxigenen y así las velas no se apaguen.

Cualquier espacio es adecuado para adornarlo con velas, desde el pasillo hasta el altar a los centros de mesa, pasando por la mesa dulce o el photocall para que los invitados se diviertan. Solo es necesario buscar las velas que mejor se adapten a la estética que buscamos, de los colores adecuados y la duración correcta, encontrar la manera de hacer que sean seguras, emplear muchas, para crear esos espacios mágicos y, sobre todo, no esperar que las velas sean la única iluminación, pues corremos el riesgo de celebrar una boda a oscuras.

Por sus características, las velas pueden ayudarnos a diseñar espacios íntimos, agradables y cálidos, un entorno romántico en el que celebrar el amor de la pareja protagonista, pero si lo que queremos es llenar todo de pequeñas luces, que nos traigan a nuestras manos un cielo estrellado, tal vez sea una opción mejor confiar en las luces led, lo que evitará el riesgo de derramar la cera de la vela o acabar quemando un mantel por accidente.

Las flores suele ser el elemento principal que empleamos a la hora de decorar una boda. Una opción tradicional que es ideal en todas las ocasiones y con la que saber que siempre aciertas, pues llena de color y dulces aromas toda la estancia, además de poder mandar un mensaje oculto si conocemos en lenguaje de las flores. Sin embargo, para todos aquellos que no quieran que esta sea su única posibilidad, existen numerosas alternativas, como los globos, las plumas o las velas, un detalle único y especial que llena de magia cualquier evento.

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