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El gran día de Paula: boda en una abadía de Segovia, dos vestidos de novia y ramo de peonías
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El gran día de Paula: boda en una abadía de Segovia, dos vestidos de novia y ramo de peonías

Carlos y Paula contrajeron matrimonio el pasado 20 de mayo en la iglesia de Sangarcía (Segovia) y después celebraron su amor en abadía de Párraces

Foto: Uno de los tres vestidos de novia de Paula. (Raquel Lindo)
Uno de los tres vestidos de novia de Paula. (Raquel Lindo)

Una fiesta les unió y años después Carlos y Paula se convirtieron en protagonistas de su propia fiesta: la de su boda. "Nos conocimos en julio de 2019 en el cumpleaños de un amigo en común. Estábamos celebrándolo en uno de sus restaurantes y dio la casualidad que nos sentamos uno al lado del otro en la mesa. Un mes más tarde, después de mucho hablar, decidimos quedar. Ese tiempo, sumado una pandemia por medio, un confinamiento que pasamos el uno con el otro, hizo que nos fuéramos a vivir juntos", cuenta la novia.

Él, empresario de la hostelería y la construcción, y ella, fundadora de una agencia de comunicación y un estudio de interiorismo, se comprometieron a finales de agosto de 2022 en un viaje. "Era la primera vez de ambos en Menorca, antes de ir señalamos los restaurantes y calas imprescindibles que queríamos ir. Y ahí fue, en uno de los sitios que teníamos guardados: Cala Morell, a mi hora favorita del día, al atardecer, cuando Carlos me pidió matrimonio", recuerda Paula.

placeholder Uno de los tres vestidos de novia de Paula. (Raquel Lindo)
Uno de los tres vestidos de novia de Paula. (Raquel Lindo)

Una vez que Carlos y Paula hicieron públicas sus intenciones, tocó fijar la fecha para el gran día: el 20 de mayo de 2023. "A pesar de que ambos somos de Valladolid, nos trasladamos hasta Segovia porque queríamos encontrar un lugar especial donde hacer la celebración. Y allí, en la abadía de Párraces, tuvo lugar el banquete y la fiesta. Se trata de una antigua abadía del siglo XVI con un estilo renacentista en el que destacan sus arcos, sus techos altos abovedados y paredes revestidas de blanco, fresco y ladrillo", explica la experta en comunicación.

Antes, la ceremonia religiosa, en la iglesia de Sangarcía (Segovia), a las 17:30 horas. De ese momento, la novia guarda con especial cariño honrar la memoria de su abuelo. "Creo que una de las cosas que más recuerdas cuando celebras es a las personas que no están contigo para celebrar. Mi abuelo falleció pocos meses antes de la boda y para mí, que mi hermano Jesús subiera a decir unas palabras en honor a él, fue algo muy bonito".

placeholder Los zapatos de Paula. (Raquel Lindo)
Los zapatos de Paula. (Raquel Lindo)

A la iglesia llegó, tal y como manda la tradición, acompañada de su padre. Los preparativos tuvieron lugar en la abadía. "Dentro tienen una casa donde se quedó mi familia. Y por allí pasaron algunas de mis amigas, mis padres, mis abuelos y uno de mis hermanos, Darío, que me llevó en un Porsche 993 a la iglesia".

Del maquillaje y el peinado de Paula se encargó Silvia, de El Tocador Alta Peluquería. "Me la recomendó una amiga y la verdad que todo quedó impecable". Un 'make up' pulido, con la piel jugosa y natural, y una coleta baja con ondas naturales.

placeholder Uno de los tres vestidos de novia de Paula. (Raquel Lindo)
Uno de los tres vestidos de novia de Paula. (Raquel Lindo)

El ramo de novia, junto a todas las flores de la boda, fue en tonos verdes y blancos de Poveda Arte Floral, y estaba cerrado con un lazo blanco. "Estaba compuesto por peonías blancas, eucalipto y astrantia", detalla Paula.

Siguiendo la corriente de componer un armario nupcial muy completo más allá de un único traje, la novia lució tres modelos. "Llevé tres vestidos, pero sin duda los dos primeros eran los más importantes, el tercero me lo puse a última hora por comodidad. En el momento que pensé en el look de mi boda lo tenía claro, quería que mi vestido me lo hiciera Baro Lucas. Baro es un diseñador de alta costura vallisoletano al cual conozco desde hace más de quince años. Él no está especializado 100% en novias, pero es un modisto con una personalidad muy marcada y que compagina perfectamente con mi estilo. Materiales de alta calidad, cortes elegantes, mezcla de texturas y volúmenes".

placeholder La boda de Paula. (Raquel Lindo)
La boda de Paula. (Raquel Lindo)

A pesar de organizar el enlace con tiempo suficiente, apuntando al estilismo, Paula no vislumbraba el atuendo perfecto. "Creo que nunca me había parado a pensar en mi vestido de novia, aunque sí tenía claro lo que no quería. No quería sentirme disfrazada, quería que el vestido fuera 'muy yo', como dicen mis amigas. Quería algo elegante, sofisticado, clásico, pero que sorprendiera y sobre todo sentirlo mío".

A lo que continúa diciendo: "Desde el día que visité a Baro en el atelier para contarle que quería que fuera mi diseñador, empezamos a crear. En el primer boceto, mi personalidad clásica chocaba con la idea de hacer algo que sorprendiera. Eso lo arreglamos rápido decidiéndonos por diseñar dos vestidos".

placeholder Uno de los tres vestidos de novia de Paula. (Raquel Lindo)
Uno de los tres vestidos de novia de Paula. (Raquel Lindo)

Paula nos cuenta cómo eran esos dos vestidos de novia. "El primero, un vestido clásico, con la espalda descubierta, las hombreras bien marcadas, un poco de cola y el cuerpo en gasa de seda plisada de forma irregular a mano. Hasta el último mes estuvimos convencidos de poner una cola larga saliendo del vestido, pero al final se nos ocurrió meter una de las tendencias de la temporada, quitar la cola e introducir una capa. Algo que hasta ahora era difícil de ver en novias y que nos daba esa personalidad que estábamos buscando en el vestido".

A pesar del esmero y la dedicación para construir el primer traje, Paula confiesa que el segundo fue su preferido. "Un vestido largo de crepé doble, de una sola manga, con una abertura en pierna, decorado con un volante de organza hecho a mano por el diseñador sin perder mi estilo personal".

placeholder Uno de los tres vestidos de novia de Paula. (Raquel Lindo)
Uno de los tres vestidos de novia de Paula. (Raquel Lindo)

Por comodidad, a última hora se enfundó en un vestido de Asos. Para completar esos tres looks, la emprendedora lució unos pendientes de su abuela como el algo prestado, una pulsera de plata con una piedra topacio azul y zafiros blancos, obsequio de sus íntimas y el anillo de pedida que Carlos le regaló.

"Los zapatos fueron un regalo de mi mejor amiga. Son de la firma Aldo. Un complemento que hasta el último mes no escogí. Al final, acerté porque además de ser cómodos y altos, daban un toque al vestido", cuenta.

placeholder La boda de Paula. (Raquel Lindo)
La boda de Paula. (Raquel Lindo)

Convertidos en matrimonio y junto a todos sus invitados, se trasladaron hasta la abadía de Párraces para dar comienzo a los festejos. El catering Quilicua Catering elaboró una rica y amplia propuesta gastronómica, desde el cóctel, pasando por el banquete, hasta la fiesta.

placeholder El segundo vestido de Paula. (Raquel Lindo)
El segundo vestido de Paula. (Raquel Lindo)

"A mí siempre me ha gustado preparar eventos, cuidar los detalles y celebrar. Y esto se plasmó en todo el proceso. Desde la elección del sitio, que queríamos que fuera único y tuviera ese toque antiguo y clásico, hasta la hora de las invitaciones, que diseñe e hice yo misma en un papel de algodón. Los manteles, los puestos del cóctel, los centros de mesa, la iluminación, las lámparas de cristal… Todos los detalles 'deco' cuidados y, por supuesto, un buen DJ, como Adri Lozano, más un escenario para hacer la noche única".

¿El único detalle incontrolable? El tiempo. "Es cierto que en el momento que escogimos ese sitio teníamos pensando una cena en el exterior: el claustro lleno de mesas, los arcos iluminados y DJ durante toda la cena. Después de una semana de buen tiempo llegó la semana y todo se torció. Llevaba pendiente del tiempo quince días, era lo que más me agobiaba, por lo que el último día decidimos hacer la cena dentro, y la verdad, viendo cómo quedó, no me arrepiento".

placeholder La boda de Paula. (Raquel Lindo)
La boda de Paula. (Raquel Lindo)

En la fiesta, y con ese segundo y tan especial vestido, Paula ya lucía su melena suelta y unas sandalias metalizadas con plataforma. De madrugada, añadió una capa plisada con destellos brillantes.

La decisión del DJ estaba condicionada por una terrible pérdida para la pareja. "No podíamos concebir la boda sin nuestro amigo Diego Valares pinchando. Diego era un gran amigo de Carlos y el mejor DJ de bodas. El año pasado falleció a causa de un accidente y ahora siempre que los amigos nos casamos dejamos unos minutos en la fiesta para recordarle, porque él siempre va a estar presente, y más en ese momento. El recordar a todo el mundo escuchando su canción favorita, con una bengala en la mano mientras se proyectaba un vídeo de los chicos de vacaciones, siempre va a ser emocionante".

placeholder El tercer look nupcial de Paula. (Raquel Lindo)
El tercer look nupcial de Paula. (Raquel Lindo)

Como recomendación para futuras novias, Paula lo tiene claro. "Siempre digo que me hubiera encantado ir de invitada a mi propia boda. Creo que este consejo es el que te puede dar cualquiera que preguntes, pero realmente es el más importante. Disfruta. Disfruta del momento. La boda pasa volando, querrás estar con todo el mundo y muchas veces no es fácil. Disfruta y vívelo todo sin preocuparte de si algo no estaba como pensabas o no sale como querías", sentencia.

Una fiesta les unió y años después Carlos y Paula se convirtieron en protagonistas de su propia fiesta: la de su boda. "Nos conocimos en julio de 2019 en el cumpleaños de un amigo en común. Estábamos celebrándolo en uno de sus restaurantes y dio la casualidad que nos sentamos uno al lado del otro en la mesa. Un mes más tarde, después de mucho hablar, decidimos quedar. Ese tiempo, sumado una pandemia por medio, un confinamiento que pasamos el uno con el otro, hizo que nos fuéramos a vivir juntos", cuenta la novia.

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