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El día de Clara: boda destino en Segovia, vestido de novia desmontable y celebración en un antiguo caserío
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El día de Clara: boda destino en Segovia, vestido de novia desmontable y celebración en un antiguo caserío

Naturales de Madrid, Clara y Jorge trasladaron a sus familiares y amigos hasta Segovia para festejar su amor en un enclave único. Adéntrate en su gran día

Foto: La boda de Clara y Jorge. (Pelillos de ratón)
La boda de Clara y Jorge. (Pelillos de ratón)

En las grandes historias de amor, las casualidades son las que marcan el camino. Así se cruzaron las vidas de Clara y Jorge. "Nos conocimos hace cinco años, un sábado cualquiera en Madrid. Mi amiga Silvia había quedado a comer en una terraza con su novio, Jaime, y los amigos de él, entre los que estaba Jorge. Yo no fui a la comida, pero me uní al tardeo. El tardeo se convirtió en estar de fiesta por la calle Ponzano toda la noche y desde entonces, Jorge y yo juntos", cuenta la novia.

Clara, de 29 años, ortodoncista, y Jorge, 31 años, ingeniero de caminos, comenzaron una bonita relación que terminó con él pidiendo su mano. "Nosotros todos los años antes de irnos de viaje en agosto, inauguramos el verano con una escapada a Tarifa, fue nuestro primer viaje y así lo hemos repetido todos los veranos. Para los dos es un lugar mágico, nos encanta el ambiente, los planes, las playas y los restaurantes", detalla Clara. En Tarifa, testigo de tantos momentos importantes de su historia, también se prometieron amor eterno.

placeholder La boda de Clara y Jorge. (Pelillos de ratón)
La boda de Clara y Jorge. (Pelillos de ratón)

"Como cada verano, el 15 de julio del año pasado estábamos en Tarifa, y después de un día de playa, Jorge me propuso ir a ver el atardecer desde la duna de Bolonia. Me pareció un planazo, aunque durante la subida estuve a punto de rajarme varias veces, no podías más, pero le veía a él con tanto entusiasmo, cargando con todo, sudando a muerte y sin quejarse ni una sola vez, que yo no podía decir que no. Una vez arriba, Jorge sacó dos botellines de cerveza, aunque por supuesto no teníamos abrelatas, después de un rato, los consiguió abrir con unas llaves. Yo seguía sin entender por qué tanto empeño en abrirlos, pero claro, él quería que pudiésemos brindar. Fue un día increíble, sin nada especial, pero con playa, un par de cervezas y el atardecer. No existe mejor plan para nosotros", nos explica la ortodoncista.

Cuando Clara y Jorge le contaron a sus familiares y amigos que estaban comprometidos, arrancó la carrera por organizar su boda soñada. "La boda en sí fue bastante parecida a lo que nos imaginábamos, aunque los sentimientos son difíciles de imaginar, por lo que superó todas nuestras expectativas", confiesa.

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La boda de Clara y Jorge. (Pelillos de ratón)

Naturales de Madrid, decidieron trasladar a todos sus invitados hasta Segovia para festejar su amor en un enclave único. "Me gustó mucho que fuera en Segovia, la gente nos preguntaba por qué allí y al principio no había un motivo concreto, pero a raíz de empezar a organizarla allí, se convirtió en nuestro sitio. Muchos domingos íbamos a misa a la iglesia, nos quedábamos charlando con el sacerdote y después íbamos a comer al restaurante que se encargó de la preboda". El suyo fue, por tanto, un enlace destino. "Queríamos agradecer que los invitados fueran hasta Segovia con una preboda especial, así que organizamos un torneo de pádel y barbacoa en el club, los que nos conocen saben que el plan de pádel y barbacoa es el que mejor nos representa".

La fecha elegida por los novios fue el 15 de junio de 2024, en dos actos, primero, ceremonia religiosa en la iglesia de San Martín ubicada en el centro de la ciudad, en la plaza de las Sirenas y junto al Torreón de Lozoya; y segundo, celebración en Las Margas, una finca situada bajo la sierra de Guadarrama a 15 minutos de Segovia donde se conserva un antiguo caserío de labranza.

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La boda de Clara y Jorge. (Pelillos de ratón)

Fecha y lugar marcados, la ortodoncista pudo dedicarse a una de las tareas más importantes en toda boda: encontrar diseñadora para su vestido de novia. Marcela Mansergas, una de las modistas nupciales más solicitadas de Madrid, sería la elegida por Clara.

Antes de plantarse en el taller que la diseñadora posee en la calle Infantas, 40, de la capital, la novia tenía claras dos ideas. "Quería un traje con escote Bardot, y que pudiera mezclar diferentes tejidos como el satén y la bambula de seda".

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La boda de Clara y Jorge. (Pelillos de ratón)

Una vez que Clara y Marcela Mansergas hicieron equipo, "ella fue la que me propuso un diseño asimétrico, creo que acertó por completo", argumenta la novia, iniciaron el proceso de creación.

El reto, para Clara, estaba en construir las mangas. "Fue lo más complicado, de hecho, el vestido inicialmente era sin mangas y decidimos añadirlas en una de las citas. Mi preocupación era que se mimetizasen con el resto del vestido, que no se notase, que luego se quitaban, y terminó siendo la parte del vestido que más me gustaba. Aunque tras el cóctel las quitamos para transformar el vestido en el diseño inicial".

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La boda de Clara y Jorge. (Pelillos de ratón)

Confeccionado con varios materiales, como Clara soñó, uno satinado y otro, bambula de seda, Marcela Mansergas ideó y construyó un vestido de novia desmontable que, llegado un momento de la celebración, se pudiera modificar diciendo adiós a las mangas. Partiendo de un escote Bardot con un detalle de nudo en la parte frontal, brotaban las mangas ligeramente abullonadas y rematadas en puños ajustados, corte ceñido a la cintura y de ahí una falda fluida con cola.

Asimismo, del atelier de Mansergas salió el velo de tul rústico que la ortodoncista lució en su boda, cubriendo el rostro a su llegada a la ceremonia religiosa. Jorge, por su parte, llevó un chaqué a medida de Old Jeffrey.

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La boda de Clara y Jorge. (Pelillos de ratón)

"Los zapatos eran de Jimmy Choo, fueron un flechazo. Sabía que no quería ir con sandalias. El problema era que las fotos que veía de otras novias, no me gustaba ningún zapato cerrado, solo sandalias, pero a la vez sentía que no eran para mí. Desde que vi estos zapatos, blancos, en satén, y con la pulsera de cristales, me encantaron. Seguía mirando otros modelos, pero siempre los acababa comparando con estos y eran los claros ganadores", recuerda Clara. "Me los regalaron mis amigas. Fuimos a la tienda a probármelos y todas creyeron que eran perfectas para mí, supongo que por la cara que puse cuando me vi con ellos. Después fuimos a mi casa a cenar, recuerdo aquel día con mucho cariño", añade.

Apuntando sus miras al ramo, "solo tenía claro que quería que fuese en cascada y muy verde, el resultado me encantó".

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La boda de Clara y Jorge. (Pelillos de ratón)

En el terreno de las joyas, como sucedió con el vestido, Clara fue luciendo diferentes piezas a lo largo de la boda. "Quería ponérmelo todo, me encantaban las novias con choker, pero me preocupaba que fuera una moda y terminase cansándome, así que opte por hacerlo por momentos. En la ceremonia y cóctel llevé los pendientes más bonitos y especiales que he visto nunca, una joya antigua, regalo de mi madre junto con el anillo con el que Jorge me pidió matrimonio. Para la entrada al banquete y con el vestido ya sin mangas, me cambié los pendientes, por unos más cortos, que fueron los que me regalaron los padres de Jorge el día de la pedida. Y para la fiesta me puse el choker y un broche encima del moño".

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La boda de Clara y Jorge. (Pelillos de ratón)

El día de la boda, la puesta a punto de Clara sucedió en la finca. "El maquillaje y el peinado lo hizo María Serrano Parra, además de hacer su trabajo perfecto, ella es un amor. Es tan importante estar con alguien que te transmita tranquilidad y optimismo el momento de antes, como lo hizo ella, que me alegro infinito de haber contado con ella".

Unos momentos previos en los que la novia no estuvo sola. "Mi familia y yo nos preparamos en la finca. Somos tres hermanas, yo soy la más tranquila y aquella mañana me recordó mucho a cualquier día en casa. Me tuve que ir a otra habitación porque mis hermanas tardaron 5 minutos en ponerlo todo patas arriba, la habitación llena de cosas, y yo necesitaba mi paz, pero desde la habitación de al lado seguía escuchando su caos y me sentía feliz de tenerlas tan cerca". Cuando estaba preparada, Clara puso rumbo a la ceremonia religiosa. "Entré a la iglesia del brazo de mi padre".

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La boda de Clara y Jorge. (Pelillos de ratón)

Al llegar a la iglesia, "lo primero que me impactó fueron las flores de la entrada, la iglesia estaba preciosa gracias a Elena Suárez". Una vez dentro, el coro "me puso la piel de gallina varias veces escuchándolos". Aunque los mejores recuerdos de la ceremonia religiosa tienen a Jorge como protagonista, "inolvidable ese sentimiento de tranquilidad y felicidad tener al lado a mi padre y a Jorge, y las miradas de complicidad con él. Cuando terminó yo tenía la sensación de haber perdido la noción del tiempo, y que daba igual cuanto hubiera durado, me habría parecido corta".

Convertidos en marido y mujer, cambiaron de ubicación para comenzar los festejos en la finca Las Margas. "El ambiente de felicidad que se respiraba era mágico, y esto no lo contemplábamos ni en el mejor de nuestros sueños".

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La boda de Clara y Jorge. (Pelillos de ratón)

"Durante la celebración, queríamos darles un ramo a la pareja de amigos que nos presentó, pero como no queríamos que se lo esperasen, en vez de hacerlo durante el banquete, lo hicimos durante la primera copa. Salimos fuera, al jardín y mientras un grupito de música tocada la canción de 'Lady Madrid' de Pereza en directo, les entregamos el ramo. Al ser uno de los días más largos del año, no queríamos meternos en la discoteca con plena luz y creo que fue un acierto tener este ratito al aire libre", comenta Clara.

Jorge y Clara abrieron el baile al ritmo de 'LOVE' de Nat King Cole. "Destacaría el momento en que se fue la luz en la discoteca, y lejos de provocar un momento de bajón, todos siguieron dándolo todo, cantando a pleno pulmón"

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La boda de Clara y Jorge. (Pelillos de ratón)

"Me encantó que la finca nos diese la oportunidad de dormir allí, con nuestros padres y hermanos y al día siguiente desayunar todos juntos", señala la ortodoncista.

Por último, nos despedimos con las recomendaciones de Clara para futuras novias. "El primer consejo y el más importante es que recuerden siempre el verdadero significado de casarse, y que cuando algo les preocupe que piensen si es realmente relevante. Después, una vez elegido un proveedor o tomada una decisión, no piensen en más opciones en cuanto a ese tema. Y por último, que no se preocupen por las cosas que no pueden controlar, hay que confiar, ya que lo que va a hacer vuestra boda, son las personas que van a estar ese día allí, vuestras familias y amigos".

En las grandes historias de amor, las casualidades son las que marcan el camino. Así se cruzaron las vidas de Clara y Jorge. "Nos conocimos hace cinco años, un sábado cualquiera en Madrid. Mi amiga Silvia había quedado a comer en una terraza con su novio, Jaime, y los amigos de él, entre los que estaba Jorge. Yo no fui a la comida, pero me uní al tardeo. El tardeo se convirtió en estar de fiesta por la calle Ponzano toda la noche y desde entonces, Jorge y yo juntos", cuenta la novia.

Bodas Vestido novia
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