La boda de Alicia Guijarro en Galicia, en fotos: vestido de novia desmontable, looks de las hermanas Baceiredo y lágrimas en el altar

La emoción fue protagonista en la boda de Alicia Guijarro y Jorge Saavedra, celebrada este fin de semana en Galicia. El novio, visiblemente nervioso en el altar, no pudo contener las lágrimas cuando vio aparecer a Alicia por la puerta del templo. A su lado, la madrina compartió la emoción y ambos rompieron a llorar mientras la novia avanzaba hacia el altar.

El escenario elegido para el “sí, quiero” fue el imponente Monasterio de Santa María la Real de Oia, un enclave cargado de historia en la costa de Pontevedra. Fundado en el siglo XII, este antiguo monasterio cisterciense conserva la grandeza de su arquitectura y la serenidad de un lugar donde los monjes vivieron durante siglos. Hoy, convertido en parroquia para los habitantes de Oia, sigue siendo un lugar mágico para celebrar enlaces como el de Alicia y Jorge.

A la salida de la iglesia, en lugar del clásico arroz, los invitados lanzaron pétalos de margaritas frescas, envolviendo a los recién casados en una estampa delicada y simbólica. Entre los detalles más comentados del enlace estuvo también uno de los regalos: una ilustración personalizada de la artista Silvia Pindado, que inmortalizó a los invitados con algo que les hace especiales para los novios.

La novia acaparó todas las miradas con un vestido de inspiración lencera en blanco roto, de tirantes finos y corte fluido, que complementaba con un sobre vestido translúcido en gasa etérea que aportaba movimiento y ligereza. Esta capa, que partía de los hombros y se cruzaba en la parte delantera, aportaba un aire romántico al conjunto.

Ya en la fiesta, Alicia optó por retirarla para quedarse solo con el diseño principal, más cómodo y perfecto para el baile. Un look desmontable, sencillo y muy actual, que resumía a la perfección el estilo de la novia: elegancia natural con un toque moderno.

El estilo no se quedó en el look de la novia. Sus amigas e invitadas más cercanas, entre ellas las hermanas Marta y Sara Baceiredo y Mariana Díez Moliner, apostaron por diseños de la firma española Lady Pipa.

Marta eligió el vestido Isola Terracota, de silueta midi y detalle bordado en gasa y Mariana optó por el conjunto Aria en tono mostaza, con top asimétrico drapeado y pantalón de talle alto. Mientras que Sara completó el grupo con otro diseño de la marca en verde con fruncidos en la parte delantera y silueta sirena, que convirtió la entrada de las amigas de la novia en un auténtico desfile de estilo.

Tras la ceremonia religiosa, los invitados se trasladaron al Pazo de Santa Cruz de Mondoi, una finca histórica en medio de la naturaleza gallega. Allí se celebró la cena y la fiesta en un entorno que parecía sacado de un cuento. Los alpendres centenarios cubiertos de miles de bombillas, el salón acristalado con vistas al jardín y los rincones al aire libre rodeados de árboles crearon un ambiente mágico.

La decoración, muy cuidada, recordó a un auténtico castillo de princesas, con candelabros, hortensias blancas, vegetación silvestre y frutas estratégicamente dispuestas sobre las mesas, como manzanas y uvas verdes. El banquete, como no podía ser de otra manera tratándose de Galicia, estuvo marcado por mariscos y pescados: zamburiñas, pulpo y otros manjares, siempre acompañados de los caprichos de la novia, como su inseparable zumo de tomate.

El baile también rompió con la tradición. Alicia cambió el vals clásico por unos "saltitos" llenos de energía junto a su padre, en una imagen que sus amigas definieron como muy ella. La música corrió a cargo de la Villaboy Band, que ya ha animado bodas como las de Marta Pombo o Susana Molina. Y, como broche de oro, el propio novio se atrevió a ponerse a los platos para pinchar unos temas, convirtiéndose por unos minutos en el DJ de su propia boda.

Un día cargado de emociones, estilo y guiños personales que convirtió la boda de Alicia Guijarro y Jorge Saavedra en una de las celebraciones más recordadas de este verano.