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5 cosas que haces como padre (y no deberías) para ayudar a tu hijo a superar sus rabietas
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LO QUE DICE EL EXPERTO

5 cosas que haces como padre (y no deberías) para ayudar a tu hijo a superar sus rabietas

Según el experto Álvaro Bilbao, hay cinco cosas que debes cambiar para luchar contras las rabietas de tus hijos

Foto: 5 cosas que debes hacer para superar las rabietas de tus hijos. (Unsplash/Annie Spratt)
5 cosas que debes hacer para superar las rabietas de tus hijos. (Unsplash/Annie Spratt)

Cuando se es padre, también es ser testigo de todos los cambios que vayan a sufrir tus hijos durante su desarrollo. A medida que va pasando la edad, su actitud cambia, pero al ser niños, suelen tener las conocidas rabietas, es decir, enfados de los cuales comienzan a llorar y a tener pataletas. En ocasiones, los padres no saben cómo actuar ni solucionar el problema, y puede acabar en situaciones incómodas y perder el control.

Según el experto Álvaro Bilbao, que suele compartir en su perfil de Instagram trucos y consejos para educar a los hijos, "intentar controlar a un niño/a cuando tiene una rabieta es casi tarea imposible". Sin embargo, recalca que esta actitud es "algo normal y natural en su desarrollo".

Por esta razón, comenta en el post de Instagram que "la labor de los padres y de las madres no consiste en exigir al niño/a que se controle solo (porque no puede), sino ayudarle a calmarse, a entenderse y a superar su frustración". Para conseguirlo y evitar las situaciones en las que, como él explica, "padres y madres suelen echar mano de las actitudes menos eficaces, consiguiendo que la rabieta de niño cobre aún más fuerza", resume cinco cosas que los adultos no deben hacer.

1. No es algo personal

placeholder Consejo número uno: no tomarse las rabietas como algo personal. (Unsplash/Caleb Woods)
Consejo número uno: no tomarse las rabietas como algo personal. (Unsplash/Caleb Woods)

Tal y como cuenta el experto en su post, las rabietas de los niños son algo que está en ellos y es algo natural. Sin embargo, en ocasiones los padres se lo pueden tomar como algo personal. Es en esos momentos cuando pueden también ellos perder el control de la situación.

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Para evitarlo, recomienda a los padres en pensar que esto "no es algo personal" y que "saber que el problema lo tienen los niños, y no nosotros, suele ayudar a los padres y a las madres a tomarse las cosas con más calma. Intenta estar tranquilo/a". Así que ya sabes, la próxima vez que tengas que enfrentarte a este tipo de situaciones con un niño, respira cinco veces, coge aire y evita que los nervios te dominen.

2. No puedes perder para nada el control

placeholder Debes aprender a controlar tus nervios. (Pexels/August de Richelieu)
Debes aprender a controlar tus nervios. (Pexels/August de Richelieu)

Este segundo consejo puede tener relación con el anterior. Para lograr a estar tranquilos, debemos tener nuestros sentimientos bajo control, no tomarnos todo a la ligera. Es más, el experto dice que, en estos casos, "enfadarse solo va a asustarle o violentarle más, haciendo que su frustración aumente y la rabieta empeore".

Por ello, recalcamos en el consejo del principio. Las rabietas de los niños son naturales y no se deben tomar como algo personal. Si él ve que tú estás enfadado, la situación empeora. No debes permitir que esto suceda.

3. No debes agarrar al niño

placeholder No agarrar al niño mientras tiene la rabieta. (Unsplash/Brett Jordan)
No agarrar al niño mientras tiene la rabieta. (Unsplash/Brett Jordan)

Cuando un padre se enfrenta a la rabieta de su hijo, a veces cree que agarrándolo y cogiéndolo de las manos puede ser la solución. El experto dice lo contrario. La razón por la que lo dice es que "los gritos y las pataletas son la manera natural que tiene su cerebro para descargar tensión emocional y calmarse".

Ahora que conoces las razones de estas actitudes, la próxima vez que te tengas que enfrentarte a las rabietas, evita tocarle. Debe descargar su ira con los gritos o las pataletas y tú tienes que seguir estando tranquilo como hasta ahora.

4. Evita que pase vergüenza

placeholder El niño no puede sentir vergüenza mientras tiene la rabieta. (Unsplash/Idzard Schiphof)
El niño no puede sentir vergüenza mientras tiene la rabieta. (Unsplash/Idzard Schiphof)

Esto sucede sobre todo cuando el niño se encuentra en un hogar público donde hay mucha gente, y los padres recurren a frases para que el menor se dé cuenta del escenario que está montando. Bilbao tampoco recomienda que los adultos hagan esto, ya que lo que consiguen es "frustrar más al pequeño".

Para este tipo de situaciones, intenta llevar al niño a un lugar tranquilo y ahí calmarlo. Cuando estés en ese sitio, deja al pequeño que libere sus tensiones y descargue su ira. En cuanto la situación esté controlada, podréis volver.

5. No agobiarle para que se tranquilice

placeholder No agobiar al crío con la intención de tranquilizarle. (Unsplash/Max Goncharov)
No agobiar al crío con la intención de tranquilizarle. (Unsplash/Max Goncharov)

Por último, pero no por ello menos importante, este último consejo también lo puedes poner en práctica a lo que hemos comentado hace poco. Bilbao señala que no podemos agobiar al menor para que se le pase la rabieta, ya que lo conseguiremos será el efecto contrario, "frustrarle mucho más".

Es por ello que volvemos a recomendar lo mismo que antes. En un sitio tranquilo, dejar al niño que descargue su ira y que se tome el tiempo que sea necesario. Mientras esto sucede, tú debes controlar tus sentimientos, que la furia tampoco se apodere de ti y volver a pensar que no es nada personal. Cada niño es un mundo, pero todos hemos pasado por esta fase. Lo importante es saber dominar el momento.

Cuando se es padre, también es ser testigo de todos los cambios que vayan a sufrir tus hijos durante su desarrollo. A medida que va pasando la edad, su actitud cambia, pero al ser niños, suelen tener las conocidas rabietas, es decir, enfados de los cuales comienzan a llorar y a tener pataletas. En ocasiones, los padres no saben cómo actuar ni solucionar el problema, y puede acabar en situaciones incómodas y perder el control.

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