Los japoneses saben que comer menos alarga la vida, pero ¿cuál es la cantidad de comida correcta?
A través de los hábitos de vida de Japón se ha investigado sobre cómo la cantidad de alimentos en cada ingesta puede ayudar a vivir más tiempo
En el mundo de la salud y la longevidad, los japoneses parecen tener una clave importante: comer menos para vivir más. Numerosos estudios científicos han revelado que reducir la ingesta calórica puede tener un impacto significativo en la esperanza de vida. Pero esto nos deja con una pregunta crucial: ¿cuál es la cantidad adecuada de comida para alargar la vida?
Investigaciones recientes han demostrado que una reducción del 20-30% en la ingesta calórica diaria puede estar asociada con una mayor longevidad. Esta práctica sencilla, que consiste en servirse porciones más pequeñas y evitar el consumo excesivo de productos ultraprocesados, parece tener un efecto notable en la duración de la vida. Según el Dr. David Sinclair, profesor de Genética en la Facultad de Medicina de Harvard, reducir la ingesta calórica activa las sirtuinas, enzimas que promueven la producción de NAD+, un reparador del ADN que ha mostrado alargar la vida en ratones.
Además de las sirtuinas, una dieta hipocalórica influye positivamente en las sustancias mTOR y AMPK. AMPK genera más mitocondrias, que son las encargadas de producir energía celular, mientras que mTOR actúa como limpiadora celular cuando se encuentra en equilibrio, lo cual es favorecido por una ingesta calórica adecuada.
En Japón, la práctica del "Hara hachi bu", que implica comer hasta el 80% de la capacidad estomacal, es común en zonas con alta población longeva. Este hábito evita el consumo excesivo de calorías y productos ultraprocesados, contribuyendo así a una vida más larga y saludable. Más allá de la restricción calórica, otros patrones dietéticos pueden contribuir a la longevidad.
La reducción del consumo de azúcar es una medida importante, respaldada por experimentos con moscas de la fruta, con las que compartimos más del 60% de nuestros genes. Los ayunos intermitentes también han ganado popularidad como una práctica que puede extender la longevidad. Esto puede hacerse creando una "ventana de alimentación" y comer solo por la mañana y por la tarde, o cenando temprano y retrasando el desayuno para lograr un período sin ingesta de 12-14 horas durante la noche.
Adaptar estas estrategias puede ser la clave para mejorar nuestra salud y alargar nuestra vida. La moderación en la comida, como practican en Japón, junto con la adopción de hábitos dietéticos saludables, nos ofrece una hoja de ruta hacia una vida más larga y plena. Así que, la próxima vez que te sientes a la mesa, recuerda: comer menos podría ser la receta para vivir más. Aunque, conviene recordar que ante cualquier duda relacionada con la nutrición y hábitos de vida saludable, siempre es conveniente consultar con un profesional.
En el mundo de la salud y la longevidad, los japoneses parecen tener una clave importante: comer menos para vivir más. Numerosos estudios científicos han revelado que reducir la ingesta calórica puede tener un impacto significativo en la esperanza de vida. Pero esto nos deja con una pregunta crucial: ¿cuál es la cantidad adecuada de comida para alargar la vida?