El famoso 'plato de Harvard' no es tan bueno como lo pintan, según una nutricionista
Esta técnica tan extendida puede tener carencias, según una especialista en dietas
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La nutricionista Sofía Giaquinta ya no usa el plato de Harvard en consulta desde hace un tiempo. Se ha dado cuenta de que está muy desactualizado. “Y por la cantidad de cultura de dieta que hay en el mismo”, añade en un vídeo que ha subido a su cuenta de Instagram, donde hace divulgación sobre nutrición. Para ella, el problema con el plato de Harvard, un sistema para comer de forma equilibrada y completa, es que tiene algunas carencias. En resumen, esta técnica consiste en llenar media superficie del plato con verduras y frutas, un cuarto de granos integrales y otro cuarto con proteínas saludables.
“Si os fijáis en el plato de Harvard hay una parte de verduras en el que pone las patatas y las patatas fritas no cuentan”, comienza a explicar. Es la única parte en la que se mencionan las patatas, que contienen hidratos de carbono. “Cualquier persona ve eso sin contar con ningún tipo de asesoramiento profesional y lo que dice es que las patatas son malísimas, son el demonio”, remarca. Este alimento está en muchísimos sitios: en cremas, en purés, en salsas, en guisos. E incluso tienen sus propios platos como las patatas a la importancia. “Por no hablar de la tortilla de patata, que a nivel cultural y gastronómico en nuestro país, que es un símbolo”, enumera.
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La nutricionista critica este sistema y la forma de transmitir mensajes sin profundizar mucho en ellos: “Te pones a pensar y en vez de copiar recomendaciones de instituciones con tanto prestigio, lees las recomendaciones bien leídas y dices ostras que es que al final estamos demonizando alimentos en nombre de una Universidad y parece que quién va a haber más inteligente que la universidad de Harvard. Pues hasta ellos se equivocan y dan recomendaciones que son bastante rígidas y que implican bastantes limitaciones”.
Sofía reflexiona sobre que es muy importante “entender que la comida no es solo comida, que no se puede demonizar un alimento”. La nutricionista explica lo que pasa cuando te prohíbes un producto en concreto: “Si le haces caso al plato de Harvard y en vez de comerte la tortilla de patata te la comes francesa lo único que va a pasar es que vas a perder alegría y felicidad al comértela porque ya no es lo que tú estabas esperando. Las patatas no son malas, no hay ningún alimento que sea malo de forma intrínseca”.
La nutricionista Sofía Giaquinta ya no usa el plato de Harvard en consulta desde hace un tiempo. Se ha dado cuenta de que está muy desactualizado. “Y por la cantidad de cultura de dieta que hay en el mismo”, añade en un vídeo que ha subido a su cuenta de Instagram, donde hace divulgación sobre nutrición. Para ella, el problema con el plato de Harvard, un sistema para comer de forma equilibrada y completa, es que tiene algunas carencias. En resumen, esta técnica consiste en llenar media superficie del plato con verduras y frutas, un cuarto de granos integrales y otro cuarto con proteínas saludables.