Así puedes detectar los síntomas físicos de la ansiedad y combatirlos

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En ocasiones, la ansiedad provoca una serie de síntomas que no reconocemos como tales y que suelen confundirse con otros problemas de salud, entre ellos, dolores de cabeza, malestar estomacal, tensión muscular o dificultad para respirar. Según los estudios publicados en las revistas 'Focus' y 'New England Journal of Medicine', esta sintomatología se produce debido a la activación del sistema nervioso autónomo, que desencadena la respuesta de 'lucha o huida'; una reacción que prepara al cuerpo para enfrentar peligros, aunque dicho peligro no sea real.

Un artículo expuesto en la web de la Universidad de Harvard establece una serie de pasos que se pueden seguir para identificar el origen de estos síntomas y frenar el ciclo de ansiedad. Lo primero que se debe hacer es parar un momento y observar las sensaciones corporales, evaluando si surgieron después de un evento estresante. Según la institución, identificar si la ansiedad es la causa de los síntomas ayuda a reducir el miedo asociado y frenar la espiral de pensamientos negativos que suelen incrementar el malestar físico.

Una vez que se ha reconocido la ansiedad, los expertos sugieren el uso de distracciones como herramientas para desviar la atención de los síntomas y reducir su intensidad. Actividades como hojear un álbum de fotos, hacer tareas del hogar o realizar una actividad manual pueden romper la burbuja. Asimismo, el ejercicio físico o respirar profundamente pueden ser útiles para relajar el sistema nervioso.

La Universidad de Harvard destaca la importancia de recordarse a uno mismo que estos síntomas no suelen representar una amenaza grave para la salud. Sin embargo, si los síntomas persisten o interfieren con la vida diaria, debe consultarse con un profesional.

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En casos de ansiedad persistente o crónica, que afecta a entre un 7 y un 8% de los pacientes, los especialistas sugieren la intervención de un profesional especializado. Como soluciones a este trastorno, se recomiendan la terapia cognitivo-conductual y, en ciertos casos, el uso de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). El tipo de terapia mencionada, por ejemplo, permite a las personas identificar patrones de pensamiento que intensifican la ansiedad y proporciona herramientas para abordar los síntomas de manera más saludable.

De todas formas, si tienes dudas sobre cómo tratarla, lo mejor es que acudas a un profesional de salud para que pueda ayudarte a resolver todas tus preguntas, teniendo en cuenta tus circunstancias concretas.