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Estos son los riesgos para la salud de vapear: cómo hablar con un adolescente para que deje el hábito
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Estos son los riesgos para la salud de vapear: cómo hablar con un adolescente para que deje el hábito

Más allá del entorno familiar, las escuelas y los profesionales de la salud tienen un papel fundamental en la prevención del vapeo

Foto: El vaper también es perjudicial para la salud. (Istock)
El vaper también es perjudicial para la salud. (Istock)

El vapeo, una práctica que se ha popularizado rápidamente entre los adolescentes, es a menudo percibido como una alternativa más segura al tabaco tradicional. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que el uso de cigarrillos electrónicos está lejos de ser inocuo y puede acarrear graves riesgos para la salud. Este hábito, que incluye el consumo de nicotina y otras sustancias químicas, plantea preocupaciones no solo médicas, sino también sociales y educativas, exigiendo un enfoque integral para prevenir y tratar su adicción entre los más jóvenes.

Aunque los cigarrillos electrónicos se publicitan como herramientas para dejar de fumar, su impacto en la salud es preocupante, especialmente en adolescentes. Uno de los principales peligros es la adicción a la nicotina, una sustancia altamente adictiva que afecta el desarrollo cerebral. Durante la adolescencia, el cerebro está en pleno proceso de maduración, y la exposición a la nicotina puede influir negativamente en habilidades clave como la atención, el aprendizaje y el control de impulsos.

placeholder El vaper favorece comenzar a fumar. (Pexels/ Matheus Bertelli)
El vaper favorece comenzar a fumar. (Pexels/ Matheus Bertelli)

Otro riesgo significativo es el daño pulmonar. Aunque los dispositivos no producen alquitrán como los cigarrillos tradicionales, generan vapores que contienen compuestos tóxicos como formaldehído, acetaldehído y partículas ultrafinas. Estas sustancias pueden ocasionar problemas respiratorios e incluso enfermedades pulmonares graves, como la EVALI (lesión pulmonar asociada al vapeo). Además, se han identificado riesgos cardiovasculares debido a que la nicotina eleva la presión arterial y acelera el ritmo cardíaco, aumentando las probabilidades de enfermedades del corazón a largo plazo. A estos problemas se suma la exposición a sustancias químicas dañinas presentes en los líquidos de vapeo. Un ejemplo de esto es el diacetilo, un compuesto relacionado con la bronquiolitis obliterante, conocida como “pulmón de palomitas de maíz”, una enfermedad respiratoria severa y crónica.

El atractivo del vapeo entre los jóvenes radica en varios factores. En primer lugar, los líquidos aromatizados en sabores como frutas, caramelos y postres son especialmente diseñados para atraer a este grupo demográfico. Además, la publicidad, a menudo engañosa, lo presenta como una opción moderna y segura, minimizando los riesgos reales. La influencia de las redes sociales también juega un papel importante, ya que muestran el vapeo como parte de un estilo de vida atractivo y de tendencia, fomentando su adopción entre los adolescentes.

placeholder El vaper también contiene nicotina. (Pexels/ Renz Macorol)
El vaper también contiene nicotina. (Pexels/ Renz Macorol)

Una conversación efectiva sobre el tema debe comenzar con la educación de los propios padres o tutores. Comprender los riesgos asociados al vapeo y estar bien informados permite ofrecer una explicación clara y fundamentada. El momento y el enfoque también son clave. Es importante elegir un ambiente relajado para la conversación y evitar actitudes confrontativas. Escuchar al adolescente sin emitir juicios facilita un diálogo más abierto. Preguntarles qué saben sobre el vapeo y qué les atrae de él puede ayudar a identificar las razones detrás de su interés.

Además, es fundamental explicar con datos concretos los efectos nocivos para la salud, como el daño pulmonar y los riesgos cardiovasculares. Si el adolescente ya ha desarrollado el hábito, se deben ofrecer alternativas, como hablar con un médico, participar en programas de apoyo o utilizar aplicaciones diseñadas para fomentar hábitos más saludables. Finalmente, dar ejemplo es crucial. Los padres que evitan el consumo de sustancias nocivas y promueven un estilo de vida saludable tienen más posibilidades de influir positivamente en sus hijos.

El vapeo, una práctica que se ha popularizado rápidamente entre los adolescentes, es a menudo percibido como una alternativa más segura al tabaco tradicional. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que el uso de cigarrillos electrónicos está lejos de ser inocuo y puede acarrear graves riesgos para la salud. Este hábito, que incluye el consumo de nicotina y otras sustancias químicas, plantea preocupaciones no solo médicas, sino también sociales y educativas, exigiendo un enfoque integral para prevenir y tratar su adicción entre los más jóvenes.

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