Nazareth Castellanos, doctora en neurociencia: "Suavizar la musculatura de la cara tiene impacto en el estado emocional"
La neurociencia sigue explorando cómo nuestro cuerpo impacta en nuestra mente, y pacificar el gesto se perfila como una herramienta accesible
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La doctora en neurociencia Nazareth Castellanos, experta en la relación entre cuerpo y mente, plantea una idea revolucionaria: el rostro no solo refleja nuestras emociones, sino que también puede moldearlas. Según Castellanos, la expresión facial influye en nuestro estado mental de manera bidireccional, lo que significa que, del mismo modo que una emoción se plasma en el rostro, cambiar la expresión puede modificar lo que sentimos.
"Muchas veces llegamos al final del día con el ceño fruncido sin darnos cuenta", explica la neurocientífica. "Si aprendemos a pacificar nuestro gesto, a suavizar la musculatura de los ojos y relajar el rostro, estamos enviando señales a nuestro cerebro que pueden ayudarnos a mejorar nuestro estado emocional". Esta afirmación se basa en estudios científicos que han demostrado que la retroalimentación facial influye en el procesamiento emocional del cerebro.
La propuesta de Castellanos implica prestar más atención a la conexión entre cuerpo y mente en nuestro día a día. En lugar de dejarnos arrastrar por el estrés o la tristeza reflejados en nuestro rostro, podemos utilizar la consciencia corporal para modificar esos estados internos. "Es fundamental darnos cuenta de cómo está nuestro gesto a lo largo del día y tratar de suavizarlo, porque eso tiene un impacto directo en nuestro bienestar", señala.
Este enfoque tiene implicaciones en diversas áreas, desde la psicología hasta la medicina y el bienestar personal. La práctica de la relajación facial se alinea con disciplinas como el yoga, la meditación o la terapia cognitivo-conductual, que buscan generar bienestar a través de la atención plena y el control corporal. Castellanos invita a adoptar este hábito no solo como una técnica de relajación, sino como una herramienta para transformar nuestra relación con las emociones y mejorar nuestra calidad de vida.
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La relación entre expresión facial y emociones también ha sido estudiada en el ámbito de la psicología. Investigaciones han demostrado que forzar una sonrisa, incluso en momentos de tristeza, puede inducir una ligera mejora en el estado de ánimo.
Este fenómeno, conocido como la "hipótesis de la retroalimentación facial", respalda la idea de que los músculos del rostro envían señales al cerebro que influyen en cómo nos sentimos.
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La doctora en neurociencia Nazareth Castellanos, experta en la relación entre cuerpo y mente, plantea una idea revolucionaria: el rostro no solo refleja nuestras emociones, sino que también puede moldearlas. Según Castellanos, la expresión facial influye en nuestro estado mental de manera bidireccional, lo que significa que, del mismo modo que una emoción se plasma en el rostro, cambiar la expresión puede modificar lo que sentimos.