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Sandra Moñino, nutricionista: “Así hay que cocinar las patatas para que sean antiinflamatorias y favorecer las bacterias del colon"
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Sandra Moñino, nutricionista: “Así hay que cocinar las patatas para que sean antiinflamatorias y favorecer las bacterias del colon"

Adoptar técnicas de cocción saludables es, sin duda, una estrategia fundamental para optimizar la calidad de nuestra alimentación

Foto: Las patatas pueden ser antiinflamatorias si las cocinamos adecuadamente. (Pexels/ Pixabay)
Las patatas pueden ser antiinflamatorias si las cocinamos adecuadamente. (Pexels/ Pixabay)

La forma en que preparamos nuestros alimentos influye no solo en su sabor y textura, sino también en el beneficio nutricional que aportan a nuestro organismo. Desde el punto de vista gastronómico, freír y cocer un alimento ofrecen resultados muy distintos: mientras la fritura intensifica sabores y crea texturas crujientes, cocer o cocinar al horno permite conservar la composición nutricional de los alimentos, reduciendo la ingesta de grasas no deseadas.

Un ejemplo revelador es el de las patatas, un alimento versátil y muy apreciado que puede comportarse de manera muy distinta según el método de cocinado. La nutricionista Sandra Moñino ha destacado en sus publicaciones en Instagram que, dependiendo de la técnica utilizada, las patatas pueden conservar sus propiedades antiinflamatorias o, por el contrario, favorecer procesos inflamatorios.

Este efecto se debe a la capacidad de las patatas para generar ácido butírico, un compuesto con propiedades antiinflamatorias naturales. Sin embargo, para que este beneficio se mantenga, es crucial aplicar una técnica de cocción que minimice la pérdida de nutrientes.

Moñino recomienda un método específico para preparar patatas de forma que se conserven sus valores nutricionales. Según sus indicaciones, lo primero es precalentar el horno a 200 grados Celsius, lo que establece un ambiente de cocción óptimo sin necesidad de añadir grasas adicionales. Mientras el horno alcanza la temperatura adecuada, se deben cortar las patatas en piezas de tamaño similar.

placeholder Las patatas al horno se convierten en antiinflamatorias al día siguiente. (Pexels/ Marco Antonio Victorino)
Las patatas al horno se convierten en antiinflamatorias al día siguiente. (Pexels/ Marco Antonio Victorino)

Para lograr esta uniformidad, una técnica sencilla es laminarlas y, posteriormente, cortarlas en tiras alargadas, parecidas a las patatas fritas convencionales. Este método permite que las patatas se cocinen de manera homogénea, manteniendo intactos los compuestos beneficiosos y evitando la degradación de nutrientes que suele ocurrir en la fritura.

Comparar freír con cocer revela diferencias fundamentales. La fritura, al sumergir los alimentos en aceite caliente, no solo incrementa el contenido calórico y la cantidad de grasas saturadas, sino que también puede dañar algunas vitaminas sensibles al calor excesivo. En cambio, cocinar al horno o cocer los alimentos permite preservar una mayor cantidad de vitaminas y minerales, logrando una densidad calórica menor y, en consecuencia, favoreciendo la salud cardiovascular y el mantenimiento de un peso equilibrado. Además, estos métodos mejoran la digestión, ya que los alimentos mantienen su integridad y, por lo tanto, son más fáciles de procesar por el organismo.

La forma en que preparamos nuestros alimentos influye no solo en su sabor y textura, sino también en el beneficio nutricional que aportan a nuestro organismo. Desde el punto de vista gastronómico, freír y cocer un alimento ofrecen resultados muy distintos: mientras la fritura intensifica sabores y crea texturas crujientes, cocer o cocinar al horno permite conservar la composición nutricional de los alimentos, reduciendo la ingesta de grasas no deseadas.

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