José Abellán, cardiólogo: "A más sal añadida mayor riesgo de sufrir eventos cardiovasculares"
La sal es un condimento cotidiano, pero su exceso puede tener consecuencias graves. Este cardiólogo aclara por qué añadir más de la cuenta puede ser un riesgo para el corazón
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La sal está presente en casi todos los hogares y en buena parte de los alimentos que consumimos a diario. Sin embargo, su consumo excesivo lleva años bajo la lupa de la comunidad médica por sus efectos sobre la salud cardiovascular. Mientras el debate público oscila entre quienes la demonizan y quienes la defienden, los expertos insisten en que el verdadero riesgo no está en su existencia, sino en su exceso. La sal añadida, la que usamos para potenciar el sabor de los platos o la que abunda en los ultraprocesados, se ha convertido en un factor clave a la hora de hablar de hipertensión y enfermedades del corazón.
El cardiólogo José Abellán abordó este tema con claridad en el pódcast de 'Fit Generation', donde explicó los efectos del sodio en el organismo y el riesgo real de un consumo elevado. "A más sal añadida, hay más riesgo de sufrir eventos cardiovasculares", señaló. El mecanismo es directo: el sodio eleva la presión arterial, y esta, a su vez, aumenta la probabilidad de infartos, ictus e insuficiencia cardíaca.
Abellán también introdujo un matiz importante: el consumo muy bajo de sodio tampoco es inocuo. “Como con todas las variables biológicas, hay un rango. Gente que toma muy, muy poco sodio también aumenta su riesgo”, advirtió. Este hecho ha sido utilizado por algunos divulgadores para defender el consumo libre de sal, pero según el especialista, se trata de una interpretación errónea. El punto clave está en alcanzar un equilibrio razonable, sin extremos.
En su opinión, la mayoría de las personas obtienen suficiente sodio de los alimentos naturales sin necesidad de añadir más. “No necesitas añadirle sal a la comida”, afirma. Ahora bien, añade que una pequeña cantidad puede no ser perjudicial si se mantiene una dieta basada en productos frescos y se evita el abuso de ultraprocesados, auténticos responsables del exceso de sodio en la dieta moderna.
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Aunque el debate sobre la sal sigue abierto, la evidencia médica respalda un mensaje nítido: más no es mejor. Como en tantas cuestiones de salud, acudir a un experto, como hacemos siempre, es la mejor forma de separar el dato del mito y tomar decisiones informadas sobre nuestra alimentación.
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La sal está presente en casi todos los hogares y en buena parte de los alimentos que consumimos a diario. Sin embargo, su consumo excesivo lleva años bajo la lupa de la comunidad médica por sus efectos sobre la salud cardiovascular. Mientras el debate público oscila entre quienes la demonizan y quienes la defienden, los expertos insisten en que el verdadero riesgo no está en su existencia, sino en su exceso. La sal añadida, la que usamos para potenciar el sabor de los platos o la que abunda en los ultraprocesados, se ha convertido en un factor clave a la hora de hablar de hipertensión y enfermedades del corazón.