Ni hablar ni escuchar: el gesto diario que mejora la autoestima después de los 60 años
Este estudio recuerda que el mayor gesto de amor propio puede ser interno: confiar en que uno mismo tiene la capacidad de afrontar lo que venga
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A partir de los 60 años, la felicidad y el bienestar emocional se vuelven aspectos fundamentales para una vida plena. Aunque muchas estrategias se centran en mantener conversaciones significativas o escuchar más a los demás, un nuevo estudio científico ha demostrado que hay un gesto mucho más poderoso y silencioso que puede marcar la diferencia: creer en uno mismo.
Investigadores de la Universidad de Ciencias Médicas de Sarab (Irán) publicaron en marzo de 2025 un estudio en la revista 'PLOS ONE' que analiza la relación entre la autoeficacia, la autoestima y la felicidad en adultos mayores. A través de una encuesta a 400 personas mayores de 60 años, el estudio concluye que la autoeficacia —es decir, la confianza en la capacidad de afrontar retos cotidianos— es el factor más determinante para alcanzar la felicidad en esta etapa de la vida.
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La autoeficacia no requiere palabras, ni conversaciones profundas, ni siquiera estar acompañado. Es un gesto interno, una afirmación diaria de que uno es capaz, suficiente y valioso. Según los datos recogidos, este sentimiento influye más en el bienestar que incluso la situación económica, el estado civil o el nivel educativo. En números, la autoeficacia explicó un 43% de la variabilidad en la felicidad de los participantes, siendo el predictor más fuerte (β = 0.695), por encima incluso de la autoestima.
Pero ¿cómo se cultiva la autoeficacia? Los investigadores proponen una serie de intervenciones que van desde terapias cognitivas hasta talleres de habilidades prácticas. Actividades como el arte, el ejercicio físico moderado o la meditación también pueden reforzar este sentimiento interno de control y valía personal. En definitiva, pequeños gestos diarios que fomentan la autonomía, el reconocimiento de logros propios y la superación de obstáculos cotidianos.
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Además, el estudio resalta la importancia de promover programas comunitarios enfocados en fortalecer la autoeficacia en personas mayores. Iniciativas que fomenten la participación activa, el aprendizaje continuo y el reconocimiento de habilidades personales pueden ser claves para empoderar a este sector de la población. Los investigadores insisten en que no se trata solo de aumentar el tiempo de vida, sino de mejorar la calidad emocional de esos años, y la percepción que cada persona tiene sobre su propia valía es fundamental para lograrlo.
En un mundo que a menudo tiende a subestimar el potencial de las personas mayores, este hallazgo representa un cambio de paradigma. No es necesario esperar grandes transformaciones externas para sentirse mejor: basta con cultivar el pensamiento de “sí puedo”. A través de pequeños desafíos superados, rutinas que refuercen la independencia y un enfoque más compasivo hacia uno mismo, se puede construir una autoestima sólida que, como muestra la ciencia, tiene un impacto directo en la felicidad.
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