Aprovecha el verano para engancharte a este deporte que te ayudará a cambiar tu composición corporal en pocas semanas

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Con la llegada del verano y las altas temperaturas, muchas personas se replantean sus rutinas deportivas buscando opciones más refrescantes y menos sofocantes que las habituales. Y si hay un deporte que lo reúne todo —eficacia, bajo impacto, diversión y beneficios completos para el cuerpo— ese es, sin duda, la natación. Más allá de ser una actividad clásica para esta época del año, nadar puede convertirse en un auténtico aliado para transformar tu composición corporal en pocas semanas.

La natación es uno de los pocos deportes que moviliza prácticamente todos los grupos musculares al mismo tiempo: brazos, piernas, espalda, core y glúteos trabajan de forma simultánea en cada brazada.

Este esfuerzo sostenido, al realizarse en un entorno de resistencia como el agua, acelera el gasto calórico y contribuye no solo a perder grasa corporal, sino también a tonificar de manera global. La clave está en la regularidad: con dos o tres sesiones semanales de al menos 30-45 minutos, los resultados comienzan a notarse en el primer mes.

Además, al tratarse de una actividad de bajo impacto articular, es ideal para personas con sobrepeso, problemas de rodillas o recuperación de lesiones. El agua amortigua el peso del cuerpo, permitiendo entrenamientos intensos sin sufrir el desgaste que generan otras disciplinas como correr o hacer ejercicios de alta intensidad en seco. Y todo ello con una percepción de esfuerzo menor, lo que lo convierte también en una puerta de entrada ideal para quienes están retomando el deporte tras un tiempo de inactividad.

Desde el punto de vista metabólico, la natación ayuda a mejorar la resistencia cardiovascular, aumenta la capacidad pulmonar y favorece un mejor control de la respiración. También activa el sistema linfático y mejora la circulación sanguínea, lo que se traduce en beneficios estéticos como reducción de la hinchazón y mejora del tono muscular general. Además, es una excelente herramienta para gestionar el estrés y mejorar el estado de ánimo gracias a la liberación de endorfinas.

El verano es el momento perfecto para incorporar esta disciplina, ya que muchos municipios ofrecen acceso a piscinas públicas, cursos intensivos y horarios más flexibles. Incluso si no se dispone de una técnica depurada, los estilos más sencillos como el crol o la braza permiten empezar de forma gradual y efectiva. Y si se quiere dar un paso más, combinar la natación con ejercicios en el agua como aquagym o series de nado controladas puede multiplicar los efectos en poco tiempo.