Arthur Brooks, experto de Harvard: “Las personas más felices son las que nunca dejan de aprender. No lo hacen por obligación, sino por curiosidad”

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El reconocido académico y escritor, profesor en la Universidad de Harvard y referente en estudios sobre bienestar, ha lanzado recientemente una reflexión que está generando conversación en redes sociales: la felicidad tiene una relación directa con el aprendizaje continuo. A través de una publicación en su cuenta de Instagram, Brooks explicó que la curiosidad es un motor esencial para cultivar emociones positivas.

“Las personas más felices son las que nunca dejan de aprender. No lo hacen por obligación, sino por curiosidad”, señaló. Para el experto, cuando una persona alimenta ese impulso natural de descubrir, ya sea leyendo, explorando nuevos temas o experimentando cosas distintas, se activa el interés, una emoción que abre la puerta a estados de mayor satisfacción personal.

De este modo, el especialista apunta que no se trata de acumular conocimientos como una exigencia, sino de dejarse llevar por el deseo de comprender y sorprenderse. Según Brooks, en concreto, ese sencillo gesto de mantener viva la curiosidad incrementa la alegría cotidiana, aporta una sensación más profunda de realización y fortalece la percepción de felicidad en la vida diaria.

Cabe mencionar que estas reflexiones forman parte del primer episodio de su nuevo programa Office Hours, donde combina investigaciones en psicología, neurociencia y filosofía para acercar al público herramientas prácticas que mejoren el bienestar personal. Con un estilo accesible, Brooks busca desmitificar la idea de que la felicidad depende únicamente de grandes logros, defendiendo que está en los pequeños hábitos de aprendizaje y apertura al mundo.

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C. Acuña

En un contexto donde la productividad suele ocupar el centro de la conversación, la invitación del catedrático adquiere un matiz refrescante: aprender no como una obligación académica o profesional, sino como un acto voluntario y placentero. “Cuando te permites descubrir algo nuevo, la vida se enriquece de manera inmediata”, apunta en esta misma publicación.

La propuesta de Brooks no solo subraya la importancia del conocimiento, sino también del asombro. Recordar que la curiosidad no tiene edad y que puede ejercerse en cualquier etapa vital parece ser, para él, una de las claves más sencillas, y al mismo tiempo poderosas, para alcanzar una vida más plena y feliz.