Estas son las 5 razones más comunes por las que se te están muriendo las plantas en casa: aprende a cuidarlas
Cuidar plantas no se trata de tener “mano verde”, sino de entender sus necesidades
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Tener plantas en casa aporta vida, color y bienestar, pero no todos logran mantenerlas sanas por mucho tiempo. Si tus hojas se ponen amarillas, caen sin razón o la tierra parece siempre húmeda —o completamente seca—, es probable que estés cometiendo alguno de los errores más comunes en el cuidado de las plantas. La buena noticia es que todos tienen solución.
1. Exceso o falta de riego
El agua es esencial, pero también una de las principales causas de muerte en las plantas de interior. Regar de más puede pudrir las raíces y asfixiar la planta; hacerlo de menos, provoca que se marchite y se seque. Lo ideal es comprobar la humedad de la tierra antes de regar: si los dos primeros centímetros están secos, es momento de hacerlo. Además, conviene usar macetas con buen drenaje y platos que eviten el encharcamiento.
2. Falta de luz (o demasiada)
Cada planta tiene sus propias necesidades lumínicas. Mientras algunas especies, como los cactus o las suculentas, necesitan luz directa, otras —como los potos o los helechos— prefieren entornos más sombreados. Si notas hojas pálidas o crecimiento lento, probablemente le falte luz; si están quemadas o secas, el sol directo puede ser el problema. Una ubicación cercana a una ventana orientada al este o al sur suele ser la mejor opción para la mayoría de plantas de interior.
3. Macetas inadecuadas o falta de espacio
Las raíces necesitan espacio para crecer y respirar. Si la maceta es demasiado pequeña o carece de orificios de drenaje, la planta se estresa y su crecimiento se detiene. Trasplantar cada cierto tiempo —normalmente una vez al año— a un recipiente ligeramente mayor, con sustrato fresco y aireado, ayuda a revitalizarla. Además, usar la tierra adecuada según el tipo de planta es clave: no todas prosperan con el mismo sustrato.
4. Cambios bruscos de temperatura o corrientes de aire
Las plantas son muy sensibles a las variaciones térmicas. Colocarlas cerca de radiadores, aires acondicionados o ventanas abiertas puede provocar que se resequen o se quemen. La mayoría de las especies de interior se desarrollan mejor entre los 18 y 25 grados, en ambientes sin corrientes de aire y con buena ventilación. Si notas hojas enrolladas o bordes secos, revisa la temperatura del entorno.
5. Falta de nutrientes y cuidados generales
Aunque sobrevivan con poca atención, las plantas necesitan alimento. Un abono equilibrado, aplicado durante la primavera y el verano (épocas de crecimiento), mantiene sus raíces fuertes y sus hojas verdes. También es importante limpiar el polvo de las hojas con un paño húmedo para favorecer la fotosíntesis y revisar periódicamente la aparición de plagas, como cochinillas o pulgones.
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