El sencillo truco con botella y papel que mantiene la lechuga crujiente
Un método casero con materiales sencillos promete mantener la lechuga fresca más tiempo. La clave está en un cierre hermético y un pequeño gesto que evita que se marchite
Una forma de mantener la lechuga por más tiempo. (Freepik / benzoix)
Guardar la lechuga en la nevera sin que pierda su textura crujiente puede parecer una misión imposible. En pocos días, las hojas se reblandecen y pierden ese tono verde vibrante que tanto apetece en las ensaladas. Sin embargo, en redes sociales ha surgido un truco casero que promete alargar su vida útil durante mucho más tiempo, manteniendo el sabor y la frescura casi intactos.
El método fue compartido por el usuario @MrRice1976 en TikTok y rápidamente se hizo viral por su sencillez. Solo requiere cuatro elementos: una botella de plástico vacía, un trozo de papel de cocina, un poco de alcohol y una bolsa de plástico. Su eficacia está en la forma en que protege la lechuga del aire y la humedad, principales causas de su deterioro.
Para ponerlo en práctica, basta con cortar la base del tallo de la lechuga y colocar sobre ella un trozo de papel ligeramente humedecido con alcohol o con agua muy fría. Este gesto actúa como barrera frente a las bacterias que aceleran la descomposición y mantiene el interior de las hojas libre de humedad excesiva.
Después, se introduce la lechuga en una bolsa de plástico, procurando eliminar el aire, y se utiliza el cuello de una botella como cierre hermético: se coloca en la abertura de la bolsa, se ajusta y se enrosca el tapón. De este modo, el oxígeno no entra y la lechuga conserva durante más tiempo su aspecto y textura originales.
Podría ser una forma de reducir el desperdicio alimentario. (Freepik / DC Studio)
El secreto de este truco está en combinar la protección del cierre hermético con el efecto conservante del alcohol, que actúa como desinfectante natural. Según los usuarios que lo han probado, la lechuga puede mantenerse fresca incluso varias semanas más de lo habitual.
Un gesto tan simple como este puede marcar la diferencia entre tirar media lechuga a los pocos días o disfrutarla en perfectas condiciones mucho después. Ideal para quienes buscan reducir el desperdicio alimentario sin complicaciones ni aparatos especiales.
Guardar la lechuga en la nevera sin que pierda su textura crujiente puede parecer una misión imposible. En pocos días, las hojas se reblandecen y pierden ese tono verde vibrante que tanto apetece en las ensaladas. Sin embargo, en redes sociales ha surgido un truco casero que promete alargar su vida útil durante mucho más tiempo, manteniendo el sabor y la frescura casi intactos.