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Sofía Hellqvist, una stripper en la Corte sueca
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Sofía Hellqvist, una stripper en la Corte sueca

La historia se repite en la Casa Real sueca. Si bien hace cuatro décadas el rey Carlos Gustavo de Suecia declaró su intención de casarse con

Foto: Sofía Hellqvist, una stripper en la Corte sueca
Sofía Hellqvist, una stripper en la Corte sueca

La historia se repite en la Casa Real sueca. Si bien hace cuatro décadas el rey Carlos Gustavo de Suecia declaró su intención de casarse con la actual reina Silvia, una azafata alemana a la que había conocido en los Juegos Olímpicos de Múnich, ahora su hijo Carlos Felipe vuelve a hacer temblar los cimientos de una monarquía que ya superó, con cierto reparo, la boda del actual monarca.

A pesar de que Carlos no llegará al trono, lo cierto es que los suecos ya conocen las curvas de su pareja, Sofia Hellqvist. Llamada la porno novia en los corrillos de la corte sueca, Sofia se hizo famosa en 1995 tras proclamarse ganadora del concurso Hotel Paradise, la versión sueca de Gran Hermano. Al salir, no dudó en posar para la revista masculina Slitz como Dios la trajo al mundo y en compañía de una serpiente que tapaba lo justo y necesario. Sin embargo, su faceta televisiva no ha pesado tanto dentro de la familia real sueca como su pasado como stripper y camarera de clubs nocturnos, donde conoció a Carlos Felipe. 

Aún así, Sofia Hellqvist se saltó todos los protocolos y acudió al bautizo de la pequeña Estelle, hija de Victoria de Suecia y Daniel Westling, en mayo del año pasado. La tradición, algo que los países escandinavos cuidan con recelo, no aprueba que amigos y parejas sin compromiso firme de boda asistan a este tipo de acto. Sin embargo, la Casa Real sueca prefirió ceder antes de que Sofía se ‘autoinvitara’ y genera más polémica de la que generó.

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Su intento de dulcificar su imagen colaborando con asociaciones benéficas y algunas ONG’s del país y retomando sus estudios no ha servido para granjearse la simpatía de su cuñada Magdalena de Suecia. Tanto es así, que el año pasado y durante su 30 cumpleaños, la hija pequeña de Carlos Gustavo y Silvia de Suecia no invitó a Sofía Hellqvist a la celebración para evitar, sobre todo, que los testigos invitados al Palacio de Drottningholm, residencia de la Familia Real, fueran testigos de la tensa relación entre ellas.

Más cercano en el tiempo, en el mes de febrero, los desplantes de Magdalena no sólo continuaron, sino llegaron a acrecentarse. Con la fecha de la boda muy cerca, dejó en suspensión la invitación a Sofia, algo que, como era de esperar, no sentó nada bien al príncipe Carlos Felipe. “O viene Sofia o yo no soy el padrino”, fue el ultimátum que dio a su hermana. Juntos desde hace más de dos años, los rumores de que ella estaría manteniendo esta relación con el único varón de los reyes de Suecia para ganar fama, no han dinamitado  su noviazgo.

Aunque hasta este sábado no se sabrá si finalmente Sofia Hellqvist acudirá o no a la boda entre Magdalena y Chris O’Neill, lo que es cierto es que detrás de este rencor no sólo está su rechazo a su faceta como stripper, sino al pasado común de su futuro marido con Sofia, con la que coincidió hace unos años cuando todavía frecuentaban el mundo de la noche. La solución que ha adoptado Magdalena, sea o no para alejar a la exstripper de Chris, ha sido cambiar sus damas de honor por pajes, una estrategia que no sabremos si dará el resultado esperado.

La historia se repite en la Casa Real sueca. Si bien hace cuatro décadas el rey Carlos Gustavo de Suecia declaró su intención de casarse con la actual reina Silvia, una azafata alemana a la que había conocido en los Juegos Olímpicos de Múnich, ahora su hijo Carlos Felipe vuelve a hacer temblar los cimientos de una monarquía que ya superó, con cierto reparo, la boda del actual monarca.