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Charlène, ¿qué te ha pasado en la cara? El nuevo rostro de la princesa de Mónaco
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Charlène, ¿qué te ha pasado en la cara? El nuevo rostro de la princesa de Mónaco

En Vanitatis nos hemos puesto en contacto con varios expertos en la materia para conocer un poco más a qué se debe esta nueva cara de Charlène

La agenda de Charlène de Mónaco es bastante escasa, así que cuando aparece públicamente todos los ojos se posan en ella. Su actitud -siempre fría y distante- así como sus looks se analizan hasta el mínimo detalle. Sin embargo, en esta ocasión lo que de verdad nos ha llamado la atención ha sido su rostro. Ya sabemos que la esposa del príncipe Alberto de Mónaco es una adicta a los tratamientos estéticos, pero parece que se le ha ido un poco la mano con su último retoque a juzgar por las imágenes en la entrega de los Premios Princesa Grace, celebrados este lunes por la noche.

En Vanitatis nos hemos puesto en contacto con varios expertos en la materia para conocer un poco más a qué se debe esta nueva cara de Charlène. Para ello les hemos proporcionado dos imágenes de la princesa, una tomada en el mes de septiembre durante la celebración del tradicional picnic de Mónaco y otra realizada hace escasas horas en Los Ángeles. La diferencia es desconcertante, sobre todo en la zona de la boca.

El doctor Junco, cirujano plástico, considera que "la princesa mantiene la piel del tercio medio de la cara bien tersa a base de voluminizar y potenciar sus pómulos en toda su extensión, hecho que provoca que se le vean demasiado hinchadas sus mejillas. Además, en este último mes se aprecia un aumento de volumen y perfilado de ambos labios, sobre todo el superior a nivel del arco de Cupido". Asimismo, Junco explica que "seguramente mantiene a raya las lineas de expresión de frente, entrecejo y patas de gallo con infiltraciones de bótox".

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Por su parte, Moisés Amselem, eminencia en el mundo de los retoques estilísticos sin bisturí, coincide en asegurar que Charlène tiene un aire artificial. "No la veo muy natural, fundamentalmente porque al ponerse bótox, sobre todo en las patas de gallo, la frena mucho, haciendo un tope a los pómulos dando la sensación como si se lo hubieran rellenado sin haberlo hecho". En lo que se refiere a los labios, confiesa que claramente se los ha aumentado.

Los 7 cambios físicos de Charlène

Hace ya 11 años que conocemos a Charlène. Su primera aparición oficial se produjo dos meses después de empezar su relación con Alberto. Físicamente, Charlène era una 'chica del montón': de pelo rubio, nariz aguileña, dientes mal colocados y unos amplios hombros, consecuencia de su pasión por la natación. A pesar de todo ello, Charlène consiguió conquistar a un príncipe. Sin embargo, ella tenía muchas aspiraciones y en esta década que ha transcurrido se ha sometido a todo tipo de intervenciones y tratamientos para cambiar su aspecto físico, provocando que la Charlène de ahora nada tenga que ver con la de hace diez años

1. Corte de pelo: si había algo del aspecto masculino de Charlène que le daba un toque femenino era su cabello. Desde pequeña, la ahora princesa llevaba una melena bastante larga con la que, durante sus primeros años de matrimonio, lucía elaborados moños y peinados. Sin embargo, en abril de 2012 decidió cortar por la sano y se despidió de su rubia cabellera para dar paso a un 'bob' con el que recibió muy buenas críticas. En septiembre de 2015 fue un paso más allá y se hizo un peinado 'pixie' con los laterales rapados. Ahora lo lleva un poco más largo.

2. Bótox en la frente: a sus 38 años, la princesa Charlène ya tiene las típicas marcas de expresión. Las arrugas en la frente son algo habitual y marcan el paso del tiempo. Para intentar solucionar este pequeño 'problema', la esposa de Alberto se inyecta periódicamente tox. La sustancia botulínica es la que provoca que se le vean unas cejas muy levantadas que podrían hacer pensar que siempre pone cara de sorpresa. Aparte de la frente, Charlène también se inyecta vitaminas y toxinas en la zona de los ojos para evitar las temidas patas de gallo.

3. Fundas en los dientes: la dentadura de Charlène antes de conocer a Alberto no era lo perfecta que debe ser la de una princesa. La exnadadora tenía los dientes mal colocados y mala oclusión mandibular. Como la ortodoncia no era una opción para ella, ya que no quería aparecer en los actos oficiales luciendo el aparato, la princesa se fue a la solución más fácil y decidió colocarse unas fundas de circonio sobre sus dientes originales. Con ellas consiguió una sonrisa perfecta, aunque el problema de la oclusión no lo ha podido resolver.

4. Colágeno en los labios: la Charlène original tenía unos labios bastante finos y poco definidos, sobre todo el superior. Para darles un poco de grosor, la esposa de Alberto se inyecta colágeno. Con ello ha conseguido tener unos labios bastante carnosos. Aparte de las inyecciones de vitaminas y toxinas, la princesa también tiene la ayuda de algunos pintalabios como el 'gloss' de Dior que contiene colágeno y crea un efecto volumen instantáneo.

5. Rinoplastia: su nariz aguileña y un tanto torcida era uno de los grandes complejos de la princesa Charlène. Por ello, en 2008 decidió pasar por quirófano para someterse a una rinoplastia. La princesa se perfiló la nariz y la hizo un poco más delgada para darle a su rostro un toque mucho más armonioso. Con esta intervención, la esposa de Alberto se sumó a la lista de mujeres de la realeza que han cambiado su nariz. En ella encontramos a doña Letizia, Rania de Jordania o Mette-Marit de Noruega.

placeholder Charlène antes de operarse la nariz. (Gtres)
Charlène antes de operarse la nariz. (Gtres)

6. Retoque del montón: otro de los rasgos que masculinizaban a Charlène era su mentón cuadrado. Aprovechando la rinoplastia a la que se sometió en 2008, la princesa pidió a su cirujano plástico que le diera un pequeño retoque en la barbilla para hacerla más fina y así conseguir suavizar las facciones de su rostro.

7. Aumento de pecho: cuando el príncipe Alberto conoció a Charlène Wittstock, esta no destacaba precisamente por sus voluminosos pechos. La princesa quiso remediar este asunto y para ello volvió a entrar a quirófano en 2010. Aunque oficialmente nunca se ha confirmado que la exnadadora se sometiera a un aumento de senos, comparando varias imágenes de ellas es más que obvio que es así. Ahora, la madre de Jacques y Gabriella puede lucir escotes sin ningún tipo de problema.

La agenda de Charlène de Mónaco es bastante escasa, así que cuando aparece públicamente todos los ojos se posan en ella. Su actitud -siempre fría y distante- así como sus looks se analizan hasta el mínimo detalle. Sin embargo, en esta ocasión lo que de verdad nos ha llamado la atención ha sido su rostro. Ya sabemos que la esposa del príncipe Alberto de Mónaco es una adicta a los tratamientos estéticos, pero parece que se le ha ido un poco la mano con su último retoque a juzgar por las imágenes en la entrega de los Premios Princesa Grace, celebrados este lunes por la noche.

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