La infanta Sofía cumple 11 años y no, no es la princesita más invisible de Europa

Los Borbón Ortiz están de celebración. Este domingo, la pequeña de la casa cumple ya once años y lo hace convertida en toda una señorita. Fue el 29 de abril de 2007 cuando los entonces Príncipes de Asturias se convertían en padres por segunda vez de una niña a la que decidieron llamar Sofía en honor a su abuela paterna. El hecho de que fuera niña fue de lo más beneficioso -y también cómodo- para los Reyes y Leonor, pues de haber sido niño el Gobierno tendría que haber empezado un proceso para cambiar la ley agnaticia que aún sigue vigente en España y que da prioridad a los varones sobre sus hermanas.

Sofía ocupa el segundo puesto en la línea de sucesión al trono y, como tal, está -y siempre estará- a la sombra de Leonor. Sin embargo, parece que ella entiende ese papel y se siente a gusto con él. No hace falta más que ver las imágenes de la Infanta mirando con orgullo a la Princesa de Asturias cuando su padre le concedió el Toisón de Oro. Esa mirada lo decía todo. Es quizás su carácter abierto, divertido y siempre alegre el que no le hace sentir esa envidia que podría ser natural. Sofía está llamada a ayudar a Leonor en cuestiones institucionales, tal como hicieron Elena y Cristina con Felipe. Al ser el 'spare' -nombre con el que Lady Di conocía a los segundos hijos de la realeza, como un 'repuesto'-, la Infanta tendrá mucha más libertad a la hora de tomar decisiones en su vida, algo positivo dentro de ser el 'segundón'.

Poco a poco, y a pesar de las críticas que reciben Felipe y Letizia, Leonor y Sofía aparecen con más asiduidad y ahora las vemos año tras año en el Día de la Hispanidad y la misa de Pascua, aparte de sus estancias en Palma de Mallorca. De ser las Infantas 'invisibles' han pasado a ser unas princesitas que acompañan a sus padres a los actos oficiales, como la apertura de las Cortes. Y esto va a ir en aumento a medida que cumplan años, sobre todo después del acto simbólico de la entrega del Toisón de Oro a Leonor. Sin embargo, ahora que acaba de cumplir once años nos preguntamos si seguimos conociendo demasiado poco a Sofía. Para obtener una respuesta compararemos su vida con la de las otras princesitas de su generación.

Generación Sofía

​En 2006, cuando se comunicó el segundo embarazo de doña Letizia, otras dos royals europeas habían anunciado estar encinta unas semanas antes. Ellas eran la princesa Mary, que esperaba su segundo hijo tras el nacimiento de Christian; y la entonces princesa Máxima, que ya iba a por el tercero. Los partos de las tres damas reales se sucedieron con pocas semanas de diferencia. Ariane de Holanda nació el 10 de abril; Isabella de Dinamarca el 21 de ese mismo mes; y Sofía el 29. Así pues, estas tres princesitas europeas se llevan apenas unos días, aunque sus vidas son bastante distintas.

Ariane fue la primera de las tres en nacer y es la tercera hija de los reyes de Holanda. Dicen quienes la conocen que es una niña responsable, algo tímida y que le encanta chinchar a sus hermanas mayores. Toca el piano y practica hockey y equitación, según puedo leerse en la web de la familia real holandesa. Sin embargo, conocemos poco a la benjamina de Guillermo y Máxima, al igual que a sus hermanas. Y es que los reyes se han empeñado en que sus hijas lleven una vida lo más normal posible y eso incluye no aparecer en ningún acto institucional hasta que cumplan 18 años. La celebración del Día del Rey es la única excepción.

Además de todo ello, Guillermo y Máxima tienen un pacto con la prensa para que no fotografíen a sus hijas en su día a día o en cualquier acto privado a riesgo de ser demandados. Consideran que con un posado en invierno, siempre en la estación de Lech (Austria), un posado de verano y alguna fotografía oficial de vez en cuando hay más que suficiente. Viendo este caso nos queda claro que Leonor y Sofía no son las princesas más invisibles de Europa.

En el otro extremo encontramos a Isabella de Dinamarca, que desde bien pequeña está acostumbrada a las cámaras. Ha participado en varios documentales, acude a actos oficiales y cada año por su cumpleaños, sus padres nos regalan unas fotografías. Sabemos, porque lo hemos visto, que le encanta la hípica, que hace ballet, que es muy coqueta y que siempre está pendiente de sus hermanos pequeños. Siente especial debilidad por su padre, al que abraza ya sea en un posado de verano como en el funeral por su abuelo.

Un ejemplo que demuestra que tanto Isabella como sus hermanos llevan una vida pública de lo más normal lo vimos el verano pasado, cuando Federico y Mary decidieron recorrer varias zonas de Dinamarca de forma no oficial para que sus hijos conocieran más su país. Lejos de intentar pasar desapercibidos, los herederos compartieron en sus redes sociales las imágenes del viaje, en las que veíamos a sus vástagos jugando o comiéndose un helado. Hay cientos de situaciones que evidencian que Federico y Mary no tienen ninguna intención de esconder a sus hijos y una prueba de ello es que en la propia cuenta de Instagram de la Casa Real danesa han compartido selfies con sus hijos hechos por ellos mismos. Tampoco temen a los paparazzi y no les importa que los pillen en la playa o montando en bici.

Conociendo todos estos datos, si tuviéramos que hacer una lista de las princesitas según quién tiene más visibilidad, Sofía se encontraría en el segundo puesto, pues no aparece tanto como Isabella de Dinamarca, pero la vemos mucho más que a Ariane de Holanda.