Sale a subasta un collar de chatones de una de las damas de Victoria Eugenia
La casa Christie's de Londres pone a la venta la joya el próximo 13 de junio. La pieza está valorada entre 110.000 euros y 206.000 y pertenenció a la dama de la reina
Esperanza Chávarri Aldecoa fue una de las últimas damas de la reina Victoria Eugenia. La condesa de Villagonzalo gozó del privilegio de acompañar a la reina, algo a lo que solo accedían las mujeres que poseían el título de grande de España. Esa condición, la del título nobiliario y, sobre todo, la de dama de la reina, confería a las ‘amigas’ de la monarca el acceso a propiedades especiales. Como las joyas.
Y el próximo 13 de junio, la casa Christie’s de Londres pondrá a subasta un collar de la condesa de Villagonzalo. La pieza está valorada entre 110.000 euros y 206.000 euros, según informa la propia casa de subastas.
La condesa, que ostentaba la Medalla al Sufrimiento por la Patria 1893-1982, fue dama en 1924. El colgante se pondrá a la venta en un collar largo, de dos vueltas, de chatones (grandes piedras preciosas engastadas).
Estuvo casada con el VIII conde de Villagonzalo, Fernando Maldonado Salabert, gentilhombre grande de España con ejercicio y servidumbre del rey Alfonso XIII. El VIII conde murió en 1936 en un aparatoso accidente que relató en su momento 'ABC', tal y como se puede consultar en su hemeroteca. El aristócrata falleció de una congestión tras rescatar a su hija que se bañaba en el Tormes unos días antes de comenzar la guerra civil española. Le sucedió su hijo, Juan Andrés Maldonado Chávarri.
La joya sigue la línea de los chatones de Ena de Battenberg (apodo de la reina Victoria Eugenia), de la que Pilar Eyre escribió en 2009: 'Ena, la novela' (La Esfera). La pieza está confeccionada en un degradé típico de las casas de joyas de Madrid, como la clásica Ansorena. Hija de los primeros marqueses de Chávarri, Esperanza murió en 1982 en Madrid.
Esperanza Chávarri Aldecoa fue una de las últimas damas de la reina Victoria Eugenia. La condesa de Villagonzalo gozó del privilegio de acompañar a la reina, algo a lo que solo accedían las mujeres que poseían el título de grande de España. Esa condición, la del título nobiliario y, sobre todo, la de dama de la reina, confería a las ‘amigas’ de la monarca el acceso a propiedades especiales. Como las joyas.