Doña Sofía luce en Serbia la joya más especial de su joyero

Es la relaciones públicas de la familia real española. Evento royal que hay, evento al que asiste. Doña Sofía mantiene una estrecha relación con los miembros de las Coronas de toda Europa y sabe lo importante que es mantener estos vínculos, por eso casi nunca falla a un compromiso de este tipo. Lo vimos este fin de semana cuando asistió a la boda de su ahijado, el príncipe Felipe de Serbia, con la diseñadora gráfica Danica Marinkov. No siguió así el ejemplo de su hijo, Felipe VI, quien no estuvo presente en el enlace de Ernesto de Hannover Junior, su ahijado, con Ekaterina Malysheva.

Para este reencuentro con la realeza en el Palacio Blanco de Belgrado, doña Sofía eligió un dos piezas formado por falda en verde botella y una chaqueta entallada en color mostaza con detalle verde en la solapa. Más allá de su vestuario y de su eterna sonrisa, lo que más destacó del atuendo de la reina fue el collar de perlas del que colgaba un impresionante rubí que para ella tiene un significado muy especial. Se trata de un pendantif con un rubí de tipo cabujón que la esposa de don Juan Carlos heredó de su madre.

Esta era una de las joyas favoritas de Federica de Grecia, quien la lució en el bautizo de su nieto Felipe. A su muerte en 1981, el pendantif pasó a manos de la reina Sofía, quien lo ha lucido sobre todo en eventos de gran carga emotiva para ella como fue la proclamación de su hijo el 19 de junio de 2014. En aquella ocasión lo combinó con un discreto vestido amarillo con el que el rubí destacaba aún más. También lo lució recientemente en la cena de gala con motivo de la boda del príncipe Leka de Albania con Elia Zaharia, que se celebró hace justo un año. Cabe recordar que Sofía mantiene una estrechísima relación con el novio y, sobre todo, con su padre, Leka I.

El futuro de esta joya

Al ser una joya propiedad de doña Sofía, es difícil saber qué ocurrirá con esta cuando ella falte. Como no forma parte del lote de joyas de pasar, la Reina emérita puede decidir a quién dejársela. Entre las opciones se encuentra doña Letizia, para que a su vez la hereden Leonor o Sofía, o sus dos hijas, las infantas Cristina y Elena, quienes a su vez tienen descendencia femenina. Este caso del pendantif de rubí es trasladable a cualquier joya propiedad de la reina Sofía, como lo es la tiara floral, un regalo que Franco le hizo con motivo de su boda, o la tiara prusiana, herencia de su madre.