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Meghan Markle: los motivos por los que aprobó con nota su examen como princesa
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impactó en su reaparición

Meghan Markle: los motivos por los que aprobó con nota su examen como princesa

La mujer del príncipe Harry no solo estaba espectacular con un modelo de Carolina Herrera. También eclipsó a su cuñada, la siempre elegante Kate Middleton

Foto:  Meghan Markle, espectacular. (Getty)
Meghan Markle, espectacular. (Getty)

Meghan lo tenía difícil, porque enfrente se encontraba una contrincante en igualdad de condiciones. Nos referimos, claro está, a su cuñada, Kate Middleton, hasta ahora el emblema de la elegancia de la Casa Real. Obviemos el estilo libre de la reina Isabel II, quien, a sus 92 años, no está ya para duelos de glamour. O a su suegra, Camilla, quien no suele salirse del clasicismo, pero que nos deja sin sentir ni padecer. Por supuesto que también obviamos a las hijas del príncipe Andrés, Beatriz y Eugenia, que son encantadoras y muy expansivas, pero elegantes no... Tampoco nos sirve Zara Phillips, prima de Harry, que no es precisamente sofisticada.

placeholder Meghan, con su cuñada, Kate, en Buckingham Palace. (Gtres)
Meghan, con su cuñada, Kate, en Buckingham Palace. (Gtres)

Así que todos estos años, Kate Middleton ha brillado en solitario. Siempre perfecta, impoluta, impecable... y todos los adjetivos asépticos que se os puedan ocurrir. En este caso, todos ellos cualidades positivas para la posición que ocupa, porque tampoco se trata de que se convierta en un circo... Pero ahora ha llegado Meghan Markle, pisando fuerte, como cantaba Alejandro Sanz. La mujer del príncipe Harry había jugado con ventaja en su boda, porque ella era la protagonista absoluta, y Kate acababa de dar a luz a su tercer hijo. Es más, le hizo el favor de repetir vestido...

[LEE MÁS: Meghan eclipsa a Kate Middleton en su reaparición]

Digamos que podríamos decir que hasta ahora no había tenido un lugar un encuentro de alto voltaje, pero, una vez más, Kate, elegante hasta para eso, ha dejado, de alguna forma, ganar a su rival. Para empezar ha realizado el desfile en la misma carroza que su suegra, la esposa del príncipe Carlos y, casualidades del destino, han optado ambas por un azul un tanto desvaído que hacía que sus figuras se empastaran en la distancia. Y eso que la mujer de Guillermo de Inglaterra ha apostado por una de sus firmas favoritas, Alexander McQueen. Sin embargo, ha tenido días mejores...

placeholder Muy cómplice con su marido, el príncipe Harry. (Getty)
Muy cómplice con su marido, el príncipe Harry. (Getty)

Era difícil derrotar a Meghan, que estaba radiante, henchida de felicidad, se comía con la mirada a su marido (y él a ella), circunstancias emocionales, todas ellas, que contribuyen a emanar guapura. Sin embargo, no podemos decir que ha estado sobreactuada o fuera de lugar. Más bien todo lo contrario, durante el desfile se ha mostrado comedida y ha dejado el primer plano a su marido, muy apuesto en uniforme. Sin embargo, ha sido en el balcón de Buckingham Palace, con una altísima densidad de royals por metro cuadrado, donde la hemos visto ya natural, espontánea, sonriente e intercambiando confidencias con Harry. Nada que no se pueda esperar de unos recién casados que han vuelto de una luna de miel, ya relajados después de unos meses de mucho estrés por los preparativos de su enlace que, eran muy conscientes, iba a ser seguido por audiencias millonarias en todo el mundo.

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Meghan se ha mostrado cómoda y expansiva con su cuñada, Kate, en quien seguramente ha encontrado una aliada. También cariñosa con sus sobrinos. Y, no nos importa repetirlo, no buscando en ningún momento el primer plano, aunque era consciente de que todos iban a estar pendientes de ella. ¿Le podemos poner un pero? Pues para que este artículo no sonara a panegírico o parezca almibarado nos gustaría, pero no se lo hemos encontrado. ¡Enhorabuena! También a Carolina Herrera. La firma, a la que es asidua nuestra reina Letizia se ha apuntado hoy un tanto muy importante.

Meghan lo tenía difícil, porque enfrente se encontraba una contrincante en igualdad de condiciones. Nos referimos, claro está, a su cuñada, Kate Middleton, hasta ahora el emblema de la elegancia de la Casa Real. Obviemos el estilo libre de la reina Isabel II, quien, a sus 92 años, no está ya para duelos de glamour. O a su suegra, Camilla, quien no suele salirse del clasicismo, pero que nos deja sin sentir ni padecer. Por supuesto que también obviamos a las hijas del príncipe Andrés, Beatriz y Eugenia, que son encantadoras y muy expansivas, pero elegantes no... Tampoco nos sirve Zara Phillips, prima de Harry, que no es precisamente sofisticada.

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