Los discretos peluqueros de la reina Sofía que han 'congelado' su imagen

La imagen de la reina Sofía está congelada en el tiempo. Si hay algo que a lo largo de estos años los españoles identifican con claridad en la imagen de la madre de Felipe VI, eso es su pelo. Una arquitectura capilar que se ha convertido en su seña de identidad, al estilo de otras reinas europeas como Beatriz de Holanda o Isabel II. La siguiente generación de royals está siendo más atrevida en cuanto a peinados se refiere, pero ellas tienen un perfil reconocible desde hace generaciones. Como en las monedas.

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Poco o nada se sabe de las personas (han sido varias) que han estado detrás de ese peinado a lo largo de los años. Lluís Llongueras sí dio algún detalle al respecto, cuando la revista 'Vanity Fair' le entrevistó con motivo de su 75 cumpleaños. El conocido peluquero catalán explicó que estaba especialmente orgulloso de haber introducido a la reina Sofía "en el arte del brushing". "Ella quería rulos, pero yo la convencí. Después de ese día tuve que enviar a mi personal a Zarzuela para que enseñase a sus asistentes a hacerlo igual".

De lo que se deduce que la reina Sofía ha prescindido de peluqueros de renombre para el día a día y ha tirado del personal de confianza de palacio. Por cierto, para los neófitos, el arte del brushing consiste, ni más ni menos, que en el buen uso del secador y el cepillo.

Llongueras alabó en la citada entrevista el buen pelo de la reina Sofía y de la infanta Elena. "La infanta Cristina y el Rey lo tienen demasiado fino", terció. Es inusual que los profesionales que se ocupan de tan distinguidas testas se vayan de la lengua de esta manera, pero al gran Llongueras se le perdona todo. No ocurrió lo mismo, según Jaime Peñafiel, con uno de los primeros peluqueros de la entonces princesa Sofía, Isaac Blanco.

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Tal y como recoge en su último libro el prestigioso periodista, Blanco, el primero en ocuparse de la cabeza de doña Sofía desde que era princesa, tuvo una mala experiencia: "Aquellos eran otros tiempos. La residencia Real carecía de la amplitud y comodidad. Aún no se habían acometido las obras que la transformarían en el complejo que es hoy. Eran tan pequeña La Zarzuela que si había audiencias o invitados, como la reina Federica, había que utilizar la puerta de servicio. Isaac Blanco estaba acostumbrado a hacerlo por la puerta principal. Pero un día, por razones que no vienen al caso, se le rogó al señor Blanco que accediera por la puerta de servicio y no por la principal como hacía todos los días que se le llamaba. Aquello no debió gustarle ya que se sintió humillado. Así lo hizo saber. La entonces princesa Sofía, que mandaba mucho, supo del disgusto de su peluquero, y en la primera oportunidad en que fue requerida su presencia, ordenó lo hiciera por la puerta principal y que, incluso, le encendieran todas las luces. Fue su último día. No volvieron a llamarle jamás".

Entonces se contrató a otro peluquero, Fausto Sacristán, quien estuvo más de 15 años peinando a la reina Sofía en Zarzuela. Se marchó de la misma forma discreta en que había venido y abrió una peluquería en el hotel Ritz de Madrid, hoy cerrado. Cuando la Reina está en Palma de Mallorca, el equipo de Francisco Segura se ocupa de peinarla desde 1980 para la ya escasa agenda oficial con la que cumple allí.

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Después de ellos, poco se sabe sobre la persona o personas que han estado detrás del pelo de la reina Sofía, salvo lo que contó Llongueras. O sí, que la cabeza de la Reina ha permanecido impasible a los tiempos.