10 años del 'efecto Kate Middleton': recordamos el vestido que lo cambió todo

El 16 de noviembre de 2010, unos jóvenes Guillermo y Kate irrumpían muy felices en una de las salas del palacio de St. James para protagonizar su primer posado juntos tras el anuncio oficial de su compromiso matrimonial aquella mañana por parte del príncipe Carlos, padre del novio. Era un secreto a voces, y los británicos llevaban meses esperando la confirmación formal de que el primogénito de Carlos y Diana iba a casarse con el amor de su vida, una por entonces desconocida Kate Middleton. Pues de este momentazo inolvidable se cumplen hoy 10 años.

Como ya es costumbre en el seno de la familia real británica, cada detalle de esta puesta en escena estaba medido al milímetro: una de las imponentes salas de Estado del palacio como telón de fondo, la coordinada entrada de los novios, la pose juntos con ella cogida del brazo de él, sus miradas cómplices, el anillo de pedida y, cómo no, los looks de los protagonistas.

Especial interés fue el que suscitó el vestido de Kate Middleton, una adecuada elección que, además de dar el pistoletazo de salida a su impecable armario como royal, fue el detonante del 'efecto Kate', o lo que en la industria de la moda se conoce como el impacto que tiene la figura de la duquesa al agotar todos y cada uno de sus looks.

La joven Kate tenía claro lo que quería para ese primer look como miembro de la Casa Real y buscó una prenda que fuese a juego con su anillo de pedida, una valiosa joya con un zafiro azul que en su momento perteneció a Lady Di y que Guillermo había elegido para pedirle matrimonio. Vaya si la encontró. En el catálogo de una pequeña marca nicho londinense llamada Issa London, Kate Middleton dio con su vestido soñado.

Confeccionado en un tejido de seda de efecto satinado teñido de aquel azul zafiro que irradiaba el anillo, el vestido de manga larga, con un discreto escote en pico y drapeados en la zona de la cintura, presentaba un diseño que marcaba la silueta de Kate al mismo tiempo que realzaba su busto. ¿Su precio? Unos 400 euros.

El efecto fue casi instantáneo, el vestido se agotó en menos de 24 horas y catapultó a la fama tanto a la marca Issa London como a su diseñadora, Daniella Issa Helayel, una desconocida mujer nacida en Brasil, pero afincada en Londres, que con este icónico modelo logró grabar a fuego su nombre en la historia de la moda reciente.

La locura por atesorar el mismo vestido que llevó Kate Middleton se desató por el mundo y mientras la marca vendía ejemplares dentro y fuera de Reino Unido con la fábrica y el taller desbordados, los expertos del mundillo bautizaron tal suceso como el 'efecto Kate', ese que la duquesa ha mantenido a lo largo de los años y que sigue en pleno rendimiento. Todo lo que hoy se pone Kate se agota, y con ello también logra multiplicar las búsquedas en internet de las marcas y los diseñadores de procedencia.

A pesar de esto la firma del vestido, Issa London, no supo gestionar el éxito ni satisfacer la alta demanda de sus prendas y en 2015 echaba el cierre para siempre.