Andrés de Inglaterra: su incómodo encaje en la despedida de su padre
Tras el escándalo del caso Epstein, el duque de York está apartado de la vida pública y la familia real no se ha dejado ver con él
Es la figura con la que nadie quiere fotografiarse ni ser visto. Solo su exmujer, Sarah Ferguson, sigue siendo su más firme defensora. Sin embargo, el príncipe Andrés de Inglaterra está no solo apartado de cualquier actividad que tenga que ver con la familia real británica. También estos han evitado que trasciendan imágenes con él.
Quizás lo más significativo es que no participó en las fotos oficiales de la boda de su hija Beatriz de York con el italiano Edoardo Mapelli, el 17 de julio de 2020. Un mazazo sentimental para un padre que sí pudo ocupar el primer plano en la boda de su otra hija, Eugenia de York, con Jack Brooksbank, el 12 de octubre de 2018.
En poco más de dos años su figura pública se tambaleó por su relación con Jeffrey Epstein, el multimillonario estadounidense que fue encontrado muerto en su celda en Nueva York el 10 de agosto de 2019. Acusado de proxenetismo y de pedofilia, su amistad con el duque de York ha sido crucial para el hundimiento de su reputación y para que el que muchos consideran el hijo favorito de la reina Isabel II sea ahora una persona 'non grata' en numerosos ámbitos.
Aunque él ha negado haber mantenido relaciones sexuales con Virginia Roberts, entonces menor de edad, su reputación no se ha recuperado porque el caso sigue abierto y también a consecuencia de una desastrosa entrevista en 'The Newsnight' en BBC, que fue muy mal recibida por la audiencia británica, que veía en el príncipe a alguien alejado de la realidad y con nula empatía.
La muerte de Felipe de Edimburgo, su padre, a los 99 años, le pone ahora en una situación delicada, porque en principio que no estuviera presente en los actos de despedida podría ser demoledor, pero su presencia, al igual que puede ocurrir con los Sussex, si es que se deciden a viajar desde California, podría empañar el adiós a un hombre a quien también acompañó la controversia en algunas etapas de su vida, pero bien valorado por la longevidad de su matrimonio con la reina Isabel II.
Como decimos, ha sido Sarah Ferguson su mayor valedora en los últimos años, y prueba de sus excelentes relaciones es que han compartido casa en Royal Lodge, en Windsor, lo que en su momento alimentó las especulaciones de una reconciliación de la pareja que nunca se produjo.
Es la figura con la que nadie quiere fotografiarse ni ser visto. Solo su exmujer, Sarah Ferguson, sigue siendo su más firme defensora. Sin embargo, el príncipe Andrés de Inglaterra está no solo apartado de cualquier actividad que tenga que ver con la familia real británica. También estos han evitado que trasciendan imágenes con él.