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¿Es Mohamed VI como el Dr. Frankenstein? Perdió el control de sus monstruos
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¿Es Mohamed VI como el Dr. Frankenstein? Perdió el control de sus monstruos

La prensa de Marruecos arremete contra los tres boxeadores encumbrados por el rey y recopila sus ilegalidades, algo interpretado como una advertencia a los hermanos Azaitar

Foto: Mohamed VI. (Reuters)
Mohamed VI. (Reuters)

En origen, los hermanos Azaitar eran tres. Ahora se les ha añadido una docena de miembros de su familia, primos, tíos, etcétera, instalados en palacios o residencias reales en Marruecos. Entre todos acaparan al rey Mohamed VI hasta el punto de que no veraneó este año con su familia y de que sus más estrechos colaboradores tienen dificultades para despachar con el monarca los asuntos de Estado. Algo chirría en el funcionamiento de la jefatura del Estado marroquí.

Ottman y Abubakr Azaitar son dos deportistas dedicados al boxeo y a las artes marciales. Su hermano Omar era su representante. Nacidos en Colonia (Alemania), son hijos de una familia de inmigrantes marroquíes. Dos de ellos tienen antecedentes penales en Alemania por agresiones con robo.

Foto: Mohamed VI. (Reuters)

Mohamed VI les recibió en audiencia, en Rabat, en abril de 2018 y aquello fue como un flechazo en amistad. Se convirtieron en amigos íntimos con los que compartió cenas de Ramadán, vacaciones y días de navegación por el Mediterráneo occidental. Con ellos, sobre todo con Abubakr, ha fundado una especie de familia alternativa con la que convive. Después del verano se ha ampliado con la llegada de otros parientes de los Azaitar desde Alemania o del norte de Marruecos, de donde son originarios.

placeholder El rey con los tres hermanos Azaitar el 20 de abril de 2018. (MAP)
El rey con los tres hermanos Azaitar el 20 de abril de 2018. (MAP)

Desde el 1 de mayo, aquellos que se sienten apartados del entorno del rey o que para acceder a él deben ahora pasar a través de los Azaitar, han emprendido una campaña contra la fratría de boxeadores. ¿Quiénes son los perjudicados que se vengan a través de la prensa? Probablemente los que mayor influencia tenían en palacio, pero cuyo ascendente esté en declive: Fouad Ali el Himma, el principal consejero real, y Abdelartif Hammouchi, el máximo responsable de la seguridad con más autoridad que el ministro del Interior.

Primero fueron los diarios digitales “Hespress”, el más leído en Marruecos, y “Barlamane”, vinculado al Ministerio del Interior, los que arremetieron en primavera contra los Azaitar relatando sus desmanes. Sus artículos fueron mostrados a un monarca que los ignoró, según fuentes conocedoras de la vida en palacio. Su amistad con los Azaitar no solo se mantuvo intacta sino que se amplió hasta abrir las puertas de sus palacios a otros miembros de la familia germano-marroquí.

Ahora han vuelto a la carga contra los Azaitar, pero recurriendo esta vez a un medio de comunicación francés, “Médiapart”, reputado por sus investigaciones periodísticas. Los suscriptores de “Médiapart” pueden abrir un blog, pero lo que allí se publica no vincula a la redacción del periódico. Bajo el seudónimo de Fabrice Sauvage, alguien afín a los cortesanos marroquíes en desgracia escribió este mes dos artículos demoledores contra la fratría en los que lanza además alguna sutil andanada contra su benefactor, el soberano.

Ambos artículos fueron borrados por el diario francés porque contravienen su código deontológico, pero, de nuevo, los diarios “Hespress” y “Barlamane” los reprodujeron en árabe y francés. Para darles más valor a ojos de sus lectores, omitieron precisar que habían sido publicados en un blog para suscriptores y que el director de la publicación, Edwy Plenel, ordenó que fuesen suprimidos.

placeholder El rey con Abu Azaitar en la primavera de 2018. (Redes sociales)
El rey con Abu Azaitar en la primavera de 2018. (Redes sociales)

“Marruecos: los hermanos Azaitar son como las criaturas del doctor Frankenstein. Han escapado a su creador”, se titulaba el último de los artículos eliminados y publicado el 13 de diciembre. “(...) son monstruos incontrolables”, añadía. Su creador, al que no nombra, es Mohamed VI. El que se esconde bajo el seudónimo de Fabrice Sauvage ya recalcaba en su primer artículo que la fratría son “unos tiranos que han tomado el poder a la fuerza”. “Han adquirido una autoridad ilimitada y la ejercen de manera absoluta”, se lamentaba.

El segundo artículo es, en cambio, una recopilación de los negocios y presuntos abusos e ilegalidades cometidas por los tres hermanos e ilustradas por una serie de documentos, algunos de los cuales solo están al alcance de la Dirección General de Supervisión del Territorio (DGST), el equivalente de la Comisaría General de Información en España, que dirige Hammouchi. Compagina este cargo con el de máximo responsable de la Seguridad Nacional.

Los Azaitar son blanco de la vigilancia de la policía y de los servicios secretos preocupados por sus tropelías. El móvil de Omar Azaitar figuraba, por ejemplo, en la lista de los números infectados con el programa malicioso Pegasus, fabricado por la compañía israelí NSO, según develó en julio la investigación de “Forbidden Stories”, la asociación que reagrupa a 17 grandes medios de comunicación. El teléfono del rey también estaba contaminado con el mismo virus, según revelaron la radio pública francesa y el diario alemán “Süd Deutsche Zeitung”.

El último artículo del blog de “Médiapart” enumera las empresas que los boxeadores han fundado desde su desembarco en Marruecos hace ya más de tres años. “Protokoll7” gestiona cafés y restaurantes en Tánger, “Abu Azaitar International” se dedica a la importación/exportación y “Méditerranée Building Compagny” a la promoción inmobiliaria. “S-tacos” vende comida mexicana y ofrece entregarla con drones, algo que no ha sido autorizado a ninguna otra empresa marroquí. Junto al puerto deportivo de Salé, la ciudad pegada a Rabat, tienen en proyecto un parque de atracciones para niños y un club de jet-ski.

placeholder Imagen publicitaria de S-tacos.
Imagen publicitaria de S-tacos.

Tampoco fue autorizado, recuerda el bloguero, el entierro, el mes pasado, de la abuela de los Azaitar en el cementerio Marshan de Tánger. El ayuntamiento prohibió hace años las inhumaciones allí. Menos aún contaba con los permisos urbanísticos preceptivos la alargada chimenea que sobresale del edificio que alberga la sede social de algunas de sus empresas en el puerto deportivo de Salé.

El ánonimo bloguero enumera todas las autoridades, desde el ayuntamiento de Salé hasta el wali (gobernador), que podían haber intervenido para que la chimenea no desfigurase la zona ni incomodase a los vecinos con sus humos, pero han permanecido de brazos cruzados “ante las transgresiones de los hermanos Azaitar, que se mofan de la ley”. “(...) existe un gran peligro de que un jefe de Estado, del que sabemos que está preocupado por el bienestar de sus sujetos, sea percibido como un pésimo dirigente porque antepone los intereses de sus amigos al bien común”, concluye el artículo.

Las elites marroquíes devoran estos artículos y se preguntan, tras la lectura de cada párrafo, cómo acabará el duelo entre los Azaitar y aquellos que hasta hace poco constituían el entorno del rey. La recopilación, ilustrada con documentos, de los abusos cometidos por la fratría y la acusación de pasividad formulada contra varios poderes del Estado hacen sospechar a algunos lectores de que los cortesanos despechados formulaban así una última advertencia antes de actuar contra los protegidos del monarca.

placeholder El reportaje aparecido en el diario 'Hespress'.
El reportaje aparecido en el diario 'Hespress'.

¿Que podrían hacer la cúpula policial, los servicios secretos y quizás algún consejero real contra los que se han adueñado de la voluntad del soberano? El rey Hassan II se deshizo de uno de sus más poderosos generales, Ahmed Dlimi, mediante un accidente de tráfico en Marrakech en 1983. Cuarenta años después los servicios secretos ya no recurren a esos métodos. Podrían quizás expulsarle manu militari a Alemania, un país cuya nacionalidad ostentan. Podrían fomentar denuncias ante los tribunales para poner coto a algunos de sus desmanes, pero no es seguro que los jueces, temerosos, les procesen.

Los Azaitar parecen haber entendido, por primera vez, que la amenaza iba en serio, que pese a la protección real de la que gozan, no todo les está permitido. El 16 de diciembre la fratría desmontó la chimenea que construyeron en el puerto deportivo de Salé y que infringía el código de urbanismo, según informó la prensa marroquí. Por primera vez, en su pulso con los hermanos boxeadores, el entorno marginado de Mohamed VI ha marcado un punto. La guerra que libran al trío germano-marroquí no ha hecho más que empezar.

En origen, los hermanos Azaitar eran tres. Ahora se les ha añadido una docena de miembros de su familia, primos, tíos, etcétera, instalados en palacios o residencias reales en Marruecos. Entre todos acaparan al rey Mohamed VI hasta el punto de que no veraneó este año con su familia y de que sus más estrechos colaboradores tienen dificultades para despachar con el monarca los asuntos de Estado. Algo chirría en el funcionamiento de la jefatura del Estado marroquí.

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