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El golpe (de guante blanco) de Isabel II a Harry y Andrés
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FAMILIA REAL BRITÁNICA

El golpe (de guante blanco) de Isabel II a Harry y Andrés

Aunque los motivos que han llevado a uno y otro a este escenario son muy diferentes, el resultado de su situación es el mismo: si ya no forman parte de la Firma, se quedan sin privilegios

Foto: Harry, Meghan y Andrés, en Westminster en 2019. (Reuters/Pool/Kirsty Wigglesworth)
Harry, Meghan y Andrés, en Westminster en 2019. (Reuters/Pool/Kirsty Wigglesworth)

Un divorcio es un divorcio. Amistoso o catastrófico, separación es. Por lo que llega un momento en el que los motivos importan ya poco porque el resultado viene a ser el mismo: el cese de la convivencia. De ahí que Isabel II esté aplicando ahora la misma vara de medir al príncipe Andrés y al príncipe Harry, de los que siempre se dijo eran su hijo y nieto favorito.

La monarca, de 95 años, ha marcado distancias, por lo que ninguno de los dos recibirá las medallas con motivo del Jubileo de Platino que se celebra este año para conmemorar sus siete décadas en el trono. El próximo 6 de febrero, día en el que se convirtió oficialmente en reina tras la muerte de su padre, Jorge VI, se entregará la distinción a los miembros de las Fuerzas Armadas, la Policía, los bomberos y los servicios de emergencias. Pero Andrés y Harry se quedarán sin ella, al haber perdido sus títulos militares, según 'Daily Telegraph'.

placeholder El príncipe Harry, con uniforme militar en 2018. (Reuters/Toby Melville)
El príncipe Harry, con uniforme militar en 2018. (Reuters/Toby Melville)

Pero los motivos que han llevado a uno y otro a este escenario son muy diferentes. El primero está a punto de enfrentarse a un juicio por presunto abuso sexual de menores, que él niega. El segundo decidió romper lazos en 2020 con la familia real para emprender una nueva vida en Los Ángeles. Claro que luego no ha tenido reparos en realizar duras acusaciones, entre ellas, racismo y falta de apoyo cuando su mujer, Meghan, atravesó por una depresión. Podría haber debate sobre la gravedad de cada caso. Pero el resultado viene a ser el mismo: si ya no forman parte de la Firma, se quedan sin privilegios.

Al igual que en Jubileos anteriores, es probable que los miembros de la familia real que no ocupan puestos militares honorarios reciban la medalla como regalo. Aunque solo son conmemorativas, lo que significa que no se pueden usar en público. Tanto Andrés como Harry han mostrado a los suyos su enfado y decepción. Aunque, de momento, el hijo de la soberana, alejado de la vida pública desde 2019, mantiene agachada la cabeza, de puertas para fuera, mientras protagoniza cada día portadas, culpándole de manchar la reputación de la monarquía.

placeholder El príncipe Andrés, con uniforme militar en 2019. (EFE/Julien Warnand)
El príncipe Andrés, con uniforme militar en 2019. (EFE/Julien Warnand)

La mayoría se centran en los detalles del proceso judicial que podría implicar como testigos a sus propias hijas. Pero no faltan titulares sobre otro tipo de cuestiones tan rocambolescas como las que sacaba a la luz este martes 'The Sun' describiendo un inusual ritual. El príncipe, de 61 años, pedía cada noche a sus asistentes que colocaran en lugares concretos de la cama sus peluches favoritos: un osito con corazón, en el cabecero; un hipopótamo gris, en un extremo; un osito con collar, en el otro lado; un puma negro, en los pies; y otro gran hipopótamo, en el centro. Sea cierto o no, la portada demuestra que ha perdido ya cualquier respeto de la prensa.

La actitud de Harry, sin embargo, es muy diferente. Desde que se fuera a vivir a los Estados Unidos, no hay día en el que no protagonice un enfrentamiento con la Firma. El último es que se está planteando demandar al Gobierno británico por retirarle protección policial cuando está en el Reino Unido y no permitirle pagar por ella. Argumenta que sus guardaespaldas en Estados Unidos no pueden acceder a información de inteligencia necesaria para garantizar su seguridad y que otras personas que ocuparon en su día un cargo público siguen manteniendo protección, como el expremier Tony Blair, que se la paga de su propio bolsillo.

placeholder Meghan y Harry, en una de sus últimas apariciones públicas. (EFE/Peter Foley)
Meghan y Harry, en una de sus últimas apariciones públicas. (EFE/Peter Foley)

El equipo de Harry denuncia que el Reino Unido es más peligroso para los Sussex que los Estados Unidos como resultado de la controversia en torno a su salida. Cree que el Ministerio del Interior no ha considerado adecuadamente las amenazas contra ellos y el impacto en la reputación del Reino Unido si él, la duquesa o sus hijos sufren un ataque durante su visita al país.

Pero ahí no quedan las cosas. Tras el 'divorcio' del hijo y nieto de la monarca con la familia real, queda ahora otro importante asunto por resolver: su puesto como consejeros de Estado. De momento, Andrés, noveno en la línea de sucesión al trono, y Harry, que ocupa el sexto puesto, siguen siendo dos de los cuatro consejeros de Estado. Los otros dos son el príncipe Carlos, primero en la línea de sucesión, y el príncipe Guillermo, segundo. Los hijos de Guillermo están antes que Andrés y Harry, pero al no haber cumplido los 21 años no pueden tener todavía este cargo.

Los consejeros están autorizados a llevar a cabo la mayoría de los deberes oficiales de Isabel II, incluido firmar importantes documentos, la asistencia a las reuniones del Consejo privado y la recepción de credenciales de los nuevos embajadores acreditados en el Reino Unido.

placeholder El príncipe Harry y la reina Isabel, en la boda de Lady Gabriella Windsor. (Reuters/Pool/Steve Parsons)
El príncipe Harry y la reina Isabel, en la boda de Lady Gabriella Windsor. (Reuters/Pool/Steve Parsons)

Por lo tanto, de no arreglarse el asunto, se podrían producir situaciones tan peculiares como que el duque de York tuviera que firmar documentos oficiales porque el príncipe de Gales y el duque de Cambridge se encontrasen en el extranjero y la reina hubiera caído enferma. Algo ahora impensable ya que a Andrés se le ha quitado incluso el tratamiento de Alteza Real.

El Palacio de Buckingham ya está valorando esta opción. Pero para ser despojados de estas funciones se debe aprobar una ley en el Parlamento. El consejero de Estado se estableció en 1937 en virtud de la Ley de Regencia. Antes de esa fecha las leyes relativas a la sustitución del soberano se redactaron y aprobaron solo en caso de necesidad, con nueve normas diferentes para cubrir diversas eventualidades. Poco después de que Jorge VI -padre de Isabel II- llegara al trono, en 1936, se aprobó una nueva Ley de Regencia, que proporcionó una regla para todos los futuros reinados.

Un divorcio es un divorcio. Amistoso o catastrófico, separación es. Por lo que llega un momento en el que los motivos importan ya poco porque el resultado viene a ser el mismo: el cese de la convivencia. De ahí que Isabel II esté aplicando ahora la misma vara de medir al príncipe Andrés y al príncipe Harry, de los que siempre se dijo eran su hijo y nieto favorito.

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