Isabel II responde al clamor popular: su castigo al príncipe Andrés por el caso Epstein
La monarca, que hasta ahora se había mantenido como apoyo firme de su tercer hijo, ha tomado una decisión trascendental tras conocerse que tendrá que ir a juicio
Va a ser, sin duda, uno de los nombres de la semana, y seguramente también de los próximos meses, al menos hasta que acabe el proceso legal en el que está involucrado. Tras la decisión de un juez de sentarlo en el banquillo de los acusados, que conocíamos este miércoles, la reina Isabel II ha respondido al clamor popular y ha impuesto un primer 'castigo' -si lo podemos llamar así- al príncipe Andrés, su tercer hijo, al que siempre se ha considerado su favorito. Es el primer gran gesto que ha tenido la monarca contra su hijo desde que el duque de York se viera salpicado por el escándalo Epstein.
La decisión ha sido anunciada a través de un comunicado de Buckingham, publicado este mismo jueves por la tarde: "Con el consentimiento y aprobación de la Reina, los honores militares y los patronazgos reales del Duque de York han sido devueltos a la Reina. El Duque de York continuará sin asumir ninguna función pública y está defendiendo este caso como ciudadano privado". Y a estas dos cosas detalladas en este comunicado hay que añadir una cosa más: el príncipe Andrés también ha sido despojado de su tratamiento de Alteza Real.
Y, según lo que apunta ya la prensa británica, la decisión se le habría comunicado al propio duque cara a cara, ya que este mismo jueves mantenía un encuentro con la reina Isabel en Windsor, precisamente para informarle de su nuevo estatus, que en estos momentos se equipara al del príncipe Harry. Según recogen varios medios, una fuente de palacio ha apuntado que esta decisión ha sido "ampliamente discutida entre la familia real", lo que podría suponer que, como se vienen hablando desde que saltara el escándalo, hay posturas enfrentadas en este tema.
Una sería la de la propia monarca, que no ha dudado en posicionarse al lado de su hijo a pesar de las acusaciones de abuso sexual de menores, estar involucrado en la trama Epstein y, más recientemente, ser demandado por Virginia Giuffre, su supuesta víctima. Otra postura sería la del príncipe Carlos y el príncipe Guillermo, que habrían sido los responsables de la decisión que tomó el príncipe Andrés en noviembre de 2019, cuando anunció que abandonaba sus funciones reales. Sea como sea y haya habido debate o no, lo cierto es que honores militares y patronazgos han regresado a la reina Isabel de forma inmediata una vez tomada la decisión.
Los títulos del príncipe Andrés han estado suspendidos precisamente desde que decidiera echarse a un lado y dejar sus funciones públicas, por lo que durante más de dos años, ocho regimientos han estado en una especie de limbo, ya que el duque de York no había asistido a ningún acto militar, pero sí mantenía el honor, aunque estuviera suspendido. Los títulos militares, como el de coronel de la Guardia de Granaderos o comodoro aéreo honorario de la Royal Air Force, serán redistribuidos entre otros miembros de la familia real, tal y como sucede cuando alguno de sus miembros se retira, como fue el caso del duque de Edimburgo en su momento o del príncipe Harry.
Respondiendo al clamor popular
Según apuntan muchos periodistas británicos, no es una decisión que la reina Isabel haya tomado por ella misma, sino más bien presionada por la opinión pública y, sobre todo, por el cuerpo de militares. Y es que precisamente este mismo jueves, veteranos de la Marina Real -cuerpo en el que sirvió el duque de Edimburgo-, de la Royal Air Force y del Ejército pidieron a la monarca que retirara a su hijo los honores militares. En total, han sido 152 militares que han firmado una carta abierta a la reina en la que describían su enfado porque Andrés mantuviera sus títulos a pesar de que era una situación insostenible. El grupo también aseguraba que el duque de York desacreditaba los servicios con los que sus títulos estaban asociados, y que "si se tratara de cualquier otro oficial militar de alto rango, sería inconcebible que estuviera en el cargo".
La carta llegaba solo unas horas después de que se supiera que el juez Lewis Kaplan ha hecho oídos sordos a las peticiones de que se desestimara la demanda puesta por Virginia Giuffre el pasado verano. Así que si no llega a un acuerdo extrajudicial antes de la fecha -aún sin fijar-, le veremos sentado en el banquillo de los acusados. Algo histórico dentro de la familia real, tanto como la decisión que ha tomado la reina Isabel. La monarca ha tenido un margen de más de dos años, ya que el príncipe Andrés siempre había negado las acusaciones y la versión oficial era que se confiaba en él, pero una decisión judicial no le ha dejado otra.
Curiosamente, es la segunda vez en menos de un año que Isabel II impone este mismo castigo. En febrero del año pasado, y antes de que se cumpliera el plazo para revisar el acuerdo que los duques de Sussex habían pactado con la monarca para su salida de la Casa Real, le anunciaron su intención de no volver. Así que las consecuencias no se hicieron esperar. La Reina entendió que el tipo de vida que querían no era compatible con los honores militares de Harry y los patronazgos que él y Meghan tenían, por lo que no dudó en reclamárselos.
Va a ser, sin duda, uno de los nombres de la semana, y seguramente también de los próximos meses, al menos hasta que acabe el proceso legal en el que está involucrado. Tras la decisión de un juez de sentarlo en el banquillo de los acusados, que conocíamos este miércoles, la reina Isabel II ha respondido al clamor popular y ha impuesto un primer 'castigo' -si lo podemos llamar así- al príncipe Andrés, su tercer hijo, al que siempre se ha considerado su favorito. Es el primer gran gesto que ha tenido la monarca contra su hijo desde que el duque de York se viera salpicado por el escándalo Epstein.