Es noticia
Menú
Las dos veces que la reina Sofía lloró de alegría en público
  1. Casas Reales
Pink Remember

Las dos veces que la reina Sofía lloró de alegría en público

La reina emérita siempre se ha caracterizado por su estoicismo y rara es la ocasión en la que ha mostrado sus sentimientos de cara a la galería

Foto: La reina Sofía y el príncipe Felipe. (Imagen: VA diseño)
La reina Sofía y el príncipe Felipe. (Imagen: VA diseño)

La reina Sofía no es muy dada a mostrar emociones en público. Lo hizo en una ocasión de tristeza en el entierro del conde de Barcelona. Unas lágrimas que acompañaron a las del rey Juan Carlos y que demostraron que la profesionalidad de la hoy emérita también tenía sus fisuras. Y no fueron las primeras ni las últimas. Antes de esa imagen, hubo otra en el teatro Campoamor en Oviedo.

Esa vez las lágrimas fueron de alegría al ver cómo su hijo con trece años daba su primer discurso en los premios que llevaban entonces su nombre. Muchos años después fue la heredera Leonor la que emocionó también a su abuela materna. Paloma Rocasolano, desde el patio de butacas, tuvo la misma reacción que su consuegra casi cuatro décadas después. Lágrimas y pañuelo.

* Si no ves correctamente este formulario, haz clic aquí

Ese 3 de octubre de 1981 se estrenaba el heredero públicamente y durante un minuto y veinticuatro segundos dio el discurso que casi se había aprendido de memoria. En la presidencia, sus padres, los Reyes, que desde que nacieron sus hijos decidieron mostrar a los ciudadanos la evolución de su crecimiento. Por eso no fue ninguna sorpresa ver al príncipe adolescente en esos sus primeros premios adoptando el papel de heredero. No pasó lo mismo con la princesa Leonor, a la que prácticamente solo se la comenzó a ver en Oviedo y en los posados veraniegos en Palma. Los cambios físicos a esas edades son llamativos y más en las mujeres. En 2019 se produjo esa transformación: del verano en Palma vestida de niña a su primera aparición ya como adolescente.

placeholder El entonces Príncipe de Asturias, durante su primer discurso público en el teatro Campoamor. (EFE/Manuel H de Léon)
El entonces Príncipe de Asturias, durante su primer discurso público en el teatro Campoamor. (EFE/Manuel H de Léon)


Hubo un tiempo en que era habitual que los reyes eméritos aparecieran en la prensa en reportajes que mostraban la intimidad familiar en el palacio de la Zarzuela. Imágenes en las que aparecían el jefe del Estado, su consorte y los hijos en diferentes actividades.

En esos primeros premios del príncipe Felipe, la madre regia demostró lo que todos los que la trataban sabían: el orgullo, la ilusión y el amor indestructible hacia su hijo, que no siempre fue bien entendido. El rey Felipe, hasta que pasó por los tres ejércitos, fue un joven consentido por todos y más por la reina. Hay fotógrafos que recuerdan cómo sus escoltas requerían los DNI a paparazzi y reporteros en situaciones en las que no quería ser inmortalizado. Todo eso pasó con la responsabilidad que aprendió con los años.

Reina y madre

La relación de los hoy reyes eméritos ya estaba truncada en aquellos primeros Príncipe de Asturias. Aunque para ambos estaba el objetivo común que era mantener la institución por encima de las infidelidades y los desprecios. Hay que recordar que esa edición de 1981 se convirtió en un acto muy representativo. Además del estreno del príncipe Felipe fue un acto de apoyo a la Corona. Ocho meses antes había sido el 23 de febrero, día en que el teniente coronel Tejero secuestró el Congreso de los Diputados durante varias horas. Los aplausos al rey Juan Carlos y a la reina Sofía comenzaron a las puertas del teatro Campoamor. El matrimonio real y su hijo Felipe representaban la democracia tras el intento de golpe de Estado.

En el caso de la primogénita Borbón Ortiz, su estreno estuvo marcado por un denominador común por parte de los invitados y medios presentes. La heredera había superado con creces su prueba de fuego. En el palco, la abuela Sofía. Esta vez no hubo lágrimas y sí emoción, como comentaría tiempo después a los periodistas.

placeholder El rey Felipe, después de pronunciar su discurso de proclamación ante el Congreso. (Getty)
El rey Felipe, después de pronunciar su discurso de proclamación ante el Congreso. (Getty)

La segunda vez que la reina Sofía demostró sus sentimientos ante la presencia de su hijo fue en el acto de proclamación en el Congreso de los Diputados. Esa mañana, Felipe VI enviaba su mensaje como Rey de España. Uno de los momentos que más llamó la atención fue que por primera vez y en público daba las gracias a doña Sofía, que desde la tribuna de invitados seguía orgullosa el mensaje institucional.

Dirigiéndose a la Reina dijo: “Y me van a permitir, señorías, que agradezca a mi madre, la reina Sofía, toda una vida de trabajo impecable al servicio de España”. Nunca hasta ese día se había dirigido públicamente a doña Sofía en su calidad de madre y no como reina. Ese día también hubo lágrimas.

La reina Sofía no es muy dada a mostrar emociones en público. Lo hizo en una ocasión de tristeza en el entierro del conde de Barcelona. Unas lágrimas que acompañaron a las del rey Juan Carlos y que demostraron que la profesionalidad de la hoy emérita también tenía sus fisuras. Y no fueron las primeras ni las últimas. Antes de esa imagen, hubo otra en el teatro Campoamor en Oviedo.

Reina Sofía
El redactor recomienda