La primera imagen del rey Juan Carlos y la reina Sofía, juntos en Buckingham

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Han pasado más dos años y medio desde que los vimos juntos en público por última vez, con ocasión del fallecimiento de Plácido Arango. Y ahora es otra muerte, la de Isabel II, la que ha favorecido la esperada primera imagen del rey Juan Carlos y la reina Sofía, juntos en el palacio de Buckingham. Su asistencia a la recepción que ha organizado el rey Carlos III para la tarde de este domingo, dando así la bienvenida a los mandatarios y casas reales de todo el mundo que asistirán al funeral de su madre, se confirmaba el pasado viernes a través del Palacio de la Zarzuela. Y pasaban las cinco de la tarde en Londres cuando el matrimonio hacía su aparición en la residencia oficial del nuevo monarca.

La recepción estaba prevista a las seis de la tarde, hora británica, por lo que los invitados comenzaban a llegar una hora antes. Así, la puerta del palacio de Buckingham se convertía en un desfile de lujosos coches con los diferentes mandatarios, reyes y líderes de todo el mundo: Emmanuel y Brigitte Macron, el presidente de la república francesa y su esposa respectivamente; hasta Abdalá y Rania de Jordania, a los que seguía en otro vehículo su hijo mayor y heredero, el príncipe Hussein; el jeque de Catar y su esposa, Jawaher; o el emir de Dubái, exmarido precisamente de la princesa Haya, y que coincidía por primera vez con sus excuñados desde el tormentoso divorcio con el que se disolvió el matrimonio.

Y en medio de ese desfile de personalidades mundiales, veíamos al rey Juan Carlos y la reina Sofía. El matrimonio se está alojando en el mismo hotel londinense y, como es lógico y obedeciendo a cuestiones de protocolo y organización, han ido en el mismo vehículo hasta el palacio de Buckingham, donde les ha captado la señal de televisión en directo. Sorprendía, como es habitual en sus últimas apariciones, el aspecto de don Juan Carlos, bastante desmejorado y con sus ya conocidos problemas de movilidad, que lo hacían caminar con un bastón y apoyado en el brazo de una persona de confianza.

La reina Sofía caminaba a su lado, sin ofrecerle su brazo esta vez. Luto riguroso en ambos, como ya habían hecho la reina Letizia y el rey Felipe para pasar por la capilla ardiente de Isabel II, y una aparición más que sobria, aunque en el caso de la Reina emérita, con perlas y el pendantif que heredó de su madre, Federica de Grecia, además de un pequeño destello de lentejuelas en su dos piezas negro. Solo se adivinaba en su entrada una ligera sonrisa de la Reina emérita, quizá más por la propia costumbre al aparecer ante las cámaras que por la situación verdaderamente lo favoreciera.

Y es que, como decíamos, han pasado más de dos años y medio desde que tuviéramos la última imagen pública de ambos. Fue en febrero de 2020 y unas semanas después conocíamos el escándalo económico en el que se había visto envuelto el Rey emérito y la decisión al respecto que tomó don Felipe. Y unos meses más tarde, don Juan Carlos decidía poner tierra de por medio y marcharse a Abu Dabi, donde vive en la actualidad. Desde entonces solo ha habido un encuentro de padre e hijo, el pasado junio, en el que también participaron la reina Sofía, la reina Letizia y otros miembros de la familia Borbón, aunque no hubo pruebas gráficas de la reunión.

Desde que se supiera primero que don Juan Carlos y doña Sofía asistirán al funeral que se celebra mañana por la monarca británica y días más tarde que también estarían en la recepción organizada por Carlos III, su encuentro ha sido tema de gran debate. Por un lado, de si habrá o no foto el monarca actual con su padre; por otro, de la idoneidad de que la haya. Y el protocolo, de momento, está evitando esa esperada imagen. Como exjefe de Estado que es, don Juan Carlos llegaba a Buckingham de los primeros, mientras que don Felipe y doña Letizia lo hacían casi una hora después.

Lo hacían en uno de los numerosos autobuses que han desfilado durante toda la tarde, llevando a los invitados de Carlos III. Junto a ellos, líderes políticos mundiales como el presidente austriaco, Alexander van der Bellen, y su esposa, a quienes los Reyes conocieron durante su último viaje oficial al país el pasado enero. Minutos después llegaba otro autobús con el grueso de royals. De él se bajaban Federico y Margarita de Dinamarca; Alberto y Charlène de Mónaco; Guillermo y Máxima de Holanda acompañados de la princesa Beatriz; Harald y Sonia de Noruega; Ana María de Grecia, junto a Pablo y Marie Chantal y con la gran ausencia de Constantino; o Naruhito de Japón y los reyes de Bután.

Estos nombres eran solo una pequeña representación de toda la realeza que ha podido reunir Carlos III en la que es su nueva residencia oficial y a la que volveremos a ver este lunes en el funeral de la reina Isabel II. Un momento histórico ya por lo que supone, pero también porque puede dar lugar a la primera fotografía, si no es antes, de don Felipe y don Juan Carlos después de más de dos años. La otra esperada imagen de la jornada de hoy, la de los Reyes eméritos de nuevo juntos, ya se ha dado y ha tenido como escenario el palacio de Buckingham.