Accidentes, un pasodoble y el broche de más de 200.000 euros de Charlène: los detalles del Día Nacional de Mónaco

Día grande y muy esperado en el principado por muchos motivos. No solo es la fecha más importante para los monegascos, esa en la que celebran su nacionalidad y homenajean a su bandera blanca y roja, sino que suponía el esperado regreso de la esposa del príncipe Alberto a las celebraciones tras su ausencia del año pasado por su grave enfermedad. Así que era de esperar, y no solo por su vuelta, que los festejos dieran mucho de sí. Desde algunos pequeños 'accidentes' hasta un pasodoble, pasando por el espectacular broche de la propia Charlène, son muchos los detalles que ha dejado el Día Nacional de Mónaco.

1. Esperado debut

Era la primera vez que veíamos a la familia Grimaldi al completo, puesto que hemos sido testigos del debut de Dimitri Rassam, el marido de Carlota Casiraghi, y su hijo, Blathazar, que se estrenaban en esta celebración. El año anterior, Carlota decidía viajar sola por las restricciones sanitarias, aún vigentes, y en 2020 la princesa ni quisiera estuvo. Así que este año sí ha podido asistir con toda su familia -y, por supuesto, luciendo un maravilloso Chanel-, completando así la fotografía familiar de los Grimaldi. Solo han faltado las parejas de Pauline Ducruet, Alexandra de Hannover y Camille Gottlieb, ya que al no estar casadas no se cuenta con sus novios para las celebraciones.

2. Un protocolo olvidado

El código de vestimenta para esta celebración indica chaqué para los hombres y vestido corto y tocado para las mujeres. Así, mientras todos los Grimaldi -Louis, Pierre, Andrea y Dimitri- lo han cumplido a rajatabla, algunas de las damas de la familia lo han interpretado a su manera. Por ejemplo, la propia Charlène ha lucido un diseño en largo de Akris, mientras que su cuñada Estefanía ha optado por llevar la cabeza descubierta, a diferencia de su hermana, hijas y sobrinas, que sí eran fieles al protocolo.

3. El broche de Charlène

La de la sudafricana ha sido una de las elecciones más comentadas de la jornada, y no solo por la longitud de ese diseño imposible y que incluso recordaba a un atuendo eclesiástico, sino por las joyas, especialmente por ese broche que lucía en su pecho y que nos ha dejado boquiabiertos. Se trata del modelo 'Snowflake noeud' de la casa de alta joyería Van Cleef & Arpeels. Una creación de 169 diamantes montados en una estructura de platino y de más de 16 quilates, cuyo precio hace que no salgamos de nuestro asombro: nada más y nada menos que 215.000 euros. Lógicamente, los pendientes de perlas que adornaban los lóbulos de sus orejas quedaban en un discretísimo segundo plano.

4. Tía y sobrina, conjuntadas

Las damas Grimaldi nos han dejado este sábado una gran variedad de colores. En 2020 decidieron ir todas de negro como respeto a las víctimas de coronavirus; en 2021 volvió el color; y en este 2022 nos hemos encontrado con una gama amplia. Desde el blanco y negro de Charlène y Camille Gottlieb al rosa de Carolina o el rojo de Beatrice Borromeo y el negro de Tatiana Santo Domingo, pasando por el diseño en tweed con varios tonos de Carlota y el marrón de Pauline Ducruet, vestida de su propia firma. Pero ha habido una curiosa coincidencia. La princesa Estefanía escogía el burdeos para su estilismo, con un tono exactamente igual al que lucía su sobrina, la pequeña Gabriella, en su abrigo, adornado por primera vez con la medalla de la Orden Grimaldi.

5. Gareth Wittstock, de omnipresente a gran ausente

El hermano de Charlène suele ser uno de los incondicionales en los actos familiares de los Grimaldi, además de en muchas fiestas sociales del principado, donde es una cara habitual. Por eso ha sorprendido su ausencia en estas celebraciones, a diferencia de años anteriores. Sí estaban, por el contrario, Sean y Chantell, el otro hermano de la princesa y su cuñada, a la que los medios conocen bien por haberse convertido en portavoz improviasada de la sudafricana durante su enfermedad y convalecencia, con alguna que otra metedura de pata.

5. El abrazo de primas

Siguiendo con la familia de Charlène, ha habido un detalle de la celebración que nos ha encantado. Al terminar la entrega de condecoraciones, y antes de subir al balcón, los príncipes y sus hijos, acompañados de Estefanía y Carolina, han pasado por delante de la tarima donde estaba el resto de la familia. Gabriella, siempre espontánea, no ha dudado en acercarse a su prima Camille, quien se convirtió en una de sus 'cuidadoras' durante la ausencia de la sudafricana. La hija de Estefanía no sabía muy bien si podía saltarse el protocolo, así que finalmente esperaba a que bajaran sus hermanos y primos, que sí están en la línea de sucesión, y no coger en brazos a la pequeña. Unos segundos después veíamos como las sobrinas de Charlène sí olvidaban completamente las indicaciones y corrían hacia Grabiella para abrazarla.

6. Marie Chevallier, en el punto de mira

El diseño que lucía la esposa de Louis Ducruet ha hecho que en foros y redes sociales no tardaran en saltar las alarmas por un posible embarazo. No debería extrañar, puesto que la pareja ha celebrado su tercer aniversario de boda y nunca han negado su intención de aumentar la familia. Sería el primer nieto para Estefanía de Mónaco, lo que sin duda sería una gran alegría para ella. Eso sí, de momento desde palacio no se ha confirmado nada. Así que puede ser que las posibles buenas noticias sean solo un efecto del vestido y la constitución de la francesa.

7. Los 'accidentes' de la mañana

Cada año, durante el Día Nacional de Mónaco se entregan varias condecoraciones, tanto a los miembros de la guardia del principado como a civiles. En ese acto, hay un narrador que dice el nombre del destinatario y en una de las entregas de este sábado ha tenido alguna que otra dificultad para leer, lo que ha provocado la risa de Alberto. Minutos después, una de las medallas se caía de las manos del soberano al suelo, antes de llegar al pecho del premiado. Un divertido momento que se ha convertido en una de las grandes anécdotas de la mañana.

8. Una música muy española

Seguro que si les decimos que en Mónaco se ha escuchado 'España cañí', ese pasodoble tan típicamente taurino, les cuesta creerlo. Pero sí, ha sonado, y por un motivo muy especial. El tema ha sonado en homenaje a la Armada española, ya que había una quincena de infantes de marina a esta celebración, debido a que coincidió con el centenario del fallecimiento del príncipe Alberto I, tatarabuelo del actual soberano y que tuvo una estrecha relación con nuestro país, ya que desarrolló aquí su carrera militar. De hecho, Alberto II estuvo hace muy poco en Cantabria siguiendo los pasos de su antepasado.

9. Alberto, un ídolo para Jacques

El heredero se convertía este sábado en una minicopia del soberano. Y no solo por el uniforme, luciendo por primera vez el de policía, a diferencia de otras ocasiones en las que lo hemos visto llevando el de los carabineros del príncipe. Además, el niño no perdía detalle de todo lo que hacía su padre, observándolo detenidamente a la hora de hacer el saludo militar, cerciorándose de que lo estaba haciendo de forma correcta.