El motivo por el que la reina Sofía ha tenido que interrumpir sus vacaciones navideñas

La muerte el pasado 31 de diciembre del papa emérito Benedicto XVI nos sorprendió en plena Nochevieja y ahora la reina Sofía interrumpe sus vacaciones de Navidad para viajar hasta el Vaticano para despedir a este religioso que renunciaba al papado en febrero de 2013.

Como confirmaba la Casa Real, el próximo 5 de enero doña Sofía acudirá a las nueve y media de la mañana a la misa exequial por el pontífice emérito que se llevará a cabo ese día en la basílica de San Pedro, en la misma Ciudad del Vaticano, donde vivió sus últimos años y donde murió el pasado 31 de diciembre a la edad de 96 años. Una misa que oficiará, como no podía ser de otra forma, el papa Francisco.

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La Reina emérita no irá sola, pues estará acompañada por una delegación española, incluyendo al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, en calidad de encargado de las relaciones del Gobierno español con la Iglesia, e Isabel Celaá, que es la embajadora española en la Santa Sede.

En las últimas horas, además, la Conferencia Episcopal de España ha informado de que al funeral del Papa Benedicto también acudirán el secretario del episcopado, César García Magán, y el vicepresidente del mismo, Carlos Osoro, junto al cardenal Juan José Omella. Serán al menos seis obispos españoles los que viajen este jueves al Vaticano junto a la reina Sofía. Pero además, varias diócesis celebrarán una misa esta misma semana en recuerdo al Papa emérito en nuestro país.

El mismo cardenal Osoro oficiará este sábado 7 de enero una misa en su honor en la catedral de la Almudena a las cinco de la tarde. En Barcelona, el cardenal Juan José Omella oficiará una misa el mismo sábado y a la misma hora en la Sagrada Familia. Las diócesis de Toledo, Pamplona, Santiago de Compostela, Sevilla, San Sebastián y León han confirmado que también celebrarán una misa en su recuerdo.

Tras esta misa funeral en la basílica de San Pedro, Benedicto XVI será enterrado en la gruta del Vaticano, donde permaneció Juan Pablo II hasta que fue beatificado, según ha confirmado el director de la Sala de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni.

La ceremonia será a primera hora del próximo jueves y los ritos darán comienzo ya a partir de este miércoles. Los restos del pontífice se exponen en la capilla ardiente durante tres días en la basílica para que los fieles puedan despedirse de quien fuera el Padre de la Iglesia durante ocho años, entre 2005 y 2013.

Miles de fieles acudían ya desde este pasado lunes hasta la basílica de San Pedro para rendir homenaje a Joseph Ratzinger, cuyos restos mortales se encuentran situados en el interior del templo, justo delante del monumento baldaquino, compuesto por el italiano Gian Lorenzo Bernini. El difunto Papa descansa sobre un catafalco, que está cubierto por una tela de terciopelo rojo y está sostenido por dos almohadillas.

En la cabeza luce una mitra blanca adornada y en sus manos entrelaza un rosario. No lleva el palio papal, a diferencia de sus predecesores, por ser Papa emérito, una cinta de lana con cruces que se pone sobre los hombros del Papa fallecido y que simboliza el Gobierno de la Iglesia. Será enterrado sin él, pero sí se colocará sobre el ataúd, como se hace con los obispos eméritos, según los medios italianos.

El funeral del Papa Benedicto no será de Estado al no tratarse de un Papa actual, pero sí asistirán delegaciones oficiales tanto de Italia como de Alemania, su país de origen. Se espera que otras autoridades asistan a la misa exequial a título personal.

La reina Sofía ha tenido varios encuentros con el Papa emérito desde que fuera nombrado pontífice en 2005. Acompañada del rey Juan Carlos, doña Sofía recibió en Madrid a Benedicto XVI durante la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebró en la capital española en agosto de 2011. Además, cuando Ratzinger renunció en 2013, el Rey emérito quiso emitir un comunicado en el que expresaba el “reconocimiento a su entrega” y a la labor que llevó a cabo durante los ocho años de su pontificado. También valoró con especial cariño la relación del Papa con nuestro país.

Al hacerse pública la noticia de la muerte del papa Benedicto, Felipe VI envió al papa Francisco un telegrama de pésame en el que quiso subrayar el “fecundo legado intelectual y espiritual” dejado por el pontífice, quien “lideró la Iglesia Católica con una extraordinaria vocación de servicio, humildad, entrega y amor”.