La Cenicienta que se dejó un zapato en palacio en el cumpleaños de Christian de Dinamarca (y la reacción de la Casa Real)

Un castillo de ensueño. Una gran fiesta. Un joven príncipe. Una misteriosa invitada. Y un zapato olvidado. Todos los ingredientes del cuento de 'La Cenicienta' de Charles Perrault y los hermanos Grimm, que popularizaría Disney muchos siglos más tarde, estuvieron presentes en la historia más curiosa que rodeó a las celebraciones por el 18 cumpleaños del príncipe Christian de Dinamarca.

Cuando los numerosos jóvenes invitados al festejo abandonaron el palacio de Christiansborg tras la cena de gala que contó con la asistencia de numerosos miembros de la realeza europea, un único zapato dorado y brillante se quedó atrás. Dispuesto a desentrañar este misterio y a encontrar a su dueña, la Casa Real del país escandinavo publicó en su cuenta de Instagram una foto del objeto perdido con esta frase: "¿Es Cenicienta la que olvidó su zapato anoche?" El post añadía que su propietaria podía contactar con ellos para recuperarlo.

Fue entonces cuando el canal de televisión danesa TV2 decidió ponerse a investigar y a partir de las imágenes de la fiesta pudieron localizar a esta moderna Cenicienta. La misteriosa invitada resultó ser Anne-Sofie Tørnsø Olesen, natural del municipio de Egedal, al norte del país. La sorpresa llegaba cuando Anne-Sofie confesaba que no se lo había olvidado, sino que lo había dejado allí a propósito.

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"Todo el concepto del cumpleaños del príncipe ha sido una especie de cuento de 'La Cenicienta', así que me pregunté si debíamos hacerlo realmente de cuento", asegura en declaraciones a TV2. La joven quería asegurarse de que no estaba cruzando ningún límite al dejar el zapato, pero decidió que era una oportunidad única para hacer realidad el cuento clásico. "Esto es algo que solo va a pasar una vez en mi vida, así que mejor hacerlo", confiesa que pensó en ese momento.

Cuando terminó la velada y Anne-Sofie tuvo que bajar las mismas escaleras que todos habían subido antes, decidió dejar atrás el zapato dorado. Sin embargo, resultó ser una misión más difícil de lo esperado, porque cuando intentó dejar caer discretamente el zapato, alguien se apresuró inmediatamente a devolvérselo.

"Pensé que simplemente no podía ser y que tenía que conseguirlo, así que cuando mi amiga y yo salimos de Christiansborg por las escaleras, lo dejé caer rápidamente y me apresuré a marcharme para que nadie pudiera detenerme", dice.

Aunque acabó volviendo a casa con un solo zapato, asegura que para ella todo mereció la pena: "Fue una noche increíble, difícil de describir porque fue fabulosa. Esperaba que fuera una gran experiencia, pero de alguna manera se multiplicó por veinte. Es una experiencia que me gustaría que todo el mundo pudiera vivir".

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Anne-Sofie cuenta que también tuvo la oportunidad de intercambiar unas palabras con el príncipe Christian durante la velada. "No recuerdo muy bien qué le pregunté, porque estaba muy confusa, pero creo que fue algo sobre lo que pensaba de todo esto y de invitar a toda esa gente al castillo", afirma la joven.

También asegura que ha seguido el Instagram de la Casa Real danesa y se ha dado cuenta de que no es ni mucho menos la única a la que la idea le ha parecido divertida. Sin embargo, subraya que ese no era el propósito del zapato abandonado. "No es porque esté pensando que me voy a casar con él, pero esperaba que a alguien le hiciera gracia, y además llamaría la atención sobre la Casa Real", confiesa con orgullo patrio.

Como colofón a esta bonita historia, el príncipe Christian no pedirá a todas las jóvenes que se prueben el zapato para ver a quién le queda bien. Por su parte, Anne-Sofie no ha decidido aún si quiere recuperarlo. "Creo que escribiré a ver qué opinan, porque no es que realmente necesite recuperar el zapato, pero si no lo quieren, puedo llevármelo".