La histórica cita por los 18 años de Christian de Dinamarca que ha reunido a la realeza europea
Muchos países del Gotha europeo han estado representados por sus miembros más jóvenes para la gran celebración de la mayoría de edad del futuro heredero
El punto caliente informativo de este domingo, al menos en lo tocante a temas royal, estaba en Copenhague, concretamente en Amalienborg y el palacete de Federico VIII. Este imponente lugar es el que albergaba por la mañana la tradicional foto familiar en el balcón y, ya por la tarde, la cena de gala por los 18 años del príncipe Christian de Dinamarca. Una histórica cita que ha reunido a la realeza europea y que ha supuesto un auténtico despliegue de tiaras, históricas joyas y vestidos largos, además de numerosas condecoraciones en todos los looks de invitadas e invitados.
Desde las cuatro de la tarde los invitados a esta gran cita empezaban a llegar. Y no hablamos solo de los invitados de diferentes casas reales, que por supuesto los ha habido, sino también de jóvenes anónimos que han podido asistir a esta especial velada. Todos ellos son chicos y chicas que, como el futuro heredero, han cumplido o cumplen este año la mayoría de edad. Se trata de una representación de organizaciones juveniles y de diferentes municipios daneses, así como de las Islas Feroe y Groenlandia, que han sido seleccionados bien por sorteo, bien por un comité de evaluación.
#NEW Crown Prince Pavlos, Crown Princess Marie-Chantal, Prince Gustav and Princess Carina have arrived at Prince Christian’s 18th birthday gala ✨ pic.twitter.com/u2VJl6a4jU
— CoutureAndRoyals (@CoutureRoyals) October 15, 2023
Tras ese paseíllo de jóvenes, a los que se notaban los nervios y la ilusión por vivir un momento así, comenzaba el desfile de royals. Las primeras en acceder al salón eran Ana María de Grecia y Benedicta de Dinamarca, hermanas de la reina Margarita y, por tanto, tías abuelas del cumpleañero. Y tras ellas, sus respectivos hijos mayores con sus parejas. Por un lado, Pablo de Grecia y Marie-Chantal Miller. Por otro, Gustav Sayn Wittgenstein Berleburg y Carina Axelsson, que hace unos meses acaparaban titulares: primero por su esperada boda y más tarde por haberse convertido en los primeros royals que aumentaban la familia gracias a la gestación subrogada.
Comenzaba después el desfile del resto de casas reales, en el que ha habido alguna que otra sorpresa. Y es que la presencia de Mette-Marit de Noruega no estaba anunciada, ya que lleva varias semanas de baja médica y alejada de su agenda. Pero finalmente ha sido parte de la lista de invitados junto con su marido, el príncipe Haakon, y su hija Ingrid Alexandra, que sabe muy bien lo que es vivir una noche así, puesto que ella ya tuvo su gran noche de gala hace ya dos años.
Tampoco faltaban Victoria y Daniel de Suecia junto a su hija mayor, Estelle, ya una habitual en este tipo de citas reales. Y dos princesas que ya vuelan solas y que, en calidad de herederas, han asistido a esta fiesta sin sus progenitores. Hablamos de Elisabeth de Bélgica y Amalia de Holanda, las más alabadas por sus estilismos. Esta cena de gala en Copenhague era el remate a un fin de semana de celebraciones de la princesa holandesa, ya que ha estado en Cádiz estos días para la boda de Victoria de Hohenlohe, duquesa de Medinaceli.
Tras ellas tocaba el turno de la familia real danesa. Y eran Joaquín y Marie de Dinamarca con sus hijos los primeros en acceder al salón, posando para los fotógrafos acreditados antes de vivir ese reencuentro familiar, muy esperado porque su relación con los herederos no pasa por su mejor momento, tal y como ellos mismos admitieron en una entrevista a la televisión francesa. Después era la propia monarca la que llegaba, quedándose en la sala unos minutos para esperar a Federico, Mary y sus cuatro nietos, con el cumpleañero en cabeza.
Veíamos entonces a un sonriente Christian luciendo por primera vez la Orden del Elefante, la más alta distinción de Dinamarca, que su abuela le había entregado esa misma mañana en un acto privado. Tras los saludos pertinentes y los piropos que adivinábamos de la orgullosa abuela, el cumpleañero se unía a sus padres y su abuela en un besamanos para saludar, uno a uno, a todos esos invitados anónimos que también han compartido con los royals europeos esta histórica cita.
El punto caliente informativo de este domingo, al menos en lo tocante a temas royal, estaba en Copenhague, concretamente en Amalienborg y el palacete de Federico VIII. Este imponente lugar es el que albergaba por la mañana la tradicional foto familiar en el balcón y, ya por la tarde, la cena de gala por los 18 años del príncipe Christian de Dinamarca. Una histórica cita que ha reunido a la realeza europea y que ha supuesto un auténtico despliegue de tiaras, históricas joyas y vestidos largos, además de numerosas condecoraciones en todos los looks de invitadas e invitados.