El piso fantasma de Bidart: la infanta Cristina no figura como propietaria de nada en Francia

No está a nombre ni de la infanta Cristina ni de Iñaki Urdangarin. El piso de Bidart que el ya exmatrimonio comparte desde hace años es la única propiedad que les queda después de despatrimonializarse durante el proceso del caso Nóos. El juez embargó todos los bienes de la entonces pareja para saldar las cuentas de Urdangarin, acusado de seis delitos fiscales. La casa que habían comprado en Pedralbes, el mal llamado palacete, fue una de las principales propiedades que ambos vendieron para hacer frente a esa deuda. Pero había más.

Ahora, ya divorciados, se repartirán el piso a partes iguales para poder usarlo cuando estén con sus hijos. Pero la propiedad, al menos hasta la fecha, es un misterio. Para vender sus propiedades, la expareja pidió permiso al juez instructor de Nóos, José Castro, que autorizó la venta de los inmuebles. Pero el piso de Bidart quedó en el limbo. No sabemos si lo compraron antes o después de que el juicio terminara y llegara la condena a Urdangarin, pero sí sabemos que sus nombres no figuran en el Registro de la Propiedad de Francia.

Vanitatis ha tenido acceso a los datos oficiales y ninguno de los dos aparece como propietario de inmueble alguno en el país vecino. Fuentes del entorno de doña Cristina y su exmarido señalan que puede haber habido un retraso en registrarlo y que el piso es de ambos, pero lo cierto es que no aparecen como tales. La revista '¡Hola!' en su información sobre el divorcio de la pareja asegura que el piso es propiedad exclusivamente de Cristina de Borbón: "Asimismo, en lo que respecta a la propiedad de Bidart, que tanto ha dado que hablar, seguirá siendo de Doña Cristina (única propietaria), aunque cuando sus hijos acudan a esta localidad francesa para estar con su padre, Iñaki también podrá usarla".

Gastos de comunidad

La extrañeza viene cuando aseguran a Vanitatis que ambos pagan una cuantiosa cantidad de gastos de comunidad, algo que solo corresponde al propietario. Podría ser, añaden, que hayan esperado al divorcio para poner los papeles del piso en regla, pero, por el momento, ni Urdangarin ni la Infanta son sus propietarios oficiales. Cuando lo adquirieron, tuvieron que abrirse una cuenta corriente en Francia para hacer frente a los gastos de comunidad, que no eran pocos.

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Comprado como segunda residencia, ha sido el lugar en el que han pasado sus vacaciones estivales desde hace años. El apartamento en cuestión -que no es una casa- está situado en una famosa urbanización de la localidad costera, a pocos metros del mar y de la playa. Se trata de una comunidad que tiene una piscina en el centro y está rodeada por edificios blancos con ventanas rojas. El piso de los Urdangarin de Borbón es sencillo, como el resto de las viviendas que allí se encuentran.

Da la casualidad de que una de las hermanas de Iñaki también tiene casa en la misma urbanización. La familia Urdangarin comparte la tradición, desde hace décadas, de pasar los veranos en la casa de Claire Liebaert, madre de Iñaki, que está a pocos metros de esta urbanización. Algunos de los hermanos, para tener su propio espacio, decidieron adquirir un apartamento en la citada urbanización.

Pequeño y sin lujos

El piso no es muy grande, no llega a los 100 metros cuadrados, y tiene solo dos habitaciones, un baño y un aseo, cocina independiente, un salón comedor con sofá cama y una terraza con un pequeño jardín y vistas al mar. Cuando los Urdangarin iban todos juntos a la casa, quienes los conocen y allí han estado han destacado siempre que vivían algo apretujados.

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Si tenemos en cuenta las dimensiones de la vivienda, no es de extrañar, porque una de las habitaciones es para dos, con dos camas supletorias, y otra de las habitaciones tiene también dos camas. Los cuatro hermanos tenían que dormir en una habitación juntos mientras que los padres dormían en otra.

La urbanización es antigua y es una de las más conocidas de Bidart. Cuando la infanta Cristina va a esta localidad se queda en esta casa y no tiene por qué mezclarse con la que fue su familia política. Por eso no es extraño que en el verano de 2022, en pleno proceso de separación de Urdangarin, la hermana de Felipe VI decidiera pasar unos días con sus hijos aquí. Su ya expareja se presentó en el pueblo, pero no durmió en la misma casa. Este pasado verano sucedió algo parecido.

Capital inmobiliario

Como decíamos, no es la única propiedad, oficial o no, que los exduques de Palma tenían en su haber. Juntos consiguieron un elevado patrimonio inmobiliario en el que destacaba la joya de la corona: la gran casa en el exclusivo barrio barcelonés de Pedralbes que compraron en 2004 por 6 millones (más 800.000 euros más en reformas) y de la que se estima que pagaron 1,8 -el 30% de la hipoteca-. Esta finca se extiende sobre 2.155 metros cuadrados y cuenta con una casa de 1.063 metros. Figuraba como sede social de Aizoon, la empresa inmobiliaria que Iñaki y la Infanta construyeron en 2003 y que, presuntamente, recibió dinero sin justificar del Instituto Nóos.

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Ese mismo año, y como el patrimonio de los duques aumentó considerablemente, compraron dos pisos -a nombre de Aizoon-, dos plazas de garaje y un trastero en un edificio de la calle Pedrera de Palma de Mallorca. En 2007 adquirieron una vivienda en Terrasa -también a nombre de Aizoon-. Para completar su patrimonio inmobiliario, ‘Público’ señaló en su momento que el duque adquirió tres pisos más -al 50% con Diego Torres y escriturados por Nóos- situados en un edificio de la calle Marqués de Fontsanta de Palma. Los datos, además, aparecieron en los papeles judiciales porque pidieron permiso para vender su patrimonio.

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En 2013, el juez instructor del caso Nóos, José Castro, ordenó el embargo de los bienes de ambos imputados -Urdangarin y Torres-, algo que le costó sobremanera por el entramado societario que habían creado. Además de Nóos Consultoría Estratégica, eran socios de Intuit Strategy Innovation Lab, Shiriaimasu, Virtual Strategies, De Goes Center for Stakeholder Management, Blossom Hills, Fundación Deporte, Cultura e Integración Social, y Aizoon, cuya propiedad Urdangarin compartía al 50% con la infanta Cristina.