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La casa maldita de Diego Torres, exsocio de Urdangarin, que no logra vender
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COLETAZOS DEL CASO NÓOS

La casa maldita de Diego Torres, exsocio de Urdangarin, que no logra vender

El empresario pidió permiso al juez para poner sus propiedades a la venta. Su casa de Sant Cugat, en la mejor zona de la ciudad, sigue sin comprador: ha bajado 100.000 euros su precio

Foto: Diego Torres, en un montaje de Vanitatis.
Diego Torres, en un montaje de Vanitatis.

Fue la gran apuesta de su vida familiar: comprarse una casa en Sant Cugat y cambiar las costumbres de toda la familia. Del colegio al trabajo. Diego Torres, exsocio de Iñaki Urdangarin, vio cómo su patrimonio aumentaba de manera vertiginosa y decidió invertir en una mansión de casi 500 metros cuadrados con jardín y piscina privados en Sant Cugat del Vallés, una de las mejores zonas de una de las ciudades más caras de Cataluña. Una propiedad que incluso apareció en 'The New York Times' como una jaula de oro para el exprofesor. Ahora, con Torres en prisión, la propiedad no se vende. Es la casa maldita.

Salió al mercado hace medio año, con el resto de propiedades del fundador del Instituto Nóos, pero no ha habido manera. Así que han decidido rebajar su precio en 100.000 euros, tal y como ha podido saber Vanitatis. Y "están abiertos a una oferta -señalan a este medio-, hay que hablarlo todo con los propietarios".

placeholder Piscina y parte del jardín de la casa de Diego Torres, a la venta.
Piscina y parte del jardín de la casa de Diego Torres, a la venta.

El periplo judicial del exsocio de Urdangarin ha sido devastador para su familia. Nacido en una familia humilde de Menorca, Torres se casó con Ana Tejeiro, hija de un matrimonio bien de Barcelona. Ella estudió en Teresianas, como la hija de Montserrat Caballé, y siempre se ha relacionado con la alta sociedad barcelonesa. Él logró ascender poco a poco. Sus maneras, educadas y afables, y su educación, intelectual y potente, lo convirtieron en un hombre de éxito en el que se fijó Urdangarin cuando decidió crear su negocio.

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La situación económica de la familia Torres Tejeiro quedó muy tocada cuando estalló el caso Nóos. Ambos trabajaban en la consultoría deportiva objeto de juicio y perdieron sus empleos, lo que los dejó sin posibilidades de obtener un sueldo. Porque, tal y como declaraba el abogado de Torres al 'NY Times', "Torres perdió su trabajo de manera inmediata. La Casa Real pensó que si convertía a mi cliente en un descastado se solucionaría. Sin dinero, no podrían tener un buen abogado. Pero no me conocen". Según ha relatado Peeters en alguna ocasión, para cargar con las culpas del caso, Torres recibió una oferta para trabajar en Telefónica, cosa que rechazó y le dejó en la calle.

placeholder Diego Torres (i), acompañado de su abogado, González Peeters. (EFE)
Diego Torres (i), acompañado de su abogado, González Peeters. (EFE)

Para poder comprarse la casa, el economista llegó a pedir un préstamo a su entonces socio y amigo. Los exduques de Palma dejaron 400.000 euros a sus amigos para que pudieran hacer frente al pago millonario de la propiedad. Los hijos del matrimonio cambiaron de colegio y se matricularon en uno internacional del rico municipio de Barcelona y siguieron con sus vacaciones en Menorca, su velero, sus viajes... Hasta que todo se despeñó.

Cerca del golf

Llegaron entonces los malos tiempos, momentos en los que la familia no tenía ni para costearse los gastos derivados de la calefacción. Poco a poco se fue derrumbando todo de tal forma que la única solución que encontraron fue vender sus propiedades, incluida la casa familiar. Pero el precio es muy alto. Según ha podido saber Vanitatis, no es la única casa que ha rebajado su precio en la zona. Es en el barrio del golf, Can Trabal, un lugar de casas maravillosas, casi todas con jardín y piscina privados, donde lo cierto es que la de Torres es la más cara.

Se trata de una casa a los cuatro vientos de 507 metros cuadrados, con cinco habitaciones y tres baños, que se anuncia de manera muy discreta, sin que se vea la fachada, muy conocida por la mayoría de periodistas que han seguido en algún momento las aventuras y desventuras del matrimonio. La pareja tiene también propiedades en Mahón (Menorca), de donde es Torres, y en Palma de Mallorca.

placeholder Iñaki Urdangarin y Diego Torres, durante la presentación de las conclusiones del juicio del caso Nóos. (EFE)
Iñaki Urdangarin y Diego Torres, durante la presentación de las conclusiones del juicio del caso Nóos. (EFE)

Poner la casa en venta no fue cosa fácil. En 2013, el juez instructor del caso Nóos, José Castro, ordenó el embargo de los bienes de ambos imputados -Urdangarin y Torres-, algo que le costó sobremanera por el entramado societario que habían creado. Además de Nóos Consultoría Estratégica, eran socios de Intuit Strategy Innovation Lab, Shiriaimasu, Virtual Strategies, De Goes Center for Stakeholder Management, Blossom Hills, Fundación Deporte, Cultura e Integración Social, y Aizoon, cuya propiedad Urdangarin compartía al 50% con la infanta Cristina.

Propiedades embargadas

Torres, por su parte, compartía y sigue compartiendo varias de estas sociedades con su mujer, Ana María Tejeiro, empresas que son titulares de parte del patrimonio de la pareja. Por ejemplo, la casa de Sant Cugat que han puesto a la venta está a nombre de Torres, de su mujer, de Intuit Strategy Innovation Lab SL y de Torres Tejeiro Consultoría Estratégica SL. Tal como consta en la nota registral, pesa un embargo del 40% en favor de la Hacienda Pública. Así que para poner esta y las demás propiedades a la venta, Torres tuvo que pedir permiso al juez en un proceso que se ha alargado meses.

Por mucho que el camino haya sido largo, parece que la salida no está tan cerca como ellos pensaban. Vender una casa a más de un millón y medio de euros no es cosa fácil. Y menos si es la casa del exsocio de Iñaki Urdangarin. Dos personajes convertidos en apestados en la burguesa y discreta alta sociedad catalana.

placeholder Diego Torres y su mujer, Ana María Tejeiro. (EFE)
Diego Torres y su mujer, Ana María Tejeiro. (EFE)

Fue la gran apuesta de su vida familiar: comprarse una casa en Sant Cugat y cambiar las costumbres de toda la familia. Del colegio al trabajo. Diego Torres, exsocio de Iñaki Urdangarin, vio cómo su patrimonio aumentaba de manera vertiginosa y decidió invertir en una mansión de casi 500 metros cuadrados con jardín y piscina privados en Sant Cugat del Vallés, una de las mejores zonas de una de las ciudades más caras de Cataluña. Una propiedad que incluso apareció en 'The New York Times' como una jaula de oro para el exprofesor. Ahora, con Torres en prisión, la propiedad no se vende. Es la casa maldita.

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