Cena de gala en Dinamarca: de la tiara de esmeraldas de la reina Mary al debut del príncipe Christian

Como cada 1 de enero, la familia real danesa ha celebrado en el Palacio de Amalienborg, en Copenhague, el banquete de Año Nuevo. En esta ocasión, sin embargo, contaba con una novedad: por primera vez Federico y Mary han presidido la cena como reyes, y también, por primera vez, el príncipe Christian, el heredero al trono, ha participado en ella, siendo su debut en esta gala.

Federico X ha conseguido reunir a toda la familia, desde la reina Margarita II, quien abdicó el trono el 14 de enero de 2024, a su hermano, Joaquín, y su esposa, Marie, y su tía, Benedicta. Todas las damas de la familia han cumplido a rajatabla con la etiqueta que marca vestido de gala, tiara y condecoraciones.

La gran protagonista ha sido Mary, quien ha elegido el mismo look que llevó para sus primeras fotografías oficiales de gala. La reina lucía la parure de esmeraldas que forma parte de las joyas de la corona. La pieza principal es una gran tiara, realizada en plata, diamantes y esmeraldas por C.M. Weisshaupt en 1840, con motivo de la celebración de las bodas de plata de Christian VIII y Carolina Amalia de Dinamarca. Cuenta también con unos pendientes, una gargantilla y un broche, siendo estas últimas piezas las que Mary no ha lucido para la ocasión.

La australiana ha lucido un vestido verde para que combinara a la perfección con las esmeraldas. Se trata de un diseño con el cuerpo de terciopelo, escote y mangas de encaje. Prendido del traje llevaba su insignia de la Family Order con la foto de Federico X. Este tipo de órdenes son comunes en los países escandinavos y Reino Unido, y se reservan solo a las mujeres. Cada rey o reina tiene su propia orden familiar, con su foto. La reina lucía, asimismo y como el resto de asistentes, el collar de la orden del elefante.

Por su parte, la cuñada de Mary, Marie, ha optado por el azul marino, con un nuevo vestido de Rikke Gudnitz, de escote en pico con solapas, manga larga y cintura marcada. Un diseño simple y correcto al que ha dado un toque de brillo gracias a la tiara que lucía. Se trata de una pieza floral de diamantes que utilizó el día de su boda en 2008 con el príncipe Joaquín. Es un préstamo de su suegra, la reina Margarita II, quien se la cedió con motivo de su enlace.

Joaquín y Marie residen desde hace un par de años en Washington. Aunque primero se trasladaron a Francia, país del que es la princesa, finalmente optaron por los Estados Unidos, donde residen junto a sus dos hijos en común, Henrik y Athena. Son pocos los compromisos a los que asisten en Dinamarca y se ha hablado mucho de una mala relación entre el príncipe y Federico. Sin embargo en su discurso de Año Nuevo, el rey tuvo unas palabras para su hermano y su cuñada, asegurando que estaba feliz de que hubieran encontrado su lugar en la capital estadounidense.

La reina Margarita II tampoco ha faltado a la cita, que ha sido también especial para ella, pues por primera vez no ha actuado como anfitriona. La madre de Federico y Joaquín ha lucido un vestido azul de terciopelo, un abrigo de piel en color marrón y la tiara Aigrette. Está formada por tres piezas que pueden llevarse juntas como tiara, pero también pueden lucirse por separado.

Margarita II siempre ha lucido esta tiara con el cabello recogido, pues se trata de un diseño flexible, original y diferente. Se cree que fue hecha a mediados del siglo XIX y que pudo haber pertenecido a la gran duquesa Anastasia de Rusia, aunque esto nunca ha sido confirmado. Antes de pasar a manos de la realeza, perteneció al tenor Lauritz Melchior, quien decidió subastarla. El rey Federico IX la compró y se la regaló a su esposa, la reina Ingrid, a principios de los años 60, y Margarita la herederó de ella.

Muchos pensaban que, tras su abdicación, Margarita habría cedido esta tiara a Mary; sin embargo, parece que sigue conservándola ella misma para su uso. Margarita llevaba también unos pendientes de diamantes con un zafiro en el centro.

A la cena también ha asistido la princesa Benedicta, quien no suele perderse nunca este tipo de eventos. La hermana de Margarita II, quien lucía un vestido de terciopelo en púrpura, llevaba la tiara Frinde que perteneció a su suegra, Margarita Sayn-Wittgenstein-Berleburg, madre de su marido, el difunto príncipe Ricardo. La princesa llevaba, además, un espectacular collar de perlas de varias vueltas y pendientes también de perlas.

Sin duda, una forma muy glamurosa de empezar el año para la familia real danesa.