Nastassja Kinski y su hija, de copas y coplas por Madrid

La actriz alemana Nastassja Kinski (París, Texas, Inland Empire) y su hija Sonja llegaron a Madrid el martes por la tarde procedentes de Los Angeles, dondetienen su cuartelgeneral. Se instalaron en una de las suites del hotel Urban, uno de los preferidos por Tom Cruise. El actor lo elegía porque el establecimiento se encuentra a tiro de piedra de la sede de la Cienciología en la capital. El protagonista de Misión Imposible, amigo de Kinski, inauguró hace añosel centro asomándose al balcón como si fuera Evita Perón.Los comerciantes del barrio aún recuerdan el numerazo de Cruise. En el caso de Nastassja y su hija se han limitado a pasear y vivir Madrid, ciudad que ambas conocen. La madre ha pasado temporadas aquí y si no fuera porque solo estará en la capital del reino dos días habría quedado con Pedro Almodóvar. Se conocieron hace tiempo en Los Angeles y conectaron. Son amigos y a ella la encantaría trabajar con él, como contaba a Vanitatis Sandra García San Juan, cabeza visible de Starlitey artífice de los contratos de las Kinskien España.

Elmotivo de la visita a Madrid era formar parte del grupo de madres e hijas que se han fotografiado mutuamente para un reportaje gráfico realizado con el nuevo móvil de la firma Sony. Llegaron con el tiempo suficiente para hacer turismo y organizar su vida lúdica de forma independiente. A las dos les gusta Madrid. Para Sonja ha sido su segunda vez. En cambio, Nastassjalo ha visitado en varias ocasiones. Ambasson entusiastas de la noche madrileña, aunque cada una marcando su propio estilo. La pequeña prefirió irse de tapas por la plaza de Santa Ana con uno de sus asistentes. Mamá en cambio eligióel flamenco y se fue sola a Casa Patas. Disfrutó de los bailes de Angelita Españadero y SergioAranda y el cante de Mariano "El Pola". Cuando terminó el espectáculo, regresó a su hotel.

Al día siguiente, madre e hija acudieron al Jardín Botánico, donde se presentaba la exposición de fotografías. Sonja eligió para la ocasión un vestido de Juanjo Oliva de la colección Elogy para el Corte Inglés, cuyos diseños varían de los 100 a los 2.000 euros. La niña Kinski no miró precios y se quedó con el low cost.