Los hijos de Tom Hanks, en la cuerda floja
“La vida es como una caja de bombones. Nunca sabes lo que te va a tocar”. La frase, a estas alturas archiconocida, podría ser utilizada por el actor
“La vida es como una caja de bombones. Nunca sabes lo que te va a tocar”. La frase, a estas alturas archiconocida hasta rozar el tópico, podría ser repetida estos días por el mismo Tom Hanks que la pronunció allá por los años 90, cuando encarnó al encantadoramente ingenuo Forrest Gump. Su segundo hijo, el rapero Chester, nacido de su matrimonio con la también actriz Rita Wilson, acaba de declarar estos días que, durante años, sufrió adicción a la cocaína. “Estuve sufriendo el abuso de esta sustancia desde que tenía 16 años”, ha dicho.
Sin embargo, la declaración también fue acompañada de un segundo comentario en su cuenta de Instagram, a través de un vídeo en primer plano con el cielo de Los Ángeles al fondo, en el que se puede ver que su intención siempre ha sido la de recuperarse por completo. “A la edad de 24 años, decidí pedir ayuda. Llevo sobre mis espaldas 50 días sobrio y puedo decir con honestidad que nunca fui más feliz”. El destape de la noticia coincide en el tiempo con el regreso del otro hijo mayor del actor, Colin, al mundo de la interpretación, en el que no ha tenido la suerte esperada.
Actualmente, forma parte del reparto de la serie de moda, Fargo. Sin embargo, no ha habido forma de que su carrera cinematográfica despegase completamente, pese a su apellido y a los múltiples intentos. El joven apareció en el King Kong de Peter Jackson, y en otras películas de menor perfil. Sin embargo, cuando apareció en la cinta Orange County, en 2003, se vendió al actor como una promesa a tener en cuenta. Lamentablemente, no ha parecido fructificar del todo.
Su carrera ha supuesto un sinfín de películas de perfil menor y ha ido moviéndose hacia un perfil cada vez más discreto. Además, no parece haber querido aprovechado la popularidad paterna para prosperar. En 2008, por ejemplo, cuando intervino en la película W de Oliver Stone, muchos fueron los que se preguntaron por qué Colin trabajaba junto al realizador y nunca lo hacía al lado de los habituales compañeros profesionales de su padre, al que han dirigido Steven Spielberg o el recientemente fallecido Mike Nichols, por ejemplo.
Pese a que la relación de ambos hermanos con la fama de Hanks es parecida, ya que Chester también quiere ser artista, el segundo es más consciente del poder que los medios de comunicación pueden ejercer a la hora de elevarte o destruirte. “Fuck the media”, ha rematado el joven en su vídeo de Instagram, confesando su adicción para ‘reventar’ la exclusiva a Star magazine, el medio que iba a revelar su adicción el próximo 8 de diciembre. Hanks se lo ha fastidiado y, antes de que ningún periodista le pregunte, ha revelado las partes más clarificadoras de su escueta biografía.
Por ejemplo, ha asegurado que recuerda cómo sus padres le han insistido en tener un trabajo y en llevar una vida ordenada, en cómo su padre le hacía lavar el coche siendo apenas un niño. También ha argumentado la problemática de convertirse en artista dada la fama planetaria de su progenitor. “Podría descubrir la cura del cáncer y aun así me dirían: el hijo de Tom Hanks descubrió la cura del cáncer”. Al igual que la de su hermano, su carrera musical no acaba de despegar por sí misma, como tampoco la de su hermano.
Hanks nunca ha querido que sus hijos se beneficien de su reputación. Siempre ha cultivado la idea de que se trabajen las cosas por sí mismos. Sin embargo, la táctica no parece haber funcionado demasiado bien para ninguno de los dos por el momento. La caja de bombones que era la vida en aquella película del 94 no parece haber resultado muy generosa para los retoños del digno heredero de James Stewart en el Hollywood actual, ese ‘novio de América’ cuya familia no se libra de duras realidades como la del mundo de las drogas o el fracaso profesional.
“La vida es como una caja de bombones. Nunca sabes lo que te va a tocar”. La frase, a estas alturas archiconocida hasta rozar el tópico, podría ser repetida estos días por el mismo Tom Hanks que la pronunció allá por los años 90, cuando encarnó al encantadoramente ingenuo Forrest Gump. Su segundo hijo, el rapero Chester, nacido de su matrimonio con la también actriz Rita Wilson, acaba de declarar estos días que, durante años, sufrió adicción a la cocaína. “Estuve sufriendo el abuso de esta sustancia desde que tenía 16 años”, ha dicho.