'Crepúsculo': diez años del (supuesto) mayor montaje sexual del Hollywood moderno

Vampiros, jóvenes y profundamente enamorados. Aquellos que no pertenecen a la generación millennial no comprendieron demasiado bien el fenómeno 'Crepúsculo', de cuyo estreno se cumplen diez años este domingo 18. Los que sí lo entendieron fueron los productores de Summit Entertainment, que encontraron en Bella Swan y Edward Cullen sus nuevos Jack y Rose, un nuevo 'Titanic' excepto por los Oscar, la taquilla pantagruélica y porque, esta vez, el fenómeno no fue más allá del público adolescente. Y qué mejor que ese fenómeno estuviese acompañado de un romance que traspasase la ficción, que Robert Pattinson y Kristen Stewart, los actores que encarnaban ese romance con sello 'teen', se enamorasen en la vida real. ¿Fue un montaje el amor entre las dos estrellas?

Hace apenas unos meses, Kristen Stewart miraba hacia atrás sin ira y recordaba cómo fue su historia de amor con Rob. “Cuando salía con Rob, el público era el enemigo, y eso no es vida (…) ¡Estaba tan confundida! ¡Ahora me he dado cuenta de quién soy!”, decía. Y por confusión puede que hablase del hecho de que, apenas unos años más tarde, la protagonista de 'Crepúsculo' había confesado su bisexualidad e inició un noviazgo con su ex asistente personal, Alicia Cargile. ¿Había sido un montaje publicitario el amor de Bella y Edward?

Eso dijeron muchos medios cuando ella afirmó que aquello “no era la vida real (…) Nunca habría hablado sobre mis relaciones antes, pero una vez que empecé a salir con chicas me pareció una buena oportunidad para representar algo positivo”, añadió. Poco después tuvo que aclarar sus palabras ante 'Harper's Bazaar'. “He estado profundamente enamorada de toda persona con la que he salido”. ¿Y cómo empezó este amor que parecía de cartón piedra?

Los primeros rumores de que estaban juntos surgieron cuando los dos acudieron juntos a los MTV Awards en septiembre de 2008, poco antes de que se estrenase la película que los haría mundialmente famosos. En mayo del siguiente año, cuando la película llegaba a las estanterías de los centros comerciales en DVD a sus fans casi les da un infarto. Al recibir juntos el premio MTV al mejor beso, casi se comieron los morros de verdad. Unos meses después, fueron juntos a un concierto y algún periodista afirmó que aunque “no eran novios, definitivamente estaban saliendo juntos”.

Ellos no soltaron prenda. “Probablemente diría algo si la gente no hiciese un mundo de ello”, contestaba Pattinson a una pregunta al respecto en 'Entertainment Weekly'. No fue hasta octubre de 2011, cuando se estrenaba la última película de la saga, cuando Kristen confesó que, efectivamente, Rob era la persona con la que salía. Cuando un reportero de 'GQ' la presionó para confesar el nombre de su “novio británico”, ella no se cortó un pelo. “¡Vamos chicos, es tan evidente!”, replicó.

Y justo cuando los 'crepusculers' respiraban tranquilos porque ya se había destapado que el amor vampírico era más real que el conde Drácula, vinieron las lluvias. O, mejor dicho, la infidelidad con mayúsculas. Cuando un paparazzi pilló a Kristen besándose con el director de su nueva película, 'Blancanieves y la leyenda del cazador', la mujer de Rupert Sanders (que así se llamaba este tipo al que Hollywood no tardó en condenar a un ostracismo moralista) puso el grito en el cielo. Actriz y director pidieron perdón a través de la revista 'People', pero de poco sirvió.

Pattinson abandonó el apartamento de 4 millones de dólares que había compartido con ella y el escarnio mediático se cebó con la actriz de una manera que quizá resultó moralista y desproporcionada. Lo de Sanders le afectó profundamente, ya que pocas veces actores tienen que explicar algo tan privado como un escarceo, aunque solo fuesen unos besos.

Los fans de 'Crepúsculo' se sintieron algo decepcionados cuando se sospechó públicamente que el amor había sido pura invención publicitaria. Pero aquello ocurrió cuando crecían y nuevos 'Crepúsculos' y nuevas estrellas ocuparon el corazón y el fandom de nuevos adolescentes. Al final, fuese verdad o mentira, el amor de Robbert Pattinson y Kristen Stewart fue tan efímero y pasajero como las idolatrías de esa edad en la que nada es para siempre.