El último encuentro de los Beatles (sin Lennon) hace 20 años: almuerzo, llanto y redención

Cuando hablamos de la última vez que los Beatles se reunieron, todo el mundo tiene en mente el mítico concierto improvisado en la azotea del edificio de los Apple Corps (los estudios donde grababa la banda), en los que tocaron durante 40 minutos. Aquello ocurrió el 30 de enero de 1969 y está considerado el último concierto de la mayor banda de pop de la historia (o una de ellas que luego cada cual tiene sus gustos).

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J. D.

Los que hayan leído un poco más sobre la banda sabrán también que hubo otro momento en que tres de ellos volvieron a tocar juntos en la boda de su amigo y colega de profesión Eric Clapton con Pattie Boyd. El cuarto, John, no estaba invitado. En aquella boda, muchos músicos ilustres (Mick Jagger, Elton John, David Bowie…) subieron a un escenario que formaba parte de los fastos del enlace para regalar a los novios algún tema. Entre ellos, Ringo, Paul y George. La modelo recordó en su biografía ‘Wonderful tonight' de 2007: "Por alguna razón, John Lennon no estaba invitado, pero dijo que hubiera venido si se lo hubiéramos pedido. Y es algo muy triste porque, de haber venido, hubiera sido la primera y última vez que los Beatles tocaban juntos desde su ruptura -porque al año siguiente él estaba muerto-".

Pero hubo un nuevo encuentro, años después, de los tres Beatles con la ausencia (esta vez por fuerza mayor) de Lennon. Se produjo un 12 de noviembre de 2001, hace ahora dos décadas. John hacía años que había fallecido víctima de los disparos de un fanático y a George Harrison le quedaban pocos días en este mundo. De hecho, ese fue el detonante para que Paul cogiera un avión el día anterior y volara hasta el corazón de la Gran Manzana para despedirse de su compañero de formación. Allí se encontró también con Ringo y juntos pasaron tres horas recordando viejos tiempos, pidiendo disculpas por los agravios cometidos en el pasado y recordando, como ellos mismos cantaban, que ‘all you need is love’.

Una tarde en Nueva York

Lo contaba Julián Ruiz, uno de los periodistas musicales y productores más importantes de este país, en un artículo de 'Plásticos y Decibelios': “Le pregunté a Paul si fue en Los Ángeles donde le vio por última vez. Y me contestó que no, que quiso dejarle morir en paz con su hijo, su esposa y sus gentes religiosas. Me dijo que, en realidad, la última vez que había estado con George había sido en una suite de un hotel de Manhattan, en un largo almuerzo, a la que acudió también Ringo Starr. Pasaron unas tres horas maravillosas. Fue algo como la última cena de los tres Beatles”, escribía.

El encuentro de aquel día se concretó debido a la esperanza de vida que le quedaban al guitarrista de los Beatles. El cáncer de pulmón que sufría Harrison reapareció en 2001, con dos metástasis en el cerebro, y a pesar de haberse sometido a varios tratamientos en Suiza y en la ciudad de los rascacielos, los especialistas confirmaron que su enfermedad era terminal.

El músico dedicó esos días a poner en orden lo que había vivido, con quién y lo que dejaba tras él: pasó tiempos con sus amigos, dio indicaciones de algunos proyectos inacabados a su hijo Dhani y a su esposa Olivia, y vio por última vez a sus colegas Ringo y Paul.

Según recuerda la página Beatlesdaily.com, una especie de agenda diaria sobre el grupo, Paul fue el primero en llegar después de volar desde Londres con su prometida Heather Mills. Ringo condujo desde un hotel cercano después de volar unos días antes. El diario británico ‘Sunday People’ contaba entonces que, a pesar del avanzado estado de su enfermedad, Harrison estuvo de muy buen humor durante el tiempo que duró la comida en la que los tres repasaron viejas anécdotas del pasado. En aquella habitación también estaba el doctor que trató al batería en sus últimos días.

“Paul me contó que se cogieron la mano y durante más de una hora no se soltaron”, relataba Julián Ruiz tras su encuentro con McCartney. “Para Paul fueron minutos maravillosos de fraternidad, de humildad y, sobre todo, de amor entre los tres Beatles. Todas las diferencias que habían tenido se esfumaron como humo por las rendijas de las puertas de aquella habitación. Paul me contó incluso que llegó a llorar”.

Un momento para la historia

El Dr. Gil Lederman, testigo silente de aquel último encuentro histórico, contó después que Starr tuvo que abandonar a sus amigos unas horas después para volar a Boston, donde su hija estaba siendo tratada por un tumor cerebral, pero que Paul se quedó el resto de la tarde. También que George, que tomó comida vegetariana y agua, estaba muy feliz. “Hubo muchas risas y mucha diversión. Hubo lágrimas también. George estaba feliz. Esta reunión significó mucho para él y para mí un momento único estar allí. Ellos habían sido personas importantes, no solo en mi vida, sino en la propia historia del siglo XX”.

George no quería morir con el sentimiento de que alguno de sus compañeros le guardaran cualquier tipo de resentimiento. Sobre todo, porque Lennon, antes de ser asesinado, no le dirigía la palabra por culpa de su autobiografía ‘I me mine’, en la que hablaba despectivamente del autor de ‘Imagine’.

Dos semanas después, el 29 de noviembre, George Harrison murió en la mansión de Paul McCartney en Los Ángeles rodeado de sus familiares más íntimos, tal como lo anunció aquel día la CBS. Fue incinerado en el cementerio Hollywood Forever Cemetery, su funeral se llevó a cabo en el santuario Self-Realization Fellowship Lake Shrine en Pacific Palisades y sus cenizas fueron esparcidas en los ríos Ganges y Yamuna cerca de Varanasi, según la tradición hindú.