Sydney Sweeney y el pantalón que la metió en un lío: lo que dice su silencio ante la polémica campaña de American Eagle
La actriz ha protagonizado este último anuncio, cuyo eslogan ha sido leído en redes sociales como "una oda a la supremacía blanca"
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Sydney Sweeney tiene "great jeans (buenos vaqueros)". Esa ha sido la frase elegida para encabezar la nueva campaña publicitaria de American Eagle, marca de ropa juvenil que, como tantas otras, buscaba un golpe viral que capitalizara el tirón de la actriz de 'Euphoria'. Y lo logró.
La imagen de Sweeney con unos vaqueros ajustados, posando entre luces suaves y una estética retro, ha inundado las redes sociales. Pero no exactamente por el motivo que esperaban desde el equipo de marketing. El eslogan, que jugaba con la fonética de jeans (vaqueros) y genes (material genético) en inglés que se pronuncian igual, ha sido acusado por algunos usuarios —y no pocos— de promover un mensaje con tintes eugenésicos.
La Real Academia de la Lengua Española define el término eugenesia como el estudio y aplicación de las leyes biológicas de la herencia orientados al perfeccionamiento de la especie humana. Esta es la mayor acusación que se hace a la empresa y la actriz.
En uno de los vídeos más señalados —eliminado ya de varias plataformas— se ve a la actriz tumbada mientras se sube la cremallera del pantalón. La voz en off acompaña: “Los genes se transmiten de padres a hijos, y a menudo determinan rasgos como el color del pelo, la personalidad e incluso el color de los ojos. Mis jeans/genes son azules”. A continuación, otro narrador remata: “Sydney Sweeney tiene unos jeans/genes estupendos”.
En otra pieza, aún disponible, se repite el eslogan mientras ella aparece tachando la palabra genes en un cartel publicitario para escribir, a rotulador, jeans. El juego de palabras podría haber pasado desapercibido en otro contexto, pero el físico de Sweeney — rubia, blanca, de ojos claros y con un cuerpo normativo— ha encendido las alarmas.
En una sociedad que se ha acostumbrado a diseccionar cada gesto de sus celebridades, el problema no ha sido solo semántico. Las críticas no tardaron en aflorar, especialmente desde sectores progresistas, donde se ha denunciado que la campaña alimenta una narrativa peligrosa sobre los cuerpos y la belleza. Para muchos, el mensaje implícito refuerza una jerarquía estética y biológica que asocia la belleza con determinados rasgos genéticos, tradicionalmente ligados a la idea de superioridad racial. Las redes se llenaron de comparaciones con viejas campañas racistas, referencias al darwinismo social e incluso al ideario de la supremacía blanca.
Cuando los “genes” pesan más que los jeans
El eslogan quería ser un guiño simpático a la silueta de la actriz, convertida en símbolo millennial gracias a su papel en 'Euphoria' y a una imagen pública que se mueve entre la sensualidad y lo tradicional. Pero en el contexto actual, donde las marcas son cada vez más conscientes (o se espera que lo sean) de los mensajes que comunican más allá de la superficie, el juego de palabras ha resultado, como mínimo, problemático.
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Pero esa parte de convertir a la mujer en un escaparate sensual, también ha sido criticada. Al dar una vuelta por las publicaciones de la campaña, muchas de ellas tienen reminiscencias de aquellos anuncios sexistas que interrumpían a las familias mientras veían la tele. La joven abriendo el capó de un coche con una postura sensual, es un ejemplo.
La reacción del público ha sido tan fuerte que la compañía se ha visto obligada a matizar su mensaje. "La publicidad es y siempre fue sobre los vaqueros. Sus vaqueros. Su historia. Seguiremos celebrando cómo todo el mundo lleva sus vaqueros AE con confianza, a su manera. A todo el mundo le sientan bien unos buenos vaqueros", ha remarcado American Eagle en un comunicado. Mientras, el equipo de la intérprete no se pronuncia. Y ese silencio, como ocurre tantas veces, ha alimentado todavía más el debate.
Una estrella con pasado ideológico
El problema no es solo el anuncio. La figura de Sydney Sweeney arrastra desde hace tiempo una sombra de ambigüedad ideológica. En 2022, la actriz fue duramente criticada tras publicar imágenes de una fiesta familiar donde algunos invitados vestían gorras y camisetas con referencias al trumpismo más radical. Aunque ella aseguró en su momento que no compartía esas posturas y que simplemente era una fiesta, muchos empezaron a mirar con lupa su entorno, sus declaraciones y su falta de posicionamiento claro en temas sociales candentes.
La polémica por la campaña de American Eagle ha reactivado ese recuerdo. Algunos usuarios de X (antes Twitter) han conectado este nuevo “error” con un patrón de pasividad cómplice. Otros, incluso, han ido más allá y han acusado a la actriz de ser una especie de “cara bonita del supremacismo blanco” en Hollywood. Un juicio exagerado, pero revelador del clima ideológico hiperpolarizado que atraviesa las redes en un contexto político en Estados Unidos en el que Trump ha puesto en marcha políticas de exclusión contra comunidades racializadas. Lo que puede convertir la publicidad no en un fallo de contenido, sino de forma y momento.
De hecho, uno de los miembros del gobierno estadounidense ha opinado acerca de la polémica. El director de comunicaciones, Steven Cheung, arremetió en su cuenta de X: "La cultura de la cancelación se ha descontrolado. Este pensamiento liberal deformado, imbécil y denso es una de las principales razones por las que los estadounidenses votaron como lo hicieron en 2024. Están hartos de estas tonterías".
Pero la protagonista de White Lotus está más que acostumbrada a estar en el foco. El pasado mes de marzo volvía a saltar su nombre a los titulares al lanzar junto a la marca Dr. Squatch un jabón realizado con su agua de ducha. “Cuando tus seguidores comienzan a pedir tu agua de baño, puedes ignorarlo o convertirlo. Es extraño de la mejor manera y me encanta que hayamos creado algo que no solo es inolvidable, sino que realmente huele increíble y funciona como cualquier otro producto”, comentó. Se vendieron las 5.000 unidades limitadas en horas.
En lo económico, la campaña ha sido, paradójicamente, un éxito. Tras la publicación de las primeras imágenes, las acciones de American Eagle se revalorizaron, según medios financieros. Además, también ha ganado en visibilidad e interacción con el público. En términos de engagement —es decir, el nivel de respuesta que genera una publicación en redes sociales, como los "me gusta", comentarios o veces compartida—, el salto ha sido notable: las publicaciones de American Eagle han pasado de rondar los mil "likes" a alcanzar 20.000 o incluso 130.000, especialmente en aquellas en las que aparece el rostro de Sydney Sweeney.
Lo que ha sucedido con esta campaña no es solo una polémica aislada, sino un síntoma de algo más profundo. En una época en la que los cuerpos normativos vuelven a dominar el discurso visual —tras unos años en los que se hablaba de diversidad, body positive y representación—, el anuncio de American Eagle se percibe como un paso atrás y un nuevo ataque a la igualdad. Pues mientras a ella se la mira con lupa, otra marca y otro actor del momento han lanzado una campaña muy parecida.
"Mira, no pedí ser el rey del verano, simplemente sucedió… ¿Este bronceado? Genética", frasea Gavin Casalegno en un spot para la marca de donas y café Dunkin. El joven sigue y comenta que ha recibido sus "resultados de análisis de color", una técnica que determina qué gamas cromáticas armonizan mejor con los rasgos físicos de una persona. Sin embargo, no ha tenido tanto ruido mediático como el caso de la actriz.
La controversia en torno a Sydney Sweeney y sus “jeans/genes” recuerda que la cultura pop sigue siendo terreno de disputa ideológica. Y que el cuerpo femenino, por mucho que cambien las tendencias, sigue siendo campo de batalla.
Sydney Sweeney tiene "great jeans (buenos vaqueros)". Esa ha sido la frase elegida para encabezar la nueva campaña publicitaria de American Eagle, marca de ropa juvenil que, como tantas otras, buscaba un golpe viral que capitalizara el tirón de la actriz de 'Euphoria'. Y lo logró.